Nora Roberts - Siempre hay un mañana

Valoración:

Crítica realizada por Mariam

El viejo hotel de Boonsboro continua en pie, mudo testigo de guerras y del paso inexorable del tiempo. Incluso se dice que está encantado, pero cuando la familia Montgomery, propietaria de una constructora, decide restaurarlo, la ciudad acoge la noticia con expectación y delirio.

Durante meses una enorme lona azul ha cubiero el edificio, ocultándolo a la vista de curiosos y vecinos, quienes no pueden evitar echar una mirada furtiva en esa dirección al pasar por delante. Mientras especulan cual será el resultado...

Los hermanos Montgomery, Beckett, Ryder y Owen, junto a su entusiasta e incansable madre, Justine, trabajan a marchas forzadas para terminar la restauración antes de la fecha convenida: las Navidades. La labor de reconstruir y devolver a la vida el histórico hotel se convierte casi en un acto de amor para los Montgomery.

Beckett, arquitecto de profesión, ha diseñado los planos. Owen es el organizador y, con férreo control vigila, que el trabajo cumpla los plazos estipulados, que los materiales lleguen a tiempo y que todo siga su curso sin problemas. Y Ryder, el más lacónico y gruñón de los hermanos, no duda en trabajar como un obrero más para finalizar con las obras en la fecha acordada y con excelentes resultados.

Sin duda el hotel será bueno para la comunidad, se dice, especialmente para los negocios cercanos al mismo, como el restaurante italiano de Avery y "Turn the page" (Pasa la página), la librería de Clare.

De algún modo, Beckett, el menor de los hermanos Montgomery, ha estado enamorado de Clare desde siempre. Era un adolescente cuando quedó prendado de ella, pero ya entonces Clare era la chica de Clint, con el que se casó cuando apenas tenía diecinueve años. Se convirtió en la esposa de un soldado y abandonó Boonsboro. Pero apenas unos años después, viuda y rota de dolor, regresó con dos niños pequeños y embarazada de un tercero. Abrir la librería inyectó a su vida de un objetivo y una razón más para salir adelante.

Pese a que han pasado ya cinco años desde el regreso de Clare y pese a que sigue sintiendo algo por ella, Beckett nunca se ha acercado como otra cosa que un amigo o un asiduo cliente de su librería. Pero según avanzan las obras de restauración del hotel y la curiosidad de Clare se hace mayor, un día la invita a hacer un recorrido por las diferentes habitaciones del edificio y le ofrece que sea ella la que escriba los folletos del hotel. Emocionada, Clare accede y en una de esas visitas, algo sucede y casi se besan. Después y pese a que Clare intenta mantener las cosas como si nada inusual hubiera sucedido, el menor de los hermanos Montgomery no está dispuesto a hacer tal cosa.

Siempre es agradable leer una novela de Nora Roberts. Reconozco que no disfruto igual con sus sagas que con una novela independiente, pero en mayor o menor medida se que voy a encontrar una lectura ingeniosa, elegante, romántica y con ese toque mágico característico de esta autora. Porque sí, en Siempre hay un mañana, y en la trilogía en general, está presente ese toque mágico o paranormal que en ocasiones encontramos en sus historias. En este caso viene de la mano del fantasma que habita en el viejo hotel de Boonsboro.

De los tres hermanos Montgomery, Beckett es el que parece tener una relación más estrecha con el hotel. No sólo se debe a que es él quien ha elaborado los planos y diseñado cómo será, decidiendo donde colocar cada aplique, alfombra o la madera del mostrador,, sino que siente la presencia de ese fantasma que se dice habita en el viejo edificio.

A su manera, Beckett se comunica con ella. Pero lo voy a dejar ahí, no voy a comentar nada más.

De Siempre hay un mañana empezaré diciendo que tengo que reconocer que, como bien había leído en algunas críticas y opiniones de lectoras anglosajonas, durante las primeras páginas, sobre todo, Nora Roberts describe con bastante detalle y minuciosidad cómo es el trabajo de restauración de un hotel. Las conversaciones entre los hermanos Montgomery -y todo aquél con quien hablen sobre el hotel- están llenas a menudo de pinturas, colores, tejidos, bañeras, camas con baldaquín..., de referencia a pulir, serrar o pintar.

Pero pese a ello, y aunque reconozco que creo que a veces son un poco repetitivos los diálogos en ese sentido, la novela me ha parecido muy bonita y la lectura ha sido muy muy agradable.

Confieso que me parece apasionante ver el proceso de restaurar un edificio viejo.

Lo cierto es que a medida que los hermanos Montgomery trabajan, vamos "viendo" como el hotel adquiere un lustre nuevo y como las diferentes habitaciones van cobrando vida. Como curiosidad me gustaría destacar un detalle muy simpático y es que cada uno de los dormitorios tiene el nombre de una pareja de una novela romántica.

