Katie MacCalister - Noble destino

Valoración:

Crítica realizada por Yluna

Pluma en mano me dirijo a usted para advertirle sobre la imprecisa descripción que sobre mi modesta persona se insinúa en este libro. Regresé a Inglaterra después de enviudar, ansiosa por ocupar el lugar que me correspondía en la ciudad, pero lo único con lo que me encontré fue con el rechazo de todos. Mi única elección era casarme de nuevo, y ¿quién puede querer castigarme por escoger un novio que combine ciertos atributos –riqueza, un título nobiliario y belleza– que asegurarán mi completa felicidad?

Sé que usted entenderá mi frustración cuando le cuente que Alasdair McGregor, la personificación masculina de esos atributos de los que le he hablado, rechazó cruelmente ser la respuesta a todos mis problemas. De hecho, me vi forzada por la tenacidad de Dare a pasar a la acción más extrema: la coquilla defectuosa que dio lugar a nuestro matrimonio, la boda que literalmente fue un circo, y por supuesto, la vez que disparé a Dare para animarlo.

Ni siquiera un enfado como el que me produjo la pérdida de la fortuna de Dare podría interponerse entre mi persona y lo que yo más quiero: el amor de mi marido. Estoy segura de que usted no tendrá en cuenta los comentarios de las envidiosas señoritas que no paran de hablar de que yo atrapé a Dare en un matrimonio no deseado; espero que en vez de escucharlas, vaya más allá y lea la historia verdadera de nuestro amor.

Esta es la historia de amor de Charlotte, la prima de Gillian de Nobles intenciones. Digo historia de amor por no decir otra cosa. En el primer libro conocimos a Charlotte, a mi me pareció sensata y convencional, por supuesto en comparación con su prima Gillian, pero en este libro me encuentro a un personaje completamente distinto. Charlotte es una joven ignorante, insensata, egoísta, manipuladora, egocéntrica, vanidosa, y todos los calificativos negativos que pueda tener una antiheroina. Charlotte, tras una escapada con casamiento (o eso creo) con un joven italiano que estaba más interesado en los hombres que en las mujeres, vuelve a Inglaterra. Como ha quedado deshonrada y su hermano la ha desterrado, decide que debe casarse, y muy bien, es decir, con un aristócrata con dinero. Entonces pone sus ojos en Alasdair McGregor, (pobre hombre), un conde que ya conocimos también en nobles intenciones.
Alasdair no quiere saber nada de ella, pero ella, ni corta ni perezosa, le tiende una trampa y al final se tienen que casar.
Entonces cuando están casados, aparece supuestamente un hombre que dice ser el heredero del condado de Alasdair, por tanto como Charlotte quiere ser condesa, ella, de nuevo “ni corta ni perezosa”, se propone descubrir al supuesto heredero. “”Y esta es la trama”.

Me ha parecido un libro aborrecible, por supuesto si no os habéis dado cuenta, la causa ha sido la protagonista, que me ha parecido insufrible, además de los atributos que ya os he comentado, habla como le da la gana, inventandose las palabras, además se cree la reina del mundo, ¿cómo no va a querer casarse Alasdair con ella, si ella es superbella? Como Alasdair no tiene mucho dinero, pues no se puede pagar una boda a lo grande y ella se lo recrimina hasta la saciedad. Como Alasdair tiene que trabajar (supuestamente es un ingeniero que está desarrollando una nueva máquina de vapor (lo cual es lo más interesante del libro, desde mi punto de vista, ya que me encantan las máquinas de vapor)), pues ella de nuevo le recrimina que trabaje, pero además, “ni corta ni perezosa” decide que quiere ayudar a su queridisimo marido con el chisme. En fin, que la muchacha es todo lo que un hombre quiere desear.

Y el pobre Alasdair, que pena que le haya tocado una mujer así.

Tampoco todo es negativo, el libro es divertido, pero es que no tienes más remedio que reirte de todo lo absurdo.

Nota: 0,5 de 5.

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