Jude Deveraux - La duquesa

Valoración:

Crítica realizada por Lia2S

La duquesa de Jude Deveraux

Claire es una joven americana romántica e idealista, se aferra a la imagen idílica de los valores de una Escocia legendaria llena de héroes y en donde clan es sinónimo de familia, es como si hubiera leído "Tierra audaz" y esperase encontrarse con Bronwyn. Cree y confía ciegamente en el amor, pero su ingenuidad la hace ser superficial al respecto, piensa que es suficiente una cara bonita, un entorno romántico y una personalidad poco conflictiva para que una pareja sea ideal y si, encima, es un guapo y rubio duque escocés pues sólo con la carta de presentación la tiene rendida.

Sin embargo, rápidamente nos damos cuenta de que Claire no es tan sólo una jovencita con la cabeza llena de pajaritos, si no que es una persona con unos sólidos principios, práctica y resolutiva; su idealismo se traduce en bondad, en ansias de actuar ante lo injusto para solucionarlo en la medida en la que le es posible, y además por sí misma, no es una damisela en apuros, es una persona culta, curiosa y emprendedora que trata de poner la mejor solución a los problemas con los que se enfrenta.

Su familia se ha quedado en la ruina y sólo heredará la fortuna de su abuelo si se casa con un hombre que aprueben sus padres, sus padres son como niños pequeños, sin malicia pero irresponsables, han dilapidado la fortuna propia y harán lo mismo con la suya si se casa sin su aprobación, al mismo tiempo tiene que hacerse cargo de su hermanita pequeña, sin fortuna ni dote a la que ha de proteger para asegurarse de que obtenga un buen futuro. Conclusión práctica: sabe que ha de casarse con alguien que aprueben sus padres, para poder administrar ella su fortuna y garantizar así el bienestar de toda su familia.

Como buena americana, va a Londres para buscar un marido adecuado y conoce a Harry, arruinado conde de MacArran y descendiente de los Montgomery; y a las que hemos leído los libros que componen el formidable inicio de esta saga de Jude Deveraux, sobre todo "Tierra audaz", se nos hacen chirivitas las entrañas y pensamos "si es descendiente de Bronwyn y Stephen, el chico ha de ser fantástico", pero no, algo falla, el chico tiene buena planta, rubio, apuesto, pero uuuuyyy! como que le falta chicha, es blandito, interesado (va a por el dinero de la heredera vamos) y ¡desconoce la historia de su familia escocesa!... y una piensa ¡ay ay ay, de aquí no puede salir nada bueno!

A la protagonista le pasa lo que nos pasa a nosotras: descendiente de Montgomery y MacArran, conde escocés, castillo en clan escocés, me enamoro, me enamoro seguro, no puede tener nada malo, y a mis padres les gusta, pues eso que le veo con la faldita, oigo gaitas en mi mente y soluciono mi problema familiar al tiempo que parece que se hace realidad uno de mis sueños de infancia! ¡Vamos a conocer a la madre y futura suegra!

Y llega a Escocia, al castillo y al clan y ¡pufff! no hay agua corriente, la casa se cae a pedazos, la relación de las personas del clan es de todo menos familiar, la suegra es un ogro y Harry es el típico inglés sin sangre, flemático, al que únicamente le interesan los caballos, la caza y su madre. Buaaaaa! buaaaaaaa! y ahí es donde se nos cae el alma al suelo y pensamos que parece que definitivamente esto no tiene que ver nada con "Tierra audaz".

Pero Claire, ni corta ni perezosa, se niega a ver nada que ella no sea capaz de solucionar, ha tomado una decisión, hacer lo mejor para su familia, que es casarse con Harry y bueno, parece que el entorno de Harry no es lo que esperaba, pero cuando ella sea duquesa todo cambiará... mal inicio para un matrimonio ¿no?

