Olivia Ardey - Dama de tréboles

Valoración:

Crítica realizada por Irdala

1884. Ethan Gallagher está decidido a retomar las riendas de su vida. Pero no sospecha que, gracias a un naipe, regresará a su rancho con dinero en los bolsillos… y con la enigmática Linette convertida en su esposa.

La vida en común no es fácil para dos extraños unidos por un matrimonio de conveniencia y, nada más llegar a Indian Creek, empiezan los problemas. Ethan tratará de descubrir qué secretos del pasado oculta la hermosa mujer tras sus silencios y su actitud esquiva. Linette deberá asumir el reto de traspasar la coraza de orgullo del rudo irlandés y algo mucho más difícil: enseñarle a amar.

Cuando la pasión da paso al amor y sus vidas empiezan a unirse, Ethan tendrá que enfrentarse a la decisión más dura de su vida: ¿ayudará a su esposa a reencontrarse con su pasado y se arriesgará a perderla o cargará con el peso de seguir a su lado sin contarle nunca la verdad?

Empezaré diciendo que esta sinopsis no hace justicia al libro, aunque también es cierto que yo no sabría qué otra se podría hacer. Y es que Dama de tréboles es una novela con sustancia, una novela de esas que a las amantes de la buena escritura, de las historias completas y redondas, les va a encantar.

Su autora ha ideado una trama "a la antigua". Con esto quiero decir que, pasando de modas, se ha arriesgado a escribir una novela donde se cuentan muchas cosas y que no sólo es una historia de amor.

Desde que supe de la publicación de esta novela, un sexto sentido me dijo que Dama de tréboles podría ser uno de esos libros que llevaba tiempo buscando. He dicho muchas veces que en la novela romántica, como en el resto de los géneros, me gusta que me cuenten algo. No me sirve que dos personas se gusten, se enamoren, se vayan a la cama y llegue el final siendo felices y comiendo perdices. Necesito visualizar los lugares, situarme en la época, imaginarme las personalidades de los protagonistas, comprender sus reacciones, posicionarme de parte de uno u otro. Para mí es imprescindible ver cómo se va tejiendo ese relación de amor, cómo van salvando obstáculos... cómo se enamoran hasta las trancas. Si mientras pasa todo esto, además, pasan muchas más cosas, hay un argumento que es el hilo conductor, entonces tengo la novela que me gusta leer.

Soy una amante de las novelas del Oeste, con sus ranchos, su ganado, sus protagonistas a caballo recorriendo extensiones de pastos verdes atravesadas por cristalinos ríos. Me gusta imaginar a los rancheros con sus espuelas, sus rifles, sus sombreros calados hasta los ojos, sus torsos sin camisa y esos brazos fuertes cortando leña al sol. Siento una atracción total por esas mujeres valientes que trabajaban de sol a sol y codo a codo con su compañeros. Mujeres para las que vivir era toda una odisea y que se enfrentaban a las circunstancias con una fuerza y un coraje digno de admiración. Me entusiasma leer sobre los nacimientos de esas nuevas ciudades que se fueron formando, sobre los nuevos adelantos que tanto facilitaron la vida a esas gentes. Los bailes, los concursos de pasteles, los predicadores, las cantinas, las tiendas donde había de todo... ¡cómo despierta mi imaginación todo esto!

Olivia Ardey ha recreado su novela con este telón de fondo, pero, además, ha creado unos protagonistas que son la guinda de una tarta magníficamente elaborada. Ethan es un hombre rudo, tosco e introvertido, con esa idea de "el que manda soy yo" y que adquiere a su esposa como parte del pago de una partida de cartas. Está convencido de que esa joven, en apariencia sumisa y que con tanta dignidad ha aceptado unirse a él, es la compañera que le ayudará a levantar su rancho. Nunca ha tenido problemas para conquistar a una mujer, aunque últimamente su orgullo está herido ya que propuso matrimonio a una muchacha del pueblo y ésta lo rechazó. Pero Linette esconde un pasado que ha condicionado su personalidad y que es, en cierta medida, lo que le ha movido a aceptar sin rechistar ese matrimonio.

