Barbara Metzger - Jota de tréboles

Valoración:

Crítica realizada por Merche

Segunda entrega de la Trilogía.

Años atrás, la hermana de Jack, la pequeña Lottie, desapareció tras un accidente. Desde entonces, nadie ha podido saber acerca de su paradero. Las pesquisas llevadas a cabo por el padre han sido infructuosas. Por eso Jack, en su lecho de muerte, le promete que la encontrará y la llevará de vuelta a casa, le cueste lo que le cueste y tarde el tiempo que tarde.

Jack es un hombre que ha padecido los horrores de la guerra de Independencia. Su vida no ha sido fácil y se ha tornado en un ser severo y un poco taciturno después de ver tanta sangre y calamidades. Su orgullo no le permite aceptar la ayuda de nadie, pero algo tiene que hacer para prosperar y, sobre todo, para encontrar a su hermana desaparecida. Piensa que lo mejor es abrir una sala de juegos en Londres, de ese modo se ganará la vida, con suerte podrá hacer dinero y, si Dios le ayuda, tal vez su hermana aparezca. Para poner la sala de juego en marcha empieza a contratar a bellas mujeres.

Silver está cuidando y escoltando a una precoz alumna y debe entregarla a su tutor. El encargo no le hace ninguna gracia porque para cumplirlo deberá ver a un hombre que tiene fama de mujeriego y calavera, un sujeto que regenta y posee una casa de juego en Londres.

El protagonista es el típico héroe que se busca y a veces se encuentra en las novelas románticas: duro, orgulloso, firme en sus decisiones, honrado aunque no lo parezca por su negocio, obstinado como ninguno… Es perfecto.

Ella, pues otro de tanto. Orgullosa, seria, inteligente, decidida y terca como una mula. Ideal para enfrentarse a un tipo de la talla de Jack.

Los que completan la novela son personajes bastante reales y me han gustado todos.

Es entretenido y hay escenas inmejorables, por ejemplo cuando Silver llega a ver a Jack con la personilla que la acompaña y le planta en la cara que tiene que quedarse con él porque es su tutor. Oye, que Jack ni siquiera se asombra, lo toma con una frialdad increíble.

Harriet es alguien que puede acabar con los nervios y la paciencia del más santo, pero totalmente adorable. Consigue sacar de sus casillas a Silver y, sin embargo, la adora. Ella maneja bien el asunto y como suele decirse, da una de cal y otra de arena ganándose su cariño.

La relación entre los protagonistas es bonita. Silver trata de resistir la atracción de Jack sin conseguirlo, se niega a sí misma sus sentimientos. No le sirve de mucho, claro. Negarse a Jack es poco menos que imposible porque es un hombre que encandila con sólo mirarlo.

La novela me ha hecho pasar un par de días de lectura muy entretenidos, a pesar de que la autora, en ocasiones, se enrolla bastante en determinados momentos, sin embargo, escribe realmente bien y eso es algo que últimamente se agradece mucho.

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