Jeannie Lin - El vuelo de las mariposas

Valoración:

Crítica realizada por Teresa

Sus sables volaban en el aire como mariposas…

Durante la turbulenta dinastía Tang, época de intrigas palaciegas y luchas por el poder, la princesa imperial Ai Li huyó de su inminente boda al descubrir que su prometido estaba conspirando contra su padre, el emperador. Sin más armas que sus pequeños sables, lejos de su hogar, no tuvo más remedio que suplicarle ayuda a un extraño guerrero de ojos azules.

Ryam nunca le había tenido aprecio a la vida, pero la confianza ciega que Ai Li depositaba en él, así como el carácter obstinado y honorable de la joven, lo incitaban a protegerla contra cualquier amenaza. Y eso implicaba no seducir a la primera mujer que había deseado realmente en su vida…

Lo primero que me llamó la atención de esta novela fue la época. Hasta ahora no había leído ninguna romántica ambientada durante la dinastía Tang, sólo recuerdo La novia de China –creo que se llamaba-, pero que nada tenía que ver con este libro.

Me ha gustado la ambientación, el lujo de la corte, las tradiciones y la intriga desarrollada en el argumento, es tal y como me imaginaba que pudo ser ese tiempo.

La princesa, protagonista y heroína de esta historia, escapa de su casa antes de que se lleve a cabo su boda. ¿Por qué? Pues porque hay una confabulación contra su padre y ella no quiere tomar parte, no quiere unirse a un hombre que sabe que piensa traicionar a su progenitor. Sin embargo, sabe que nada puede hacer para salvarse por ella misma, por eso cuando conoce a un guerrero impresionante con los ojos azules como el cielo, se da cuenta de que él, y sólo él, podrá protegerla. Ai Li es una heroína fuerte, con carácter, de las que no se dejan avasallar y me ha gustado su personalidad.

Ryam, el héroe de la historia, es un guerrero y como tal, tiene cicatrices de pasadas batallas, pero no sólo en el cuerpo sino en el alma. Siempre ha sido un guerrero, no tiene demasiado apego a la vida y se ha movido por lo que podía ganar poniendo su sable al servicio del mejor postor. Claro que, cuando conoce a Ai Li y ve que ella confía en su honor, un honor que creía haber perdido, cuando le pide ayuda, cuando ve su inocencia, empiezan a cambiar sus prioridades. Es fascinante ver que este hombre, del que enseguida te enamoras, lucha consigo mismo para no caer en la tentación de seducir a Ai Li. Debe protegerla, no engatusarla y eso cuesta porque no está acostumbrado a portarse de ese modo.

Me ha parecido increíble que en tan pocas páginas, estamos hablando de harlequín, se pueda narrar una historia tan intensa. Sus personajes están perfectamente definidos, las descripciones son muy buenas, las escenas una gozada.

No me cabe duda de que muchas lectoras disfrutarán de este lectura porque nos lleva al lujo de los países de oriente, podemos vagar por los palacios, casi ver la vestimenta, emocionarnos con los protagonistas. No se puede pedir mucho más de una novela que me ha hecho pasar un rato estupendo y olvidarme de lo que me rodeaba. Es una lástima que no haya tenido 200 páginas más para saborearla por entero.

Memorable el modo en que la autora nos narra los sentimientos de los protagonistas, el manejo de las pequeñas espadas por parte de Ai Li, la fuerza del héroe. Vamos a encontrar traiciones, intentos de usurpar el poder, mala sangre, batallas y un romance precioso.

Mezclar a una princesa china con un guerrero rubio de ojos azules, estupendo espadachín y hombre honorable, me ha parecido una idea extraordinaria, porque vemos la diferencia entre un modo de vivir y otro.

En resumen, una novela corta que se lee deprisa, que te hace disfrutar tanto de los lujos como del entramado, con personajes fuertes, directos y valientes. Hacía tiempo que no lo pasaba tan bien con un libro tan pequeño. Repito, me gustaría que hubiera sido más largo, la historia lo merecía y tanto el héroe como la heroína podían haber ocupado unas cuantas páginas más para deleitarnos.

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Crítica realizada por Katon

Ai Li huye de su palanquín nupcial, le han revelado un secreto horrible del que será su marido y arriesgando el honor de su familia decide huir de Li Tao y volver a Changan, la capital del imperio. Escoltada por un grupo de mercenarios llegan a una cabaña que sirve comidas en mitad del camino, allí Ai Li le ofrece su plato de arroz a un vagabundo extranjero, al que todo el mundo llama bárbaro. Ryam, muerto de hambre y a muchos días a pie de su destino, acepta agradecido la comida que le ofrece esa joven que va disfrazada de muchacho.