Desde el principio su relación no es para nada lo que Ethan espera. Tengo que confesar que este hombre ha conseguido cabrearme y caerme gordo como casi ningún protagonista lo había hecho antes. Me ha costado mucho imaginarme con alguien tan parco en palabras, tan brusco, tan mandón, tan hiriente... Sin embargo, poco a poco, la autora ha sabido ir desquebrajando la coraza que lo envuelve y he ido enamorándome de él al mismo tiempo que nuestra protagonista. Ponerme en la piel de Linette y compartir su pasado, sus vivencias, su espíritu de superación, sus ansias de supervivencia, su sencilla manera de sucumbir al amor, tampoco ha sido fácil. Linette me ha llegado al alma.

Me han fascinado los diálogos entre Ethan y Linette. Sus peleas, sus conversaciones, sus propios pensamientos... ¡qué dos excelentes protagonistas! ¡Cómo me ha gustado asistir a su vida en común, a la rendición de Ethan, al apasionado enamoramiento!

Esta no es una novela donde el diálogo lleva el peso aligerando con ello la lectura. Este libro tiene bastante narración y tal vez sea eso lo que a alguien le pueda echar para atrás. Sin embargo, todas aquellas que compartan conmigo el gusto por la palabra escrita, aquellas que estén hartas de las cosas superfluas, aquellas que quieran algo más que otra novela romántica, sabrán disfrutar de la buena escritura con la que se descubre esta nueva autora española.

Sin perder de vista que Dama de tréboles es la primera novela de Olivia Ardey y que quizá, algunas cosas se podrían mejorar, esta es una novela que da cien vueltas a libros de autoras ya consagradas. Olivia está muy lejos (aún) de mi adorada Lavyrle Spencer, pero a mí su escritura me la ha recordado.

Para terminar quiero felicitar a La esfera de los libros por apostar por esta autora y a Olivia Ardey por su debut en el panorama romántico español con esta estupenda novela. 

 

Crítica realizada por Malory

Ha resultado mucho más que una grata sorpresa leer por ver primera a Olivia Ardey y descubrir su maravillosa forma de escribir. Al leerla, parece que escribir fuera "fácil" por la fluidez con que ella lo hace.

Yo no entiendo de estilos, pero se cuando algo me gusta o no y la pluma de Olivia me ha fascinado.

Ha creado una historia plagada de detalles que logran una ambientación estupenda, aportando así un gran realismo a la trama que, perfectamente hilada y coherente, te atrapa desde la primera página y no deja de sorprender de principio a fin.

Los protagonistas me han encantado a pesar de que él, Ethan, en un principio se muestra déspota, ruin y desconsiderado con Linette, que se nos presenta como una joven tímida, apocada y temerosas de despertar la ira de su esposo.

Pero para mi sorpresa esas no son sus verdaderas personalidades, saliendo a flote, finalmente, las auténticas que logran emocionarte, apasionarte y llevarte a disfrutar de la historia junto con esta peculiar pareja, porque la autora ha sabido plasmar los sentimientos de éstos con maestría.

Los secundarios son estupendos y te encariñas con ellos al instante, o al contrario, porque aquí también contamos con algún que otro indeseable.

Una historia preñada de ternura, lealtad y muchos, muchos sentimientos.

Podría seguir alabando la pluma de Olivia y desgranando cada parte de la novela, pero considero que merece la pena descubrirlo por uno mismo porque es un libro que hay que leer, y estoy segura de que no defrauda a quienes se deciden a sumergirse entre sus páginas y disfrutar de esta estupenda historia.

 

Crítica realizada por Mariam

En mi opinión Dama de tréboles cuenta una historia de amor muy bonita, en cierto modo diría que dulce, a pesar de que no comienza con buen pie y Ethan pueda parece un poco déspota, pero desde mi punto de vista es un fiel reflejo de la realidad de la época y de la situación en sí. Después de todo Linette es una esposa impuesta a Ethan, así que el comportamiento de uno y otro me parece coherente. No podría concebirla de otro modo.

Entre los secundarios me gustaría mencionar la historia de Elizabeth y John, a pesar de que no se profundiza en ella tanto como en la principal. Lógico por otra parte. Es una historia muy dulce que me ha gustado casi más que la de Ethan y Linette, lo reconozco. Me ha gustado por el contraste que he encontrado entre la historia de Linette y Ethan, que transcurre en un entorno más rural, al desarrollarse durante el día a día en un rancho, y la de Elizabeth y John en un entorno más urbano, puesto que pertenecen a una clase social más acomodada, con lo que se mueven en otros ambientes y se codean con otro tipo de personas. Todo ello propicia una novela de contrastes y texturas muy diferentes.

