Lora Leigh - Placeres prohibidos

Valoración:

Crítica realizada por Mencía

Sinopsis:

Se han oído rumores fugaces sobre el Club, ubicado a las afueras de Washington D.C. Y solo los miembros saben adónde van los hombres cuando quieren satisfacer el deseo de compartir sus mujeres con un compañero masculino cuidadosamente seleccionado...

El ex agente del FBI, John «Mac» McCoy, renunció a su puesto en el Club cuando contrajo matrimonio con Keiley Hardin. Tentadora e inocente, dulce y sexy, nunca aceptaría el deseo de Mac de compartirle con otro hombre. Sin embargo, la creciente curiosidad de Keiley y las propias fantasías de Mac de compartir a su esposa le acechan en sueños. Y en las pasiones.

Sin poder soportarlo más, Mac invita a su mejor amigo, Jethro Riggs, a su casa con la intención de atraer a Keiley a los placeres que solo pueden conseguirse cuando dos hombres aman a la misma mujer. Pero hay otras cosas que suceden alrededor de Mac además de un poco de placer adicional. Un viejo caso que involucra a un acosador a quien le agrada jugar ha vuelto a surgir, pero ahora Keiley está en medio de todo. La pasión y el placer, el peligro y el deseo se combinan cuando lo prohibido se vuelve una adicción de la que ninguno de ellos puede escapar.

Opinión:


“Este libro contiene material sexualmente explícito”Así reza la advertencia que podemos encontrar en la contraportada de Placeres Prohibidos. Estamos pues ante una novela de alto contenido erótico que incluye  a un tercero en el juego de seducción, pasión, y amor que se desarrolla en sus páginas. Como en casi todas las novelas de este género la trama queda eclipsada por los pensamientos y deseos de sus protagonistas. Y si bien en muchos casos estas ideas pueden ser tan simples y repetitivas como primarias, en el que nos ocupa  ejecutan una perfecta coreografía con el único fin de que podamos llegar a entender el pasado y presente de los personajes principales.

Dos hombres: Mac y Jethro, compañeros de trabajo y amigos,  comparten un oscuro instinto producto directo de su traumático pasado, aunque en su manifestación ante el mundo, y el siempre deseable sexo débil, es bien distinta.

Mac es luz, sonrisa abierta, fuerza y galantería. Le gusta mimar y complacer a la mujer sobre la que desea asentar su dominio. El amor que siente por Keiley le lleva a abandonarlo todo. Atrás deja, trabajo, ciudad, compañeros, y el modo de vida transgresor, que ha llevado hasta entonces. Tras su matrimonio emprende una nueva existencia en una granja de su pueblo natal, volviendo a relacionarse con las personas que alguna vez formaron parte de su pasado.  Él ante todo busca el bienestar de su pareja, cree que ella merece cualquier sacrificio por su parte, y es por ella por lo que renuncia a su lado oscuro. Aunque en un recóndito rincón de su alma, guarda la esperanza de que llegue el día, en que Keiley esté preparada para aceptar y compartir con él la sexualidad tal y como él la siente y la vive. Mac espera, desea y ansía. Han pasado tres años desde su matrimonio, y aunque no puede sacudirse las dudas acerca de la reacción que pudiera tener su esposa ante la propuesta que le grita su instinto, empieza a ver signos en ella que le hacen albergar la esperanza de un nuevo futuro en sus relaciones. Mac nunca se olvida de Jethro, su fiel compañero de correrías, que todavía se mantiene en su puesto de agente, él fue el que les presentó, y piensa que él será el perfecto tercero para iniciar a su inocente y reticente esposa. Es por ello por lo que le invita a pasar una semana de vacaciones con ellos en la granja. Una ocasión única para llevar a cabo su planes. Si todo sale bien, por fin su sueño se hará realidad.

Jethro es noche, mirada penetrante, tensión y peligro. No sabe amar, las mujeres siempre le han temido aunque se sintieran atraídas por él, por eso nunca se ha permitido sentir algo mas que el placer carnal en sus relaciones. Cuando conoce a Keiley su mundo se tambalea, ella le conmueve hasta en lo mas profundo de su ser, pero reconociendo su incapacidad sentimental,  renuncia a ella y hace que Mac y Keiley  se conozcan. Sabe que el amor prenderá en ellos, sabe que Mac es el hombre que puede hacerla feliz, sabe que ella no está preparada, y teme que su intenso y crudo deseo termine por dañarla. Y antes muerto que causarle dolor. Por eso cede su puesto y permite que Mac llegue hasta ella, a través de él, como tantas veces antes, llegará el día en que pueda disfrutar de Keiley. Compartir la misma mujer con Mac es uno de sus mayores placeres y lo conoce lo suficiente como para saber que tarde o temprano ella estará a su alcance. Keiley es algo único y precioso y  no le importa renunciar a ser el hombre de su vida ¿cómo podría llegar a serlo siendo como es?. Mac se encargará de su felicidad y él se conformará con  llevarla al éxtasis cuando los tres se revuelvan en las mismas sábanas, es todo lo que le puede ofrendar a la única mujer que tiene la capacidad de llenarle de vida.  Pero la invitación de unirse a ellos nunca llega, los años pasan y su sueño se vuelve inalcanzable. Cuando Mac le sugiere que vaya a pasar unos días a la granja, no desaprovecha la ocasión. Es consciente que deberá ganarse a Keiley, Mac se sincera con él y no le hace promesas vanas: Keiley no sabe nada de los planes de su esposo y no puede prever su reacción. No importa, Jethro está dispuesto a todo por conseguirla.

