Linda Howard - Sombras en el crepúsculo

Valoración:

Crítica realizada por Mipeti

Roanna Davenport se había criado huérfana en la magnífica finca que su abuela tenía en Davencourt, Alabama, adorando a los caballos, con un talento innato para meterse en problemas... y profundamente enamorada de su primo Webb. Pero todo el mundo esperaba que Webb se casara con su encantadora prima Jessie. Y cuando éste así lo hizo, el amor que Roanna sentía por él se vio desterrado al mundo de los sueños... hasta la noche en que encontraron a Jessie muerta, molida a golpes.
Después del horroroso asesinato de su esposa, Webb escapó a Arizona, abandonando el legado que él creía era todo lo que quería en esta vida. Pero entonces aparece una muy crecida Roanna entrando en un apestoso bar en Nogales para llevarle de vuelta a casa. El travieso espíritu que había conocido en ella diez años atrás, había desaparecido. También se había ido su fuego. En su lugar, había un frío hielo que se derretía con sus caricias. Y Webb se ve arrastrado hacia Davencourt, hacia Roanna, y hacia el asesino que una vez destruyó su vida… y que está esperando a terminar el trabajo.



Con esta crítica no voy a entrar en demasiados detalles acerca del contenido del libro, porque creo que desvelar cualquier dato puede estropear su lectura posterior, y chafar alguna sorpresa.
Es una novela compuesta en tres partes, en donde cada parte está temporalmente separada de la anterior por 10 años de diferencia. En las dos primeras partes del libro, tres personajes son trascedentales para el desarrollo de la trama: Roanna, Jessie y Webb.
Roanna es una niña que de la noche a la mañana se encuentra huérfana de padre y madre. Es extrovertida, alegre, impusilva y adora a los animales. Es acogida en casa de su abuela paterna, una descomunal mansión que acoge a toda la familia Davenport-TAllart. Allí no encuentra demasiado cariño, excepto en los brazos de Webb, que queriéndola como a una hermana la consuela y la ayuda a salir adelante.
Webb es huérfano de padre, y sobrino-nieto de la abuela de Roanna, y tanto él como su madre son acogidos iguamente en Davencourt, la casa señorial propiedad de esta familia. Sabe que en el futuro el será él heredero, pues aún no siendo un Davenport de apellido, es el único de la familia capaz de sacar adelante todo el emporio financiero. Así, con tan solo 14 años encamina su vida con ese único objetivo, convertirse en el nuevo jefe de la familia.
Jessie, prima de Roanna, también se ha quedado huérfana de madre en el mismo accidente que se cobra la vida de los padres de Roanna. ES la princesa de la casa, hermosa, adorada, perfecta... Y también caprichosa, orgullosa, déspota, vengativa... Cree que puede dominar a quien quiera y aprende además que con su cuerpo puede obtener lo que más desea: convertir a Webb en su fiel servidor y así adueñarse de todo lo que Davencourt simboliza.

Como ya comenté anteriormente, esta novela está dividida en tres partes, y en ellas se describe diferentes sucesos en la vida de los tres desde la infancia hasta la madurez. Es una novela intensa, donde no solo surge un amor fuerte y duradero, sino que además la autora nos deleita con toda clase de accidentes, asesinatos, mentiras y secretos familiares.
Siempre que una historia de amor implica a tres personas, surgen toda clase de situaciones desastrozas y además emociones contradictorias. El amor que Roanna siente hacia Webb es muy fuerte, comienza desde la adoración infantil hasta el descubrimiento de su sexualidad en la adolescencia. Sin embargo, Jessie está en medio, es su prima y ademas es la esposa de Webb. Ella sabe que Webb solo la ve como a una hermana, no como a una mujer, y sin embargo siempre le brinda su amor de forma incondicional y sin restricciones.

Tras la trágica muerte de Jessie todo cambia: Webb decide comenzar una nueva vida e irse de aquel hogar y Roanna solo encuentra refugio en sí misma para superar la doble pérdida. Pasados los años, vuelven a reencontrarse, pero ninguno de los dos es ya el que era. Webb ya no es ese señorito sureño caballeroso y educado, ahora es más brusco y desconfiado. Y Roana ha perdido toda la frescura de su juventud, es inexpresiva y aparentemente carente de emociones.

Me ha parecido una novela sorprendente, engancha desde un primer momento por la historia que se cuenta, pero también por esa manera lenta y descriptiva que Linda Howard ha decidido utilizar en este libro. Tanto el personaje masculino como femenino son muy complejos, pero en particular me ha encantado Roanna: es una mujer que se ha rehecho así misma, y ha sabido salir adelante sin apoyo, a pesar de sufrir el duro golpe de la muerte de sus padres con tan solo 7 añitos.
Es un libro muy emotivo, no puedes dejar escapar alguna lagrimita en determinados momentos. Hay todo un despliegue de personajes secundarios, familiares y amistades que aportan su granito de arena a toda esa maraña de secretos y mentiras que se van sucediendo a lo largo de la trama.

A pesar de que esta novela es bastante diferente en mi opinión a los libros que esta autora nos tiene acostumbrados, hay algo que no cambia: su protagonista masculino es el típico macho alfa, protector y dominante, pero con corazón tierno.
Creo que con esta novela Linda Howard se ha superado así misma. Si se me permite una comparación, es muy al estilo de Secretos en la noche.

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Crítica realizada por Tohko

Roanna Davenport se había criado huérfana en la magnífica finca que su abuela tenía en Davencourt, Alabama, adorando a los caballos, con un talento innato para meterse en problemas... y profundamente enamorada de su primo Webb. Pero todo el mundo esperaba que Webb se casara con su encantadora prima Jessie. Y cuando éste así lo hizo, el amor que Roanna sentía por él se vio desterrado al mundo de los sueños... hasta la noche en que encontraron a Jessie muerta, molida a golpes.
Después del horroroso asesinato de su esposa, Webb escapó a Arizona, abandonando el legado que él creía era todo lo que quería en esta vida. Pero entonces aparece una muy crecida Roanna entrando en un apestoso bar en Nogales para llevarle de vuelta a casa. El travieso espíritu que había conocido en ella diez años atrás, había desaparecido. También se había ido su fuego. En su lugar, había un frío hielo que se derretía con sus caricias. Y Webb se ve arrastrado hacia Davencourt, hacia Roanna, y hacia el asesino que una vez destruyó su vida… y que está esperando a terminar el trabajo.


Linda Howard siempre ha sido una de mis autoras favoritas. La descubrí gracias a una amiga y la novela “Secretos en la noche”. Su estilo narrativo, sus personajes sobre todo sus protagonistas masculinos rudos, fuertes, reservados y algo marcados y atormentados me marcaron mucho.  Desde entonces se ha convertido en una de las autoras por las que siempre apuesto. Hacía tiempo sus libros habían cambiado, al menos se notaban ciertos cambios en su forma de narrar aunque sus personajes seguían siendo rudos y atormentados en algunas de sus novelas estas características se suavizaban como puede ser en “Al amparo de la noche” o se acrecentaban como en “Obsesión y venganza” