Sandra Brown - Tentación

Valoración:

Crítica realizada por Soraya

Sinopsis:

En los últimos años, Lilah Mason ha visto cómo su hermana se enamoraba, se casaba y tenía hijos, mientras que ella se preocupaba por canalizar toda su energía hacia su propia carrera profesional. Fisioterapeuta de ánimo invencible y gran compasión, Lilah es una de las mejores profesionales en su campo. Sin embargo, cuando se ve obligada a afrontar un nuevo y complicado caso, se da cuenta de que no sólo ha conseguido cambiar la vida de su paciente, sino que éste ha cambiado también la suya.

Nunca había tenido un paciente más duro de pelar que Adam, lo que supone para ella un desafía a cada paso que da. Sin embargo, Lilah está decidida a ayudarle a recuperar el tiempo perdido. Pero no se da cuenta –hasta que ya es demasiado tarde- de que, mientras ayuda a ganar la batalla a Adam, él está ganando su corazón... Adam le hace cuestionarse sus ideas preconcebidas sobre los hombres, sobre el amor y, en especial, sobre sí misma. Como ahora su labor profesional está entrando en conflicto con sus deseos pasionales, Lilah se ve obligada a plantearse la manera de adecuada de reconducir estos dos ámbitos de su vida.

Esta novela es la segunda parte de Fantasía, aunque yo la primera no la he leído, no he echado en falta el haberlo hecho, para poder leer ésta. La autora, con breves pinceladas, es capaz de hacerte saber que estos dos personajes sienten una gran aversión desde el libro anterior, y cual es la relación que los une. En el caso de Adam es de amistad hacia Elizabeth (protagonista de Fantasía) y Lilah, por su parte, es la hermana pequeña de ésta.

La novela comienza cuando se descubre la noticia de que Adam Cavanaugh, multimillonario dueño de una cadena de hoteles, ha sufrido un grave accidente mientras escalaba una montaña. Accidente que probablemente le supondrá el no volver a caminar, a menos que reciba un buen tratamiento pronto, y aún así es probable que no pueda volver a hacer las cosas que hacia antes.

En cuanto Elizabeth y Thad (su marido) conocen la noticia, deciden que es Lilah la profesional más adecuada para volver a hacer andar a Adam. Lilah es una de las mejores en su campo, pero se niega rotundamente a acercarse a Adam. Entre ellos siempre ha habido roces y malos gestos, y encima ahora estará de peor humor que nunca... Lo último que ella quiere es que la coja de chivo expiatorio, y con razón, porque sabe que precisamente ella es la última persona a la que Adam querría ver aparecer por allí.

Finalmente se deja convencer por su hermana, aunque también influye positivamente, la elevadísima cantidad de dinero, y el poder viajar al paraíso hawaiano. Además sólo la podrá despedir quien la ha contratado, es decir, Elizabeth. Y encima tiene total y absoluta autoridad sobre su paciente, sin nadie que cuestione su forma de trabajar.

Cuando por fin llega a casa de Adam, sus predicciones se hacen realidad. Adam no quiere a ningún fisioterapeuta, en realidad no quiere a nadie cerca. Lo único que parece desear es hundirse en la miseria y lamerse sus heridas. No quiere poner de su parte para mejorarse todo lo que pueda, pues él no se conforma con volver a andar, quiere todo lo que tenía antes, y absolutamente nadie puede garantizarle que lo vaya a conseguir.

Lilah está acostumbrada a tratar con hombres así, gente joven y atlética que viendo su virilidad amenaza, hacen comentarios, tocamientos e insultos obscenos, sin embargo con Adam empieza a ser diferente... Cada vez se siente más atraída hacia él, hasta que parece que cuanto más se va recuperando Adam, más parte de su corazón va perdiendo ella. Pero no creáis que ella sucumbe a la tentación, sino que intenta poner los medios para tratarlo como a un paciente más, ante todo, profesionalidad. Claro que es un caso perdido, entre ellos dos saltan las chispas desde que se conocen, provocando, ahora que pasan el día, prácticamente juntos, escenas con unos diálogos geniales.

Los personajes son realmente buenos, su relación fisioterapeuta – paciente me ha encantado, ella le exige muchísimo, todo por su bien evidentemente. La recuperación es lenta y muy dura, y aunque Sandra Brown se ha centrado bastante en este tema, no ha dejado de lado el enamoramiento. La única pega que le pongo al libro es el final, como es común en esta escritora, demasiado precipitado. Lo resuelve todo en nada de páginas, cuando podría haberse extendido un poco más, y regalarnos un relato corto magnífico. Pero bueno en realidad me lo esperaba de ella, y sinceramente he disfrutado muchísimo con los personajes, la trama y los diálogos.

El hecho de ver a un hombre como Adam, fuerte de carácter, hundido... da mucho que pensar. Verla a ella, enamorándose de él, y pensando que él, ahora que piensa que nunca va a volver a andar, sólo cree quererla porque es la primera que lo trata como a un hombre completo... La vulnerabilidad de él, y como habla o actual ella para hacerlo reaccionar, me encanta.

Sinceramente a mi la novela me ha cautivado, es todo lo que esperaba que fuese, teniendo el número de páginas que tiene (221 pag.). Yo la recomiendo a aquellas personas que les gusten ver a dos protagonistas enfrentarse en una guerra de voluntades, y sin saber muy bien quién se saldrá esta vez con la suya. Él le ataca verbalmente, desde el principio, pero ella no lo va a tratar con lástima, sino que será su perfecta igual durante todo el libro.

Poco más puedo aportar de un libro tan pequeñito. Mi puntuación es de 4,5 sobre 5 (para un relato cortito que te hace pasar una buena tarde).

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