La tierra ha sido invadida por unos seres complemente desconocidos. Los seres no tienen cuerpo propio, lo que hacen es que invaden nuestro cuerpo y se apropian de él, extinguiendo nuestra alma. Lo que los distingue de nosotros son sus ojos turquesas y su comportamiento calculado y generoso. Cuando Melanie, una “salvaje “ es capturada, le introducen el alma de Wanderer, una de las pocas almas que han estado en todos los mundos que han habitado.
A Wanderer no le cuesta controlar el cuerpo pero pronto la mismísima Melanie le invade a ella en el subconsciente. Sin callarse y haciéndole ver lo que es ser una de ellos, la capacidad de amar y querer, Wanderer se resiste y aunque a regañadientes, decide ayudarla a encontrar a su hermano y a su novio. Pero no todo es tan fácil. Ahora Melanie, aunque siga ahí, está invadida por un alma y el resto de supervivientes no la ven como a Melanie, la ven como el enemigo.
Con la convivencia, empiezan a conocer a Wanderer y se dan cuenta que no todas las almas son malas, son capaces de entender lo que están viviendo, e incluso aprenden a amar.
Ella es una joven que ha sido agraciada con el peor don posible, la obediencia absoluta. Debe mantener ese don secreto, sobre todo cuando su padre se vuelve a casar.
Desgraciadamente una de sus hermanastras descubre el secreto y decide aprovecharse de él, para convertir la vida de Ella en un infierno.
Decidida a acabar con esa maldición, Ella emprende un viaje en busca de su hada madrina para que ésta le quite su don.