Lara Adrian - El beso de medianoche

Valoración:

Crítica realizada por Linnea

Lucan Thorne es un vampiro y como tal no puede unirse a ninguna mujer. Su misión es proteger a los guerreros de la Raza, y también a los hombres, de la amenaza de los vampiros renegados. Pero cuando Gabrielle, una artista de éxito en Boston, se cruza en su camino y se encuentra en grave peligro, no puede evitar llevársela a su submundo donde se desatará una pasión desenfrenada.

A primera vista, el argumento de esta novela es una más de esas historias de vampiro y dama en agobiante situación que acaba enamorándose de un chupasangre.
Dudé en empezar a leer esta historia, no conocía nada de  la autora, Lara Adrian, y las anteriores novelas de vampiros que me he leído me dejaron un amargo sabor de boca por lo insulsas.
Menos mal que me arrepentí y empecé a leerla, porque me ha sorprendido.
Aquí no vamos a encontrarnos con castillos tenebrosos, bodegas repletas de telarañas ni ataúdes en los que el vampiro duerme cuando sale el sol.
El personaje de Lucan atrapa desde la primera página. Es un vampiro, sí, pero un vampiro muy especial. Lucan es un guerrero de la Antigua Generación, un combatiente  que ha vivido mil años, descendiente de unos seres que llegaron a nuestro planeta y hubieron de adaptarse a él. Bebe sangre, pero porque es su único modo de existir, lo único que admite su metabolismo. Y solamente mata para defender a sus compañeros y a los hombres. Un combatiente frío, arriesgado, líder indiscutible de los suyos y capaz de dar la vida por ellos.
Gabrielle, la protagonista, se nos muestra desde el principio como una mujer con fuerza, arriesgada y tenaz. Sin embargo, se encuentra inmersa en sus propios demonios, le suceden cosas a las que no encuentra explicación. Abandonada por su madre al nacer, duda algunas veces de su lugar en el mundo. Fotógrafa de gran talento, no tiene ni siquiera un personaje vivo en sus obras. Y la necesidad apremiante de ver sangre, de vez en cuando, la hace pensar si no estará loca, como lo estuvo su madre.
El encuentro entre los protagonistas hecha chispas. Y esas chispas se repiten a lo largo de toda la novela, con escena calientes repletas de erotismo.
Gabrielle no lo sabe, pero ella es una hermana de Raza, es decir, una humana fruto de una mujer y de un vampiro.
Desconocedora de su pasado, enfrenta un peligro del que no es probable salir con vida y solamente la presencia de Lucan consigue arrancarla de las garras de la muerte.
En este punto, la autora nos sumerge en un mundo extraño, fascinante y totalmente distinto al de los típicos chupasangres. Un mundo de tecnología, donde nos da a conocer a los compañeros de Lucan, otros guerreros que han dedicado su vida a batallar contra los renegados, vampiros que matan por matar, cuya sed de sangre es similar a la de un drogadicto. Unos seres que quieren dominar el mundo y para quienes los humanos solamente significan alimento y placer.
Lo demás guerreros de la Raza, Gideon (un as informático), Dante, Niko, Rio… Todos y cada uno de ellos me han encantado. Pero hay uno en especial, uno que odia desde hace cientos de años a Lucan y que, sin embargo lucha a su lado, que ha conseguido encandilarme tanto o más que el protagonista de esta novela: Tegan, un ser oscuro, frío, despiadado, cínico. Un soldado para quien solamente importa acabar con los renegados y poco o nada significa perecer en ese intento.
La unión entre Gabrielle y Lucan llega cuando debe llegar, aunque la autora nos hace desearla, nos obliga a enfadarnos incluso ante la cabezonería de Lucan que lucha contra sí mismo para no ceder a la tentación que representa para él Gabrielle. Sabe que él está sumido en una batalla, que todos sus seguidores se arriesgan en una guerra que no saben ni podrán ganar, y no quiere que ella salga dañada.
El amor de Lucan es inmenso. Y el de Gabrielle no se queda atrás. Ella consigue verle como es, como un ser con faltas, casi como un monstruo, pero lo ama. Sabe lo que necesita… y se lo ofrece.
En fin, no quiero extenderme más. Solamente decir que buscaré más libros de esta autora y, sobre todo, la historia de Tegan, si es que está escrita.
Lo único que no ha terminado de agradarme de esta novela es el vocabulario que utiliza a veces, expresiones que podría haber suavizado utilizando algún sinónimo. Pero a lo mejor es que yo soy un poco puritana y ciertas palabras me suenan mal.
Aún así y todo, es una novela que merece la pena, porque entretiene, enganchan los personajes y el romance está servido.