Keiley después de unos oscuros años en los que pudo acabar destruida por los comentarios, críticas y desplantes de la sociedad en que vivía, conoce al hombre que colma sus aspiraciones de amor. Llegó virgen a su matrimonio, pero hoy en día disfruta plenamente de su sexualidad. Sabe que su marido es un hombre de fuertes apetitos y eso le gusta. Mac la inunda de placer, la hace sentirse amada y segura, la mima y complace de mil formas, y su pasión por ella parece no tener fin. Sin embargo de un tiempo a esta parte empieza a percibir cierto despego que la incomoda e intranquiliza. Sabe que algo está fallando, aunque no termine de entender el qué. Ella no puede ser mas feliz pero ¿ y Mac? ¿ Es él feliz? Antes de casarse oyó hablar de ciertas inclinaciones perversas, a las que, por lo que le dijeron, su marido era proclive. Formaba parte de un club exclusivo en el que el sexo, y mas concretamente los tríos, constituían el plato fuerte del menú. Mac le aseguró que todo quedaría atrás si ella se convertía en su esposa, y así fue. Su vida dio un cambio de 180º cuando se trasladaron y entraron a formar parte de una pequeña comunidad, en la que evitar los zarpazos de una antigua ex de Mac era su máxima preocupación. No podía pedir mas a la vida, su trabajo la llenaba de satisfacciones, podía disfrutar de una existencia tranquila, y sentía tanta adoración por su marido como él por ella. Entonces ¿qué fallaba? Intentar buscar la respuesta en Mac era causa perdida, se cerraba sobre si mismo y no le permitía acceder a su pasado. Cuando Jethro llega a la granja, Keiley empieza a descubrir que se esconde tras esa invitación. Fue a Jethro a quien conoció primero y siempre sintió una fuerza subterránea en él. Las cartas están ahora boca arriba, ella es quien tiene en su mano la decisión. ¿ Lo desea? ¿ Será capaz? ¿ Cómo podría amando a su esposo? ¿ Cómo puede él siendo tan celoso empujarla a ello?

Las bases de la trama erótico romántica están servidas. Paralelamente se desarrolla una sencilla línea de intriga en la que nuestros hombres podrán lucirse en su papel de agentes y machos protectores. En cuanto a los secundarios son pocos, pero dan el punto justo de sal. Yo destacaría a la víbora de la ex de Mac y el papel de Max, la mejor amiga de Keiley. Una porque hace falta una mala, “malona” y la otra porque es francamente ocurrente y divertida.

Placeres Prohibidos es una estupenda novela erótica siempre y cuando los ménage á trois sean de vuestro gusto. ¿Romántica? Pues dependerá de si cómo pregunta una canción creéis que se puede llegar amar a dos personas a la vez y no estar loco. De cualquier forma, pienso que la que se  haga con esta novela sabe que aquí prima la carnalidad, y en ese sentido Placeres Prohibidos no defrauda. Hay lucha de caracteres, anticipación y tensión. Por un momento la relación se vuelve cruda y directa para después envolverse en ternura. Mac y Jethro son letales por definición, atractivos, fuertes y dominantes. Machos alfa  enamorados hasta las trancas de la misma mujer y con un apetito voraz por ella. Pero al mismo tiempo son de lo mas humanos en sus dudas, temores y  sueños. Son hombres cincelados a fuerza del dolor y el desamor que han tenido que superar durante gran parte de su vida. Su paciencia y generosidad con la persona amada no conoce limites y se entregan ansiando colmarla por encima del propio placer. Quizá sea ésta una forma de amor que nos resulte ajena, quizá no sea de nuestro gusto, quizá nunca nos hayamos parado a reflexionar sobre ella. Da igual. Creo que  Placeres Prohibidos está ideada para la evasión y no hay que dar mas vueltas. Es ni mas ni menos una fantasía que cobra vida en papel de imprenta, un sueño íntimo y pecaminoso al que no ha de faltar quien por unas horas quiera perderse en él.

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