Sandra Brown - Testigo

Critica realizada por Paciencia68

Kendall Deaton, abogada de oficio en Preston (Carolina del Sur), acaba de formalizar su matrimonio con Matt. Forman una pareja compenetrada y feliz, aunque pronto las diferencias entre ambos comienzan a resultar patentes. La intromisión de Gibb, padre de Matt, será un escollo importante en los inicios de la relación. Cuando las diferencias entre ambos comienzan a agravarse, Kendall descubre por casualidad que tanto su marido como su suegro, forman parte de un grupo de fanáticos, que son capaces de cometer los peores crímenes. Ante la situación descrita decide huir.

Un accidente de automóvil es el inicio de esta historia, un prólogo que sitúa al lector para los acontecimientos que se irán sucediendo a lo largo de todo el libro. Kendall consigue salir ilesa del accidente, y llega al hospital acompañada de otro pasajero del vehiculo. Agobiada por la situación que está viviendo y sin saber bien lo que debe hacer, asegura que su acompañante es su esposo.

En el libro se van a superponer los momentos actuales, con la visión de lo ocurrido antes, y la escritora nos hará saltar de presente al pasado para que consigamos centrar la historia. Pero no hay que preocuparse porque está tan bien descrito, que en lugar de liar al lector, le ayuda a ir comprendiendo lo que está pasando.

Kendall es una mujer fuerte, que llevada por las circunstancias y la necesidad ha tomado muchas decisiones, algunas equivocadas, pero casi todas imprescindibles. Tendrá que hacer frente no sólo a su esposo y su suegro, sino también a toda una trama que alcanza niveles más altos. Sola, abandonada y sin casi ayuda hará lo que sea necesario para sobrevivir.

John, es el supuesto marido de Kendall, para su propia desgracia, o suerte, no recuerda nada de su vida, ni su nombre, ni su procedencia, pero sin embargo tiene momentos en los que intuye que nunca antes ha podido vivir con Kendall, está seguro que no la hubiese olvidado. Me sorprende la insistencia de John sobre algunas cosas, pese a su amnesia.

La atracción entre John y Kendall es evidente, pero a mí me pasa como con todas las parejas, o casi todas, las que salen de la pluma de Sandra Brown, que no consiguen engancharme, ni me llegan a entusiasmarme, quizás porque siempre la trama que gira en torno a ese romance es para mí más importante.

Los personajes secundarios, si se les puede denominar de esa forma, puesto que tienen una gran importancia en el desarrollo de la trama, están perfectamente definidos. Tanto Gibb como Matt representan a esa parte agresiva de la sociedad, que crea sus propias normas y leyes, para los cuales todo está permitido en aras de lo que denominan la realidad.

Matt, no deja de ser un crío que todavía no ha crecido y sigue pegado a las "faldas de su padre". Se deja manipular, es débil y tiene un carácter falto de arranque. Gibb por el contrario, tiene un carácter perfectamente definido, unas actitudes llevadas al extremo que le llevan a decidir siempre y sobre los demás. Deja poco margen a los que le rodean para que puedan expresar sus opiniones, pero además se considera en posesión de la verdad más absoluta. A mí, estos dos personajes no me han gustado, pero reconozco que están perfectamente retratados, para aquello que la escritora nos quiere mostrar.

Este es otro de los libros de Sandra Brown que no podría definir como romántico, sino como de suspense e intriga. Si lo que buscamos al comprar sus libros es disfrutar de las historias, estar pendientes del desenlace y sentir que la escritora nos atrapa y consigue mantener nuestra atención hoja tras hoja, sin duda ésta es la mejor opción.

Cuando crees que el argumento y desarrollo llegan al final y que nada puede sorprenderte, Sandra Brown nos adereza el libro con una última sorpresa, totalmente inesperada.

Valoración : Bueno