Sandra Brown - Tempest in Eden

Valoración:

Crítica realizada por Bona Caballero

(Novela sin traducir)

SINOPSIS

Cuando la desinhibida y llamativa Shay Morrison se encuentra accidentalmente con Ian Douglas saliendo desnudo de la ducha, y ve cada espléndido centímetro de ese cuerpo, le resulta ligeramente divertido y sensual; pero es capaz de mantenerse impasible. Ian, sin embargo, está claramente disgustado. ¿Por qué? Porque su profesión es tan sorprendente como la de ella. Shay Morrison es una modelo de desnudos de artistas, y no le importa exponer su cuerpo para inspirar grandes obras de arte.

Pero es que él es un pastor protestante, y de una parroquia muy formal.

El frío desinterés de Ian hiere el amor propio de Shay. Así que decide seducirlo, demostrar que él es un hombre, con deseos como cualquier otro. Sin embargo, cae en su propia trampa: sus debilidades y la poderosa fuerza de su sexualidad. Ahora esta mujer, que ha tenido malas experiencias en su pasado, debe intentar comprender a un hombre totalmente distinto a los que ha conocido hasta la fecha... Y los nuevos sentimientos que afloran en su corazón.

CRÍTICA

Sandra Brown: Tempest in Eden

La editorial Jove publicó "Tempest in Eden" en diciembre de 1983 en su serie "Second Chance at Love", dedicada a historias contemporáneas en las que los protagonistas (viudos o divorciados) le dan una segunda oportunidad al amor.

La madre de Shay Morrison se acaba de casar precipitadamente. Shay no lo entiende: "¿No estás embarazada, verdad?". La madre suspira: "¿Cuándo aprenderás a hablar como una dama?". Pero Shay es un espíritu libre: "Cuando no ser una dama deje de ser tan divertido". Está orgullosa de su cuerpo y de su carrera como modelo para artistas. Posar desnuda es algo normal en ella. Pero no significa que tenga una vida promiscua. Su fracasado matrimonio es una espinita que tiene clavada. Sabe que no podrá amar a nadie que no la acepte tal cual es.

La madre de Shay la invita a pasar el fin de semana en una chalecito en las montañas de Connecticut, así conocerá a su nuevo marido y al hijo de este. Cuando Shay llega, los maduritos recién casados se han ido a hacer la compra.

Entra en la casa y cuando va a su habitación descubre que la puerta del baño está abierta. Ian está duchándose mientras canturrea "Good Vibrations" de los Beach Boys. Ella se acerca a cerrar la puerta justo cuando Ian sale de la ducha y Shay se queda mirando, encantada, porque realmente Ian tiene un cuerpazo que merece la pena. Cuando él se da cuenta, se avergüenza y se enfada, cual pudibunda damisela victoriana.

Empiezan con mal pie. Ian es claramente hostil, a pesar de que Shay no ve que la cosa sea para tanto. Poco menos que la acusa de ser una inmoral, pero Shay replica que no tiene por qué avergonzarse. Ian se pone tan puritano que Shay decide escandalizarlo soltándole que trabaja como modelo de desnudos. Pero entonces Ian la sorprende a ella contestando que él es pastor, o sea ministro de una iglesia protestante.

A lo largo del fin de semana, queda claro que no se soportan. Cuando más indiferente permanece él, más intenta ella provocarlo. Incluso le enseña imágenes de trabajos que ha protagonizado: todo muy artístico, pero obviamente desnuda. Algo así entusiasmaría a cualquier hombre. Pero no a Ian: "Sí, muy bonito, seguro que tienes una gran carrera por delante, a menos que engordes o algo así".

Sus esfuerzos dan con una muralla. Shay sólo consigue ponerse en evidencia como una joven caprichosa. ¿Es posible que ella, con su cuerpo perfecto, su amor a la vida, su entusiasmo, le deje totalmente indiferente?

Evidentemente, no es así. A pesar de que su relación es un poco "Te odio pero te deseo", acaban enamorándose. Shay siente muchas inseguridades sobre su relación. Se siente muy atraída por Ian, pero ya ha pasado por un matrimonio que fracasó porque su marido intentó convertirla en algo que ella no era. Ian es un sacerdote, y su vocación es lo primero. Aunque la ansíe desesperadamente, no hará nada que vaya en contra de sus creencias religiosas. Una modelo de desnudos no parece la profesión más adecuada para la esposa de un pastor. Y Shay está orgullosa de su trabajo, y cómoda con su sexualidad, no va a dejarlo sólo porque su enamorado quiera. Así que parece imposible que una relación entre ellos llegue a buen puerto. No obstante, acabarán superándolo todo, enamorándose no se sabe muy bien por qué y con escenas amorosas de alto voltaje incluidas.

Para mí, lo más logrado es el esfuerzo de Ian por permanecer indiferente, y la lucha consigo mismo por no caer en la tentación.

Reconozco que es una novela con protagonistas inusuales: un pastor y una modelo. Algo que incomoda un poco si te has educado en una cultura católica. Cuesta pensar en un sacerdote como figura romántica y que la cosa acabe bien. Es inevitable recordar "El pájaro espino", pero creo que la historia de Colleen McCullough funciona porque el amor entre Meggie y Ralph es imposible y no tienen un final feliz sino trágico.

Vale, los protagonistas de "Tempest in Eden" son protestantes, y como los ministros de ese culto se casan, es lógico suponer que también tendrán sus historias de amor. Pero no deja de sonar raro.

Valoración: 6/10, interesante, pero no la mejor Sandra Brown.

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