Crítica realizada por Katon

Libro 1 de la Serie Razas de Medianoche

Gabrielle Maxwell, una reconocida artista de Boston, celebra el éxito de su última exposición en un exclusivo after hours de la ciudad. Entre el acalorado gentío siente la presencia de un sensual desconocido que despierta en ella las fantasía más profundas. Pero nada relacionado con esa noche ni con ese hombre resulta ser lo que parece. A la salida, Gabrielle presencia un asesinato y, a partir de ese momento, la realidad se convierte en algo oscuro y mortífero, adentrándose en un submundo que nunca supo que existía, habitado por vampiros urbanos enfrentados.

Lucan Thorne es un vampiro, un guerrero de la Raza, que ha nacido para proteger a los suyos -así como a los humanos que existen en una vida paralela a la suya- de la creciente amenaza de los vampiros renegados. Lucan no puede arriesgarse a unirse a una humana, pero cuando Gabrielle se convierte en el objetivo de sus enemigos, no tiene más opción que llevársela a ese otro mundo que él lidera, en el que serán devorados por un deseo salvaje e insaciable.

Gabrielle es una fotógrafa con un exitoso porvenir por delante. Su última exposición ha sido todo un éxito. Ha recibido muy buenas críticas por sus fotografías, suelen ser de lugares abandonados o de apariencia algo ruinosa, nunca fotografía a personas, esos lugares la atraen más que cualquier cosa. La atracción por esos lugares, junto con su necesidad controlada de ver su sangre hacen que muchas veces se sienta excluida del mundo. Se cree distinta, hasta que llega un vampiro y descubre que en realidad lo es. Esa primera noche, aunque está agotada, se deja convencer por sus amigos para tomar una última copa. Llegan al after-hour más famoso del momento. Nada más llegar, Gabby se fija en un hombre alto, con gafas de sol y cuya presencia la deja sin respiración. Gabby y su amiga Megan presencian una discusión entre un joven y un grupo de hombres con aspecto de moteros. Cuando sus amigos deciden unirse a un grupo más grande de gente, Gabrielle decide volver a casa.

Al salir presenciará el brutal asesinato del joven por parte de esos hombres que estaban en el bar. Por instinto capturará imágenes de su asalto con el móvil y saldrá corriendo en busca del primer taxi que encuentre. Lo que Gabrielle no sabe es que no solo ella ha sido testigo de ese brutal ataque, el misterioso hombre del bar también estaba presente. Lucan consigue hacerse cargo de todos los renegados, excepto de uno que consigue escapar. Esos vampiros habían caído en la lujuria de la sangre, cada vez serían más brutales y los instintos los controlarían totalmente. Lucan, un vampiro de primera generación, junto con otros cinco vampiros forman La Orden, vampiros guerreros que se dedican a proteger a los humanos de los renegados y evitar así que conozcan su existencia.

Gabrielle representará un problema cuando acuda a la policía a relatar lo que ha visto. La policía la tomará por loca ya que en el lugar que ella indica no encuentran nada. La joven se sentirá escuchada cuando un apuesto detective llame a su puerta. Pero ese hombre no es un detective, ni siquiera es humano, es Lucan el jefe de la Orden. La tensión entre los dos será palpable. Lucan volverá esa misma noche mientras Gabrielle duerme. La pasión que lo consume le hace actuar aunque su cerebro le diga que no debería estar haciéndolo. En esa visita nocturna Lucan descubre que Gabrielle es una compañera de raza.

