Marcia Cotlan - Una pareja escandalosa

Valoración:

Crítica realizada por Marina

Aimée Du Maurier es la beldad del condado. Tiene diecisiete años y pertenece a una familia de hacendados cuya plantación es la más antigua de Carolina del Sur.

No hay un solo muchacho en Charleston que no desee casarse con ella. O mejor dicho, sí lo hay: Edward Robilard, quien desciende de otra insigne familia dedicada a la política. Un mujeriego empedernido, un hombre muy culto que desprecia a Aimée por su frivolidad típica de las damas sureñas.

A pesar del odio que se profesan, ambos se ven forzados a contraer matrimonio para salvar la reputación de la muchacha, que ha quedado malparada por culpa de un escándalo.

¿Lograrán dejar atrás sus diferencias para rendirse al amor?

La historia nos sitúa en la ciudad de Charleston, a mediados del XIX.

La que más y la que menos, después de haber leído un montón de novelas románticas de época, podemos imaginar lo que nos vamos a encontrar. La novela no está libre de tópicos: las arcaicas costumbres de ese tiempo,las normas que debían seguir las damas de buena cuna si no querían que se les tildara de desvergonzadas, el rol que tenían que seguir los caballeros, la moda, las reuniones sociales, los bailes y un sinfín de acontecimientos más.

Sin embargo, la autora ha tenido, a mi parecer, el buen criterio de crear en esa sociedad plana, donde importaba más el qué dirán que el qué quiere uno, a una pareja que, seguramente por su carácter levantisco, se pasa las normas por el forro del abrigo. Eso hace que la novela nos parezca más fresca, que encontremos conversaciones divertidas, que existan broncas entre los protagonistas y que, en consecuencia, se nos haga amena. Al menos a mí se me ha hecho entretenida.

Aimée tiene un modo de ser que se sale de lo normal, aunque en apariencia y de cara a los demás, es una muñequita coqueta, ríe por cualquier cosa, no tiene demasiada cultura y solo se preocupa de cazar marido. Típica muchacha de ese tiempo y de esa sociedad. Pero acaba demostrando que es mucho más que una cara bonita y un cuerpo metido en un vestido de última moda.

Edward la adora desde un principio, pero al ver que ella coquetea con otro hombre, la encasilla de inmediato entre las jovencitas tontas y sin cabeza, y hasta la toma manía. Es un hombre que ha vivido en el norte, que conoce el modo de pensar de otras personas distintas a las sureñas, que no comulga mucho con las normas del Sur ni con la esclavitud. Tiene fama de mujeriego y no se lleva muy bien con su hermano por algo que pasó hace tiempo. Peeeeero, no puede negar la atracción que siente por la protagonista. Así debe ser, claro.

Les obligan a casarse porque han estado a solas durante unos momentos y ella puede quedar arruinada. Caray con las tonterías de la época. Vamos a ver: si ella ha tenido un accidente con el carruaje y él la salva... ¿qué va a hacer? ¿Quedarse esperando? Desde luego entonces eran un poco simples.

La relación entre ambos me ha entretenido. Y el modo en que ella cambia después de marcharse a Europa, mucho más, porque demuestra a todos que no es una cabeza loca, y es un modo de volver a conquistar al que es su esposo.

Los secundarios no tienen mucha relevancia, pero completan el argumento y salen en el momento oportuno.

Lo que más me ha gustado de esta novela es la ambientación.

 

Crítica realizada por Malory

No sabría decir el tiempo que hace que no leo una novela ambientada en los estados sureños de Norteamérica y me ha encantado. Es una época que siempre me ha gustado como fondo de las historias (sobra decir que el tema de la esclavitud le resta encanto... por suerte nuestros protagonistas suelen estar en contra jejeje) y en este caso no podía ser de otra manera. Marcia ha logrado una ambientación estupenda, ha sabido reflejar una sociedad en la que la mujer era un mero objeto de decoración que sólo debía preocuparse por lucir bonita, sin pensar por sí misma ni interferir en los asuntos de los hombres. Una época en la que el coqueteo era casi un arte y era visto con buenos ojos, pero sin embargo las normas de conducta eran rígidas y el menor desliz desembocaba en escándalo.
Y escándalo o más bien escándalos serán los que protagonicen esta pareja (el título lo dice todo).

Ella, una jovencita de diecisiete años acostumbrada a que todos la adulen, la cortejen y beban los vientos por ella. Y con el carácter caprichoso y un tanto pueril propios de alguien de su edad y posición. Él, un hombre con una reputación y un carácter que no lo convierten precisamente en el paradigma del caballero sureño, pero que sin duda sabe cómo encender a una mujer... en más de un sentido, pues a Amiée le hará arder pero de furia.

Y es que la relación entre estos dos empieza marcada por un odio casi visceral que los lleva al límite, que hace salir lo peor de cada uno de ellos y les lleva a infringir el mismo daño y sufrimiento que reciben del otro. Así comienza la relación entre Edward y Amiée, de forma intempestiva. Pero toda esa rabia, ese odio, ese rencor que se tienen, en el fondo, solo sirven para ocultar un sentimiento más intenso y profundo que ambos se niegan a reconocer que sienten: amor.

Me encanta como maneja Marcia estas situaciones, lo hasta el límite que lleva a sus protagonistas, hasta casi romperlos de dolor, para luego con un giro maravilloso hacer cambiar las tornas y dejar que el amor fluya entre ellos de forma natural... bueno, digamos que fluye pero teniendo que sortear alguna que otra "piedrecita".

Creo que sobra decir que ambos son personajes estupendos, fuertes, decididos y testarudos como ellos solos... tal para cual. Verlos madurar, reconocer sus errores y tratar de ponerles remedio da como resultado escenas tiernas y emotivas que nada tiene que envidiar a las de aquellos enfrentamientos primeros, donde las chipas saltaban, la atracción podía palparse y la tensión no siempre era negativa.

Sobre el resto de personajes hay poco o nada que decir pues apenas tienen cabida en la historia, pero la verdad tampoco lo he echado de menos, me gustan este tipo de novelas en la que la trama gira casi exclusivamente alrededor de los protagonistas; quizás destacar a los hermanos de Edward, que en cierta forman toman parte activa en la relación de la pareja. Y sí, bueno, a la petarda de Jude... si es que al final tanta dama sureña y la chica era una viborilla.

"Una pareja escandalosa" cuenta con una trama bien hilada, coherente y muy bien escrita. Es una novela entretenida, que arranca más de un suspiro y sonrisas, que emociona y engancha.

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