Stella Cameron - Sombras

Crítica realizada por LILIAN

PUEDE CONTENER SPOILERS

"Leah Cornish necesitaba ayuda para rehacer su vida y Guy Hamilton estaba ofreciéndosela. Este apoyo, sin embargo, representaba nuevos problemas para Leah, pues Guy despertaba en ella los sentimientos que debía negar: Y ¿cómo iba a hacerlo cuando esos sentimientos eran todo lo que tenía en la vida?"

Sombras es de esas novelas, que nunca habrían tenido que ver la luz. Su lectura me ha resultado infumable y pesadísima. Supongo que Stella Cameron ha intentado dotar al Harlequin de un argumento innovador, pero el resultado ha sido pésimo.

De todos los personajes no salvaría a ninguno de la hoguera: Feligreses metomentodos, almas caritativas, asistentas cotillas... La historia, entre el sacerdote y su cándida adoradora, es de las más torpes que he leído nunca. La tímida y recatada Leah siempre buscando a alguien que la rescate. Primero ,escondida 11 años detrás de un marido que casi le triplicaba la edad y después, a la sombra del bueno de Guy. Haciendo un esfuerzo supremo, podría entenderla pensando en la infancia que ha llevado. Con un padre ausente y una madre que a cambio de uno cuantos dólares abre su alcoba a cualquiera, pues es casi normal que acabe enamorada de Charles Cornish. Su matrimonio, donde Leah no es más que una figurita decorativa, es de lo más aburrido. No le da emoción ni que Charles, a raíz de su impotencia, pase alguna que otra noche agarrado a una botella. Cómo si bebes no conduzcas, llega al oportuno accidente y Leah se queda sola.

Guy Hamilton (párroco en activo y protagonista de este disparatado romance) le echa el ojo a Leah, pero sus convicciones morales le impiden dejarse llevar. No profesa la fe católica pero está casado con su novia de la universidad. Lleva 6 años separado, pero no hay divorcio de por medio e intenta alejarse de la tentación. El perpetuo sí pero no de la pareja, es para pegar un par de gritos.

A estas alturas si ya de por sí no encuentro por ningún sitio el hilo argumental, sigo pasando páginas buscando algo de emoción. Tal es mi grado de desesperación que hasta encuentro "apasionante", que los feligreses se metan donde no les importa. Ven el pecado anidando en la casa parroquial y no pueden permitirlo. Vamos, que son una panda de hipócritas de tomo y lomo.

Mi puntuación es 0,5/5 por no ponerle directamente un cero.