Un complot mayor del que pensaban se cierne sobre Boston. Gabby ha fotografiado sin saberlo, lugares donde se esconden los renegados, pero también Refugios Oscuros, donde se ocultan los vampiros. Esas fotos son importantes, pero también peligrosas si caen en otras manos. Gabrielle se verá rodeada de sus mayores temores, pero también se sentirá a salvo junto a ese vampiro que no puede negar su atracción pero que intenta alejarla sin saber por qué. Con batallas, sorpresas, pérdidas, traiciones, luchas y revelaciones, Lara Adrián ha creado un comienzo inmejorable para esta saga.

En algunos detalles me ha recordado a la Hermandad de la daga negra, pero la autora consigue darle identidad propia a esta serie y a esos valientes guerreros que luchan en las sombras. Lucan es un héroe algo atormentado, cree que sucumbirá en un futuro no muy lejano, lo que no podía esperar es encontrar su ancla en esa joven que luchará para permanecer a su lado, dándole el mismo consuelo que él le ofreció. Gabby se ve inmersa en un terrible mundo que desconocía, preguntas de su pasado ahora están resueltas, pero se niega a que su vida cambie tan drásticamente. Hasta que debe elegir entre estar con el hombre al que ama o vivir huyendo.

La relación entre Lucan y Gabby es explosiva y llena de pasión. Los encuentros entre ambos están cargados de anhelo y furia. No deberían desearse, pero lo hacen. El resto de miembros de la Orden son un conjunto variopinto de personalidades, estoy deseando poder leer cada uno de sus libros. Con una temática ya vista, la autora ha creado un nuevo mundo para estos vampiros tan fuertes y apasionados.


Crítica realizada por Virginia Hernandez

Vaya, vaya... ¿otra historia de vampiros?. Pues parece que si porque, básicamente, el formato es el mismo que cualquier narración de Feehan, Kenyon o Ward:

-Por un lado nos encontramos con los "buenos" de la historia: Carpatianos, Dark Hunter, Hermandad de la Daga Negra o, como en este caso, Guerreros de la Raza.

-Luego vienes los "malos": vampiros, daimons, restrictores o renegados

-Las protagonistas femeninas también tienen alguna que otra "cosilla" que las diferencia del resto de féminas mortales, a saber: con la Feehan las chicas tienen algún poder fuera de lo corriente; con Kenyon... son raritas y punto; las protas de la Ward o son vampiresas de nacimiento o no hay asunto. Las féminas de la sra Adrian tienen un tatuaje distintivo.

-La misión de los buenos: terminar con los malos y proteger a la raza humana que, por lo que se ve, estamos más indefensos que un pene sin condón (afán tienen todos por salvarnos, Jesús)

Bueno, pues hasta aquí las semejanzas de estos vampiros con el resto.

Seguramente cuando leáis esto, si alguna lo leéis, os estaréis preguntando ¿pero te ha gustado el libro o no? Os sacaré de dudas ahora mismo: ME HA GUSTADO MUUUUUUCHO.

Si, es la típica historia de vampiros... pero no. Aquí nadie salva a nadie, los Guerreros tienen dudas, miedos, flaquean y caen como cualquier hijo de vecino. Los hay duros, tiernos, "cabrones", cerebritos y cínicos (como la vida misma). Encontrar a una "Compañera de sangre" no le salva el culo a nadie, pero sirve de apoyo en los momentos de flaqueza y les ayuda a sobrellevar la tentación de la "Sed".

Otro rasgo que diferencia esta historia de las demás es que las hembras NUNCA se convierten: siempre son humanas... pero con truco. Cuando un vampiro cierra el vinculo con su compañera de sangre es, simplemente LA LECHE, porque la sangre de un vampiro para su compañera es... casi mejor que os leáis el libro.

Lara Adrian nos deja entrever que ni los buenos son, muchas veces, tan buenos ni los malos son todos unos Renegados -ains que bonito, por Dios.

En resumidas cuentas, libro recomendado para todas aquellas que os gusten las historias de vampiros pero con contenido diferente.

Puntuación: Un 9

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