Sus caminos se vuelven a separar cuando nota los efectos de una droga en su cuerpo, sabiendo que esa droga iba dirigida a la joven va en pos de su escolta. En un claro los descubre luchando contra lo que parecen militares. Ryam se sitúa junto a Ai Li, ambos lucharán contra los asaltantes. Ai Li usarán sus dos espadas para repeler los ataques a la vez que observa asombrada la gran espada que blande el bárbaro que ha acudido en su ayuda. Ryam sabe que no le queda mucho tiempo antes de desmayarse, cogiendo a la joven del brazo echan a correr. Finalmente, tras despistarlos en el bosque, Ryam se queda inconsciente. Ai Li, solo duda durante un segundo entre poner a salvo a ese guerrero extranjero que le ha salvado la vida y huir de los hombres de Li Tao.

Cuando despierta Ryam se sorprende de ver aun a la joven china a su lado. Pronto comprobará que Ailey, como él la llama, es una guerrera valiente que luchará contra un destino impuesto. El honor le obliga a acatar la orden de su padre y desposarse con Li Tao, pero el alma de su hermano muerto, supuestamente a manos del mismo hombre, se lo impide. Arriesgando su propia vida huye de ese jefe militar y confía en Ryam para llegar a la capital y contarle la verdad a su padre. A punto de ser atrapados consiguen escapar y llegar a la ciudad. Sin tiempo para despedirse Ailey será llevada por su hermano al palacio imperial y Ryam solo podrá verla brevemente al día siguiente antes de que sus caminos se separen para siempre. De nuevo junto a sus padres Ai Li verá cómo las intrigas palaciegas y un poder inestable están cambiando a su familia.

Tras conversar con su padre el emperador, después con su madre y su abuela, Ai Li decide volver a casa, a su verdadera casa Longyou, cerca de la frontera occidental. Tras cabalgar toda la noche Ai Li decide descansar un par de horas en una posada de caminos, su sorpresa será mayúscula cuando encuentre a Ryam, que no ha parado de ingerir alcohol, en la misma posada. Ahora sus caminos volverán a unirse y de ellos es la decisión de volver a separarse o enfrentarse a sus propios temores, a los prejuicios heredados y a la realidad de unos sentimientos que ya no pueden ocultar. Pero aún les queda mucho camino por recorrer, desde descubrir el secreto que oculta Ryam, hasta reunirse con sus hombres, el príncipe Adrian, casado con la princesa imperial Miya hasta ver cómo Li Tao secuestra a Aylen.

Una historia entretenida que nos adentra en la China del siglo VIII, en una cultura donde el honor lo es todo y donde la mujer pasa de pertenecer a su padre a pertenecer a su esposo. Ai Li es el mejor ejemplo de cómo su vida se rige por el honor y las costumbres, hasta que descubre algo que le impide obedecer a sus padres. Me ha parecido un poco contradictorio, en algunos aspectos sí que debe obedecer a sus padres y preservar, no solo su honor sino el de toda la familia, y otras veces, aún sabiendo que podrían renunciar a ella como hija se enfrenta a ellos. La narración es muy ágil, pero también es cierto que ha dejado, más que situaciones, personajes sin explicar, desde Dako, la escolta de Ai Li y que no sabemos cómo acaba, pasando por la que fue concubina del anterior emperador hasta saber si Adrian, Miya y el resto de guarnición al final se trasladan o no de lugar. Sin contar los despistes, por llamarlo de alguna manera, que tiene la autora con respecto a la propia Ai Li, yo aun no he visto a ninguna china que tenga los ojos verdes, vale que solo lo dice dos veces pero a no ser que haya mutaciones genéticas de por medio creo que es algo harto improbable. Ai Li me ha gustado como personaje, aunque creo la autora se ha excedido un poco en otorgarle algunas opiniones y detalles un poco más modernos, no veo muy plausible que una joven, hija del emperador pueda escapar dos veces, que sepa luchar porque su abuela también era espadachina, esos detalles me han chirriado un poco.

En cuanto a Ryam, en mi opinión podía haber sacado más partido de este personaje, me ha parecido como cualquier otro protagonista de novela histórica, dando igual la ambientación. A pesar de no ser relevante para la historia me he quedado con las ganas de saber de qué país procede este personaje, aunque Ai Li se lo pregunta en varias ocasiones es una duda que no se desvela, repito, no es importante, pero yo tenía curiosidad.

Aunque he pasado un rato entretenido con su lectura la verdad es que algunas escenas me han parecido casi repetidas, cambiaba la localización, sí, pero el desarrollo lo he encontrado un poco similar entre unas escenas y otras. De lo que más destacaría del libro es la ambientación, las ciudades, los lugares, los caminos, te introducen de lleno en la historia y es agradable leer algo situado en un lugar tan remoto. Me ha gustado, creo que se nota que es uno de sus primeros libros y que tiene cosillas que podría mejorar, pero no quiero terminar esta crítica sin recomendar su lectura a todas aquellas que les guste la histórica pero estén un poco cansadas de novelas ambientadas en Inglaterra, además como es un harlequín no es muy extenso y se lee muy rapidito.


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