Me ha gustado la narración pausada y elaborada utilizada para contar Dama de tréboles. Me ha gustado como alterna episodios lentos con cuidadas explicaciones y descripciones de la época, las costumbres o la historia. De todo ello se desprende que detrás hay una minuciosa y cuidada labor de documentación. Puede que eso no haga la novela mejor como novela romántica, pero sí más madura y coherente. Más realista. Sé que muchas lectoras prefieren una novela que describa la realidad de una manera edulcorada, pero a mí me gusta detectar pinceladas de realismo y en esta novela las he encontrado hasta casi poder observar en mi cabeza las calles y edificios que forman Indian Creek.

De cualquier manera, creo que es algo a alabar porque al menos a mí, Dama de tréboles me ha dejado ese regusto descolorido y polvoriento que asocio a una historia de vaqueros y rancheros, en la que casi puedes oír el sonido de las espuelas sobre los tablones de madera o el de las puertas del Saloon al cerrarse con estrépito. Pero sobre todo y ante todo, en mi opinión, Dama de tréboles narra una bonita historia de amor que me ha proporcionado una lectura muy placentera y he podido disfrutar, por fin, de una novela del oeste que tanto me gustan.

 

Crítica realizada por Crishi

Hace tiempo que leí este libro y ahora que vuelvo a leerlo me he dado cuenta de que no lo hice en el momento adecuado, ya que no me dejó un buen recuerdo (vete tú a saber...)

Al darle segunda oportunidad, he descubierto una historia repleta de emociones y una ambientación con tan buena documentación (dejando caer los efectos que produjeron el ferrocarril y los indios en los ranchos, la invención de la máquina de coser...) que ha conseguido poner en mi mente con pelos y señales el contexto apropiado de una época, esa que tanto me chifla leer en las novelas románticas: la del Oeste americano en toda su efervescencia, y que en algunos momentos me ha recordado a la señora Spencer por su tono costumbrista o, bien, porque esta autora que menciono sitúa algunas de sus novelas en este periodo de la Historia de los Estados Unidos.

La relación de Ethan y Linette comienza con crudeza, él es un hombre dominante, obtuso y grosero, lo que se dice un zopenco, vamos. Abocado al peso de su racho desde muy joven y a la marca del ultraje, Ethan hace pagar los platos rotos de su vida y mide con el mismo rasero a la pobre Linette (que ya tiene bastante con lo suyo), y ella, con una historia penosa a sus espaldas, que aparenta ser lo que no es porque la chica tiene su carácter... noble, manejable pero a la vez obstinada y valerosa, Linette sabe lo que quiere y lo que quiere es una vida segura y tranquila, pero, sobre todo, ganarse un lugar en el corazón de Ethan.

Al principio se trata de una relación tormentosa para después volverse más tierna y pasional, para ello Linette ha de ganarse la confianza de Ethan y destruir sus barricadas, dura transformación para un protagonista tan pétreo que no ve más allá de sus narices pero que Olivia Ardey consigue con habilidad a través de su deliciosa prosa.

Esta situación me ha encantado puesto que se puede valorar el progreso de los protagonistas hacia un vínculo más efusivo o afectuoso, con todos los impedimentos que han de sortear por el camino (que no son pocos). En este punto me he encontrado con personajes que movidos por el rencor, el odio o la ambición, producen situaciones muy suculentas para la trama, pero también con personajes dispuestos a facilitar situaciones más agradables, como la familia de Ethan, que con sus actitudes imprime al tejido argumental la campechanía que tanto me gusta en este tipo de ambientes.

Por lo tanto, chapeau para tooodos los personajes secundarios y sus pequeñas historias que han incrementado e inferido en el magnífico desarrollo de la historia principal de manera notable, en especial Elizabeht y John, que me ha resultado una pareja muy cabal y encantadora.

La narrativa de su autora me ha gustado mucho, su forma de hacerme llegar esta historia me ha cautivado de principio a fin, hasta el punto de sentirme dentro de ella y de no querer que llegara el desenlace para seguir disfrutando como una loca de sus giros.

En general, Dama de tréboles me ha parecido una historia bizarra que contiene un romance de los que dejan huella, así que donde dije digo, digo Diego.

Fantástica novela.

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