Kathryn Smith - Por primera vez

Valoración:

Crítica realizada por Irdala

Devlin Ryland ha regresado de Waterloo como un aclamado héroe de guerra, aunque en su interior prefiere olvidar todo lo relacionado con ella y todo lo que tuvo que hacer en nombre del deber.
Blythe Christian conoce demasiado bien de lo que son capaces los hombres cuando están en plena guerra –como traicionar a sus prometidas.
Ahora, el destino ha querido que los caminos de ambos se crucen, y aunque ninguno de ellos puede negar la atracción mutua que ha surgido, tendrán que aprender a confiar de nuevo; Devlin con sus secretos y Blythe con su corazón. Sólo entonces conocerán el poder curativo del amor.

Así, tal y como pinta la sinopsis, parece que el libro va a estar como poco, entretenido. Bueno, pues si le quitamos un buen montón de páginas, separamos la paja del trigo y convertimos la novela en unas... digamos cien páginas, el libro hasta puede estar bien, pero tal y como es, para mí ha resultado un rollo soporífero y harto cargante.

Puede contener spoilers

Devlin vuelve de la guerra aclamado como un héroe. Sin embargo, él no se considera así porque tuvo que matar a un hombre. A ver, mató a cientos (¡era la guerra!), pero a él el que le quita el sueño (esto es literal), es sólo uno. Y a este uno, fue necesario matarlo para salvar la vida de su amigo.
Como si ya no tuviera problemas con eso, el pobre hombre arrastra una infancia, adolescencia y juventud (vamos, toda su vida), con el estigma de no haber sido querido y, por si eso fuera poco, su padre fue un borracho y él es fruto de una violación. Su familia originó un escándalo y no son bien recibidos en sociedad. La naturaleza, tan maja ella, le ha dotado de una estatura impresionante... algo es algo.

Su amigo, Carny, era el prometido de Blythe, que cuando marchó a la guerra, le pidió a ella que le esperara. Mientras que se está recuperando conoce a Teresa, y se enamora de ella perdidamente.

Blythe lleva dos años retirada de la sociedad londinense, viviendo en el campo, amargada y resentida con Carny. No le ha perdonado su traición y ha decidido no volver a confiar su corazón a nadie más. Para más inri, la pobre mujer mide 1,80, con lo que tiene muy difícil encontrar un hombre de su estatura. Lo cierto es que hasta a su hermano le parece machuna.

Se da la circunstancia de que Devlin, Carny y Miles (el hermano de Blythe), son amigos.

Bueno, pues llegados a este punto, toca hacer una fiesta de bastantes días en la finca de Miles y su esposa, donde precisamente vive Blythe. Como era de esperar, están todos invitados.

Allí se conocen Devlin y Blythe, y lo que todos ven y vemos como amor a primera vista, ellos parece que no lo tienen claro. Por Dios, se aman, no pueden vivir el uno sin en el otro, no se pueden quitar las manos de encima, se dicen y se hacen de todo pero... caramba, caramba, ¡no saben si eso es amor y si son capaces de amar! Y aún hay más: encima esperan que sea el otro el que lo diga primero.

Como todo esto se hacía muy cansino puesto que no hay malos ni villanos, no hay otra historia de fondo, y no hay nada de nada, la autora ,de repente, empieza a descolocar la pareja de Teresa y Carny. Se pelean, discuten, ella llora y él (ay, estos hombres), empieza a mirar a Blythe y a preocuparse por ella, por si está bien, si no  está con el otro por despecho... Lo mejor y lo más original es que Blythe y Teresa se hacen amigas y esta última le cuenta lo mal que empieza a ir su matrimonio y las dudas que tiene.

A todo esto, Blythe ha pasado de ser la machuna, poco agraciada y poco femenina muchacha con la que sólo bailaban los amigos de su hermano por compasión, a convertirse en la reina de la fiesta (hay que ver, lo que cambia la moda en dos años).

Entre bailes donde son el centro de atención por la maravillosa pareja que forman, escenitas subidas de tono, "no puedo amarte, no sé lo que es el amor", confesiones de lo triste que fue su vida que no le quiso nadie (¡pobre!), pesadillas en las que no puede dormir porque se ve con las manos llenas de sangre, que no es digno de su amor porque es un asesino, "no me casaré si no me amas", "ay, que me ama pero el pobre aún no lo sabe", "no sé si es amor, sólo sé que no puedo vivir sin ti (y de paso le mete mano y lo que no es la mano)", la tal Teresa, el hermano de ella, Carny, los hermanos de él, un cura clarividente (lo de clarividente es una coña mía), y vuelta a empezar otra vez doscientas veces con todo lo dicho anteriormente, al final, sin despertarme más que bostezos y hasta casi arcadas por lo trillado de muchísimas cosas, he conseguido acabar el libro.

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Crítica realizada por Isahol


Aquí tenemos otro hermano perteneciente a la familia Ryland. Este hermano es algo más tímido que los otros, pero no por ello nos va a defraudar. Es un personaje atormentado por lo que le ha tocado vivir en la guerra. Matar gente, pero también ha salvado a otros. Aunque esta parte no le gusta tanto.
Una vez que regresa de la guerra está pensando en buscarse una casa tranquila en el campo dónde poder rehacer su vida. En ningún momento ha pensado en casarse o tener hijos, eso se lo deja a sus hermanos, pero es que aún no ha conocido a Blythe christian.
La conoce cuando va a casa de uno de sus amigos, Miles, a una fiesta. La cual dura más de una semana. Allí también se va a encontrar con el Conde de Canover, Carny para los amigos.
Nada más conocerse ambos sienten una chispa entre ellos. Cuando Blythe descubre que es Devlin, el hombre que salvó la vida a su prometido, el cual se casó con otra, y la dejó plantada.
Blythe siente rechazo por los hombres en general, pues se sintió humillada cuando su prometido regresó y la dejó. Carny se justifica diciendo que en ningún momento estaban comprometidos, pero ella le esperó pensando que regresaría para casarse con ella.
Durante la fiesta el destino no hace más que ponerlos en situaciones que los irán acercando poco a poco. Hasta el punto que la tensión sexual existente entre ellos dará lugar a que les pillen y les meta en un problema. Devlin está dispuesto a casarse con Blythe, pero no así ella. Rechaza la proposición de matrimonio y decide regresar a Londres.
Devlin que no está dispuesto a perderla decide seguirla a Londres a pesar de que no se siente cómodo en ese ámbito. Está cansado de que le pidan que cuente sus batallas y sus logros en la guerra.
Todavía le persiguen sus propias pesadillas, de las cuales su hermano mayor está al corriente y le dice que es un tonto y que tiene que perdonarse, pues nadie más que el tiene que hacerlo.
Así que una vez en Londres Devlin muestra todo el despliegue de tácticas de guerra para seducir nuevamente a Blythe y conseguir que se enamore de él, sin saber que durante ese proceso él también se enamorará.
Devlin es un personaje torturado por sus propios fantasmas, pero poco a poco irá dejante que sea Blythe quién le vaya curando y verá que puede vivir con ellos.
Siente que no ha sido un niño querido, que no ha conocido el amor. Y Blythe por su parte es una mujer que ha sufrido por amar y no está dispuesta a casarse si no es por amor y ser correspondida.

De verdad que os encontraréis con una novela muy tierna y que hará que el corazón se estremezca.

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