La historia de Clare y Beckett me ha parecido muy dulce, muy romántica y muy bonita. Narrada con suma sencillez, simplemente describiéndonos su día a día, es decir el trabajo de Beck en el hotel, la relación con sus hermanos y cómo Clare combina la actividad en la librería con el cuidado de sus tres revoltosos hijos, es el marco en el que la pareja va acercándose. Con naturalidad, con la confianza que da toda una vida viviendo en la misma comunidad se desarrolla su historia. Pero claro, no es una historia tan fácil. Por un lado Beck debe vencer la resistencia de Clare, por otro ella debe aceptar que es capaz de volver a enamorarse de otro hombre y por otro lado y como en toda novela siempre hay algún obstáculo más a superar.

Me he divertido y emocionado a partes iguales con las citas de Clare y Beck, unas citas un tanto peculiares y difíciles, a veces, por la presencia de los tres niños. Lo cierto es que los tres hijos de Clare propician algunas escenas divertidísimas que me han hecho reír. La presencia de Ryder, Owen y Avery también aporta muchas escenas inolvidables a la novela, pues nos describe cómo es la relación entre los hermanos y con Avery.

Así que evidentemente, además de Clare y Beckett, la novela cuenta con personajes tan relevantes y de tanto peso como Owen y Ryder, así como d el simpático y peculiar perro de Ryder, de Avery, la mejor amiga de Clare y la propietaria del restaurante italiano que los hermanos Montgomery frecuentan a menudo. Además conocemos a Hope, amiga en común de Avery y Clare, que es contratada por Justine para dirigir el hotel. Y por supuesto de Justine, la matriarca de los Montgomery. Pero, en definitiva, ya se van esbozando cuáles serán las parejas protagonistas de las dos próximas novelas.

Como comento antes, en la novela está presente cierto componente paranormal que sin dominar la trama tiene su protagonismo. En mi opinión y, aunque me gusta el género fantástico o paranormal, no creo que sea algo muy relevante, pero aporta algo de magia a una novela dulce y romántica.

Lo cierto es que creo que el hotel Boonsboro es casi un protagonista más de Siempre hay un mañana. En realidad de toda la trilogía. Y como curiosidad quiero destacar que el hotel existe y es propiedad de Nora Roberts y su marido, así como la librería "Turn the page". Así que confieso que tras leer la novela, tras recorrer las diferentes estancias del hotel a través de los ojos de sus protagonistas, tengo la curiosidad -seguro que no seré la única- de fantasear con visitar Boonsboro y ese emblemático hotel.

En fin que la nueva trilogía de Nora Roberts, desde mi punto de vista, tiene un inicio prometedor. Si bien no desdeño que, tal vez, redunda en explicaciones referentes a la restauración del hotel, me ha parecido una novela muy dulce y romántica donde los lazos de la amistad y la familia están muy presentes y son piezas clave de una bonita historia.


Crítica realizada por Anasy

Nuevo libro de mi autora predilecta, Nora Roberts , que llega con una nueva trilogía de esta que me ha enganchado desde el principio con una historia de lo más sencilla y simple, pero de las que lees del tirón sin darte cuenta.

Con este libro nos presenta a la familia Montgomery, los tres hermanos, Beckett, Owen y Ryder que junto a su madre, Justin, están restaurando una antigua mansión en ruinas en el centro de BoonsBoro donde regentarán un bonito hotel que tiene a todo el mundo pendiente de sus avances. Los Montgomery son una familia unida, que trabajan juntos y llevan toda la vida en su pueblo natal, donde son queridos y apreciados, gente honrada y amigable que con el hotel se vuelcan de lleno en el proyecto que los apasiona.

Igual que el hotel, a Beckett también lo apasiona Clare Brewster la dueña de la librería, madre de tres hijos y de la que lleva enamorado desde que es un adolescente. Primero vio como se casaba con uno de sus compañeros de clase siendo muy joven para luego marcharse y volver años más tarde como viuda. Beckett es un hombre tranquilo, el arquitecto de los hermanos, que repara en los detalles, está enamorado del hotel y de lo que representa , y suspira por Clare en secreto pues no es capaz de dar el paso y lanzarse.

Clare es una madre luchadora, tres hijos pequeños, un negocio propio y mucha paciencia para sobrellevarlo todo. Se casó joven y se quedó viuda muy pronto con la carga de alimentar y criar a sus maravillosos hijos a los que adora y por los que vive. Tiene una vida tranquila y pacífica en su pueblo natal, rodeada de buenos amigos y conocidos entre los que se encuentra Avery o los Montgomery, está contenta con su vida y con lo que tiene, pero todo cambia cuando el pequeño interés que le despertaba Beckett se hace más fuerte.

A lo largo del libro vamos viendo como el hotel va cobrando vida, como todos se integran en el proyecto, ayudan y se ilusionan con cada avance, al tiempo que vemos como la relación de Beckett y Clare se va fraguando, como se van conociendo más de manera íntima, como pasan de ser amigos a amantes, como Beckett se hace con los niños de Clare, tres niños maravillosos de los que disfruta y de los que se enamora casi tanto como de su madre.

Una historia sencilla, pausada donde nos presenta a los hermano Montgomery, el hotel BoonsBoro , a personajes secundarios que acompañarán a los otros dos hermanos en sus próximos libros como Avery y Esemeralda y la bonita historia de Clare y Beckett que sin grandes sobresaltos, logra engancharte y hacerte disfrutar de la historia.

Bueno.


Crítica realizada por Rosamoni

Con Siempre hay un mañana empieza una nueva trilogía de la genial Nora Roberts, esta trilogía es la historia de los hermanos Montgomery y la realización de un sueño: la reconstrucción del Hotel Boonsboro, y en su primera novela vamos a conocer la historia de Beckett uno de los hermanos.

Beckett es el arquitecto de la familia, es un artista que plasma sus sueños en planos pero al que no le importa sudar con sus trabajadores para conseguir que poco a poco esos sueños, no solo suyos sino en este caso de toda la familia, consigan ver la luz. Junto a Owen el organizador de la familia, Ryder el más gruñón pero con unas manos maravillosas, sobre todo para la madera, y su madre Justine están restaurando el viejo hotel. Beckett siempre estuvo enamorado de Clare desde que la vio en el instituto, a sus dieciséis años comprendió que era la mujer de su vida pero no pudo ser, ella salía con un compañero de instituto Clint y estaban locamente enamorados, ahora es viuda y con tres hijos, ha vuelto al pueblo y es propietaria de una librería, ¿conseguirá hacer su sueño realidad o volverá a perder la oportunidad de ser feliz?

Clare se enamoró muy joven, desde un primer momento supo que Clint sería el padre de sus hijos y sin esperar se casaron, él un marine fue destinado a Irak donde murió, Clare viuda y dos hijos pequeños y uno en camino tomó la decisión más sabia y práctica para todos volver a sus orígenes, volver a su hogar. Ahora con tres pequeños y una librería es una mujer que ha dejado atrás su tristeza y quiere afrontar de nuevo el futuro con alegría, con ilusión y si es con pasión mucho mejor.

Ahora con la reconstrucción del hotel sus caminos se vuelven a cruzar, al igual que el resto de vecinos, Clare se siente intrigada y subyugada por el hechizo del hotel, por ese misterio que le rodea y cuando Beckett la invita a verlo no puede negarse, lo que no sabía es que durante esa visita iba a surgir una magia entre ellos, una chispa que ha encendido de nuevo su corazón, ¿puede ella una mujer con tres hijos y un negocio arriesgar su corazón ...? ¿Conseguirá de nuevo el amor y la felicidad que le fue arrebatada? Pues para saberlo hay que leerlo.

Me ha gustado mucho, la verdad es que no es la típica historia ya que partimos de una viuda y no sola, ni con un hijo sino tres ni más ni menos y el mayor con menos de nueve años puede ser una locura, pero no, al revés Roberts de forma magistral crea una historia preciosa, dulce, cotidiana, que hace que te involucres, que incluso te puedas poner en lugar de los protagonistas, que vivas esos sentimientos, esas inseguridades, desde el primer beso hasta el reconocimiento de la pasión. Es una historia tan real como la vida misma que habla de esperanza, que puede que la desgracia se cebe contigo pero siempre hay que luchar, hay que seguir adelante porque uno nunca sabe cuando puede volver a surgir el amor, incluso entre dos personas que se conocen de toda la vida.

Rodeados de la familia, de los amigos y de una comunidad de vecinos que se conocen y se ayudan mutuamente, donde todo el mundo comparte la alegría y el dolor, como todas sus novelas habla de sentimientos muy fuertes e importantes, ya que no sólo el amor de la pareja es primordial sino que estos sentimientos de unidad fortalecen las relaciones.

Cada uno de los hermanos tan diferente pero tan unidos a la vez, Owen que siempre quiere tener todo bajo control, Ry un gruñon pero con un corazon muy grande, unidos los tres por Justine, su madre, una mujer llena de vitalidad e ilusiones, gran importancia tienen las amigas de Clare, Avery la propietaria de la pizzería y Esperanza la nueva gerente del hotel, ellas aportan el toque sensual, divertido, protector, y creo que serán las protagonistas de las siguientes historias, y por ultimo lo más tierno y a la vez más importante en esta historia los tres hijos de Clare, divertidos, tiernos, dulces, pero a su vez con feroz protección hacia su madre. Todos ellos en gran medida crean el ambiente especial que hace que sueltes una carcajada o que se te encoja el corazón.

Una novela dulce, llena de pequeños detalles, un día a día que habla de ilusión, de esperanza, de amor, de pequeños momentos en los que la felicidad es inmensa, y claro todo ésto rodea el tema principal la reconstrucción del hotel, que es interesante incluso aunque no entiendas de restauración y decoración como me pasa a mi, si a todo eso le añadimos ese toque mágico de Lizzi, el fantasma que lo habita, pues damos con una novela que te llega muy pero que muy dentro.

Valoración: del 1 al 10 le doy un 9.5


Crítica realizada por Patufet

Con este libro empieza esta nueva trilogía de Nora Roberts , donde los tres hermanos Montgomery, junto con su madre Justine están remodelando el hotel Boonsboro.

Becket , el arquitecto y menor de los hermanos se encarga de los planos , Owen , el mediano, es el que lleva las compras , las cuentas y el control de que todo llegue a su tiempo, y Ryder es contratista , aunque también trabaja la madera, aunque todos están a una para que el hotel se pueda inagurar en breve.

Becket , desde siempre ha estado enamorado de Clare, pero ésta se enamoró de su amigo Clint, que se alistó en el ejercito, se casó con él y se marcharon a vivir fuera , ahora está viuda y con tres hijos pequeños.

Clare , trás la muerte de su marido volvió a Boonsboro con sus dos hijos mayores y embarazada del pequeño , ha montado una libreria y reparte su tiempo entre la tienda y sus hijos.

Cuando Becket se ofrece a saciar la curiosidad de Clare y enseñarle como están prosperando las obras, ésta queda entusiasmada y Becket le propone que prepare los folletos del hotel, por lo que se tienen que ver mas a menudo y empieza así una dulce relación.

La historia entre Becket y Clare me ha resultado muy bonita y muy dulce, son amigos de toda la vida y la relación entre ellos va prosperando poco a poco, además el hecho de que haya tres niños pequeños hace que hayan escenas divertidas y algunas muy tiernas.

Esta historia, además del amor entre los protagonistas , nos muestra el gran valor de la amistad y el amor fraternal, vemos como Clare antepone sus hijos a cualquier otra cosa, vemos también como Justine y sus hijos son una piña , aunque discutan y predominen las puyas, siempre se apoyan y se ayudan .

En cuanto a secundarios , aunque tienen mucho papel en la historia, igual que los hermanos de Becket, están Avery , que es del pueblo , es amiga de todos ellos y tiene un restaurante-pizzeria y Esperanza que llega para ocuparse de la gerencia del hotel, y es amiga de Avery y de Clare, ellas son las protagonistas de los siguientes libros.

Además también le da un toque sobrenatural , haciendo aparecer en el hotel un fantasma.

Me ha parecido una buena historia, sencilla , y con unos protagonistas encantadores , aunque como en las últimas trilogías de esta autora , describe con mucho detalle las tareas que se llevan a cabo y puede llegar a ser un pelín repetitivo, además le he encontrado algunas similitudes con otros de sus libros, pero aún así me ha gustado mucho y espero que la serie vaya a más.

Mi valoración 4/5

 


Crítica realizada por Sandrayruth

 

Pues la he votado como Muy Buena, y es que me ha encantado la historia!! La verdad es que empecé el libro con un poco de apuro, pues veía que todas las críticas hacia este libro eran completamente diferentes, y lo he tenido ahí aparcado esperando el momento para empezarlo. Y la verdad es que me ha sorprendido y muy gratamente!!

Es verdad que el principio del libro es un poco pesado, con las descripciones del edificio, muebles, azulejos, pinturas, etc. Pero aun así ha logrado engancharme desde la primera página. No se si es por la forma de narrar de la autora o qué, pero yo me he imaginado allí viendo la reconstrucción e imaginándome las habitaciones.

Y los personajes me han gustado. Creo que la autora ha sabido dotar a la protagonista de encanto y valentía, pero aun así tiene un punto débil que la hace vulnerable. Y el protagonista?? Pues que me ha encantado desde el principio. Creo que Beckett se gana el amor de Clare poco a poco, y también a sus hijos, con los que me he reído un montón. Dotan al libro de un punto precioso con unos momentos de humor insuperables.

Un primer libro que engancha, al hotel y a los hermanos. Deseando leer las historias de los dos hermanos y saber más del fantasma Lizzy

 

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