En breve vemos que a nuestra emprendedora e idealista protagonista le van cortando las alas: como mujer no puede entrar en la biblioteca, la doncella que le asignan parece tener la misión de doblegarla, las personas de la casa no hablan ni se relacionan entre sí, todo son normas estrictas e inamovibles dictadas por la madre enferma de Harry que emprende directamente una guerra de poder con Claire para dejar muy claro quien está y quien seguirá siendo la duquesa incluso después de la boda, y su amado parece no comprender ninguna de sus necesidades, porque no ve que nada esté mal, por lo que no hay necesidad de cambiar nada, es ella la que ha de adaptarse. Su familia está feliz, Harry está satisfecho y ella, de repente, se encuentra sola, aislada, sin nadie con quien hablar o que pueda comprenderla.

Y en esto aparece Trevelyan, un hombre extraño y poco atractivo, tanto por su físico como por su personalidad huraña y antipática, pero despierta la curiosidad de Claire y se convierte en la única persona con la que puede hablar en ese entorno hostil. Su relación va profundizando, más por necesidad mutua que por sana atracción hasta que se hace evidente el conflicto de Claire, quiere hacer lo correcto, sabe que ha de casarse con Harry como único medio para salvar a su familia, y por ello se niega a ver que nada es lo que esperaba, que ella no encaja en ese lugar y que, aunque se case, tampoco conseguirá que cambien las cosas, que ella no va a ser feliz allí. Cierra lo ojos y se repite continuamente que ama a Harry, que Harry la ama a ella, que esto es Escocia, que es lo mejor para su familia y que ella podrá solucionarlo todo.

Mientras Trevelyan se enfrenta a su propio conflicto moral y familiar y a la perturbación que supone la irrupción de Claire en su vida.

Cuando aparece Trevelyan, esperamos que vaya a solucionar nuestra decepción con Harry y que se va a convertir en nuestro héroe, pero si he de ser sincera (mis respetos para quien le haya enamorado este personaje) no pasa de ser un personaje bastante antipático, su carisma se basa en lo exótico de la vida que ha llevado hasta la fecha y en sus conocimientos, pero su personalidad no es muy noble, más bien resulta egoísta, despectivo, irascible, frío y un poco divo. Se limita a poner los problemas sobre la mesa, a hacer hincapié en lo que Claire no quiere ver, pero no parece que le mueva la bondad desinteresada o el hacer lo mejor para la muchacha, no la trata con amor o dulzura, ni siquiera con cariño, se limita a observarla, a juzgarla, la comprende sí pero no se lo dice ni demuestra, no le trasmite su apoyo ni es tierno o dulce, la deja que se apañe sola y que solucione sus problemas sola, es frío y cínico hasta el final.

Es un amor egoísta, la quiere porque la necesita, y la necesita porque le comprende, porque se encontraba muy sólo, a ella sólo está dispuesto a darle lo mínimo e imprescindible, la papeleta se la acaban teniendo que solucionar otros, porque lo que es por él.... Pero ella es mucho mejor que él.

El conflicto que se plantea en el libro es bastante bueno, el personaje de ella es muy rico en facetas, resulta idealista, práctica, bondadosa, ingenua y madura al mismo tiempo. Y sobre todo tremendamente fuerte y valiente, es una mujer fiel a sus ideales, capaz de renunciar a lo que más quiere o necesita, por hacer lo correcto y que finalmente es capaz de decir muy claramente a Trevelyan lo que piensa de él, verdades como puños, que hacía mucho tiempo que alguien le debería haber dicho a ese chico. Ese fragmento es fantástico.

Pero... el libro no ha acabado de engancharme, el epílogo final es un poco infantil en plan y todos "fueron felices y comieron perdices" hasta los secundarios, ninguno de los personajes masculinos me resultó atractivo y eran ellos los que tendrían que haberme gustado siendo descendientes de MacArran.

No es uno de lo mejores libros de la autora, seguro, y no creo que vuelva a leérmelo, pufffff!! y, tal como se afirma, estoy de acuerdo en que es una de las autoras de romántica más desigual en cuanto a la calidad de su producción, ¡pero aunque solamente fuera por "Tierra audaz" seguiría siendo una de mis autoras favoritas!

Puntuación personal: Regular

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