Mary Reed McCall - Los pecados del placer

Valoración:

Critica realizada por Mariam

La orden de los templarios, formada por nobles y orgullos caballeros que juraron votos de pobreza, castidad, piedad y obediencia, entregó su vidas al servicio de la sagrada orden hasta que en 1307 bajo la mano del Rey Philippe de Francia se inicia la acusación de herejía contra los monjes-guerreros.
Esta figura que une realidad y leyenda da pie a la trilogía Templaria de Mary Reed McCall, cuyo primer libro es La tentación del templario.
Los pecados del placer es el segundo libro en el que nos narra la historia de Sir Damien de Ashby y Lady Alissende de Montague.

La novela se inicia en 1309 cuando la Inquisición ya ha estallado y se encuentra en plena persecución de los Templarios. Damien de Ashby es uno de estos caballeros. De cuna humilde se labró un nombre como guerrero y se encumbró como un temido y respetado adversario. No obstante la traición de la mujer que amaba le hizo abandonar Bretaña para alistarse en las filas de la Orden de los templarios. Perseguido como uno más de este grupo, es hecho prisionero y torturado cruelmente bajo acusación de herejía. Tras meses de encarcelamiento y denigrantes tratos, se presenta ante él el monje Ben que actúa como enlace entre Damien y una misteriosa ayuda para liberarlo de su prisión y una muerte segura.
Sin fuerzas y casi sin vida, Damien se aferra a esa última oportunidad de sobrevivir, sin saber que esta ayuda procede de la misma mujer que una vez destruyó su corazón, su fe y vida. La misma que lo empujó a enrolarse en la orden sagrada.

Lady Alissende de Montague es una joven viuda que tras un insatisfactorio matrimonio de cuatro años con un noble, un Conde, al que nunca amó se encuentra en la disyuntiva de aceptar una nueva propuesta de matrimonio de su primo, el inescrupuloso Hugh, Conde de Harwick, o recurrir al único hombre que amó y que una vez traicionó. Para huir de otro enlace no deseado, acepta la propuesta de su primo, el Padre Michael, y su madre. La solución pasa por aceptar un matrimonio por poderes con Sir Damien de Ashby.
Inicialmente se niega a ello. Es consciente de que Damien debe odiarla profundamente después de que años atrás lo rechazó públicamente ante la misma corte del Rey, desdeñando sus sentimientos y destrozándole el corazón.

Confabulada con su primo Michael, liberan a Damien de su encarcelamiento y pactan un matrimonio por poderes, engañando al mismo rey de Inglaterra y desobedeciendo su mandato de casarla con Lord Hugh.

Sin embargo una vez vuelven a encontrarse frente a frente los antiguos amantes, nada queda de aquel dorado caballero que un día arriesgó todo cuanto poseía para depositarlo a sus pies. Ante ella se topa con un extraño, un hombre oscuro, herido, atormentado y, sobre todo, alguien que no está dispuesto a volver a confiar en ella ni entregarle su corazón.

Pese al rechazo inicial, al conocer la dura situación de Alissende, Damien accede a prestarse a aquella charada, pero con varias condiciones: el matrimonio será falso, sólo de nombre, y tendrá una duración de seis meses. Pasado ese tiempo y una vez liberada del yugo y amenaza que Harwick supone para ella, él desaparecerá nuevamente de su vida. Y por supuesto, piensa mantener sus votos de castidad, pese a que ya no cree en tales juramentos ni mucho menos en la gracia de un Dios que ha permitido que su vida haya alcanzado tal cota de dolor y sufrimiento


Esta novela ambientada en plena época medieval y que nos retrata la crudeza y belleza de tan épica edad, escrita bajo la pluma de Mary Reed McCall, nos transporta a un libro que transmite infinidad de sentimientos y las luces y sombras de unos años oscuros.
Un hecho que destaca sobre el libro es cómo entremezcla hechos históricos reales con la historia de amor, cómo entrelaza la figura legendaria de los Caballeros Templarios y novela romántica.
Partir de la Orden de los Templarios crea un marco muy interesante bajo el que sustentar todo el andamiaje del libro y la trilogía.
Los personajes están perfectamente retratados y perfilados. Sus personalidades se nos muestran con claridad.

Damien es un hombre huraño y desconfiado la mayor parte del libro, pero bajo esa capa de rudeza y frialdad se nos van ofreciendo pinceladas de su vulnerabilidad y el dolor que aún late en su corazón. Congrega muy bien la figura ruda y arisca de un caballero, el tono huraño de un hombre traicionado y las cicatrices de un guerrero y superviviente a las vejatorias y crudas torturas de la Inquisición.
Lady Alissende pese a su error del pasado, poco a poco va ganándose el corazón del lector por su evolución y aceptación de culpa en todo momento. La fragilidad, pero a la vez su carácter sincero que la lleva a aceptar en todo momento la carga de sus errores, va haciendo que se la llega a “perdonar”.

Los pecados del placer retrata una novela romántica con mucha madurez y seriedad en ese aspecto. Nos muestra unos personajes humanos, sus fallos y debilidades y como estos los superan y aceptan las consecuencias de sus decisiones del pasado.
Es un libro de lectura muy ágil por la manera de escribir de la autora y el carácter de la novela.
La ambientación, la época, los torneos y figuras legendarias como los Caballeros Templarios… configuran un marco muy atractivo para crear una historia de amor. Mary Reed McCall logra plasmar un novela interesante.

Puntuación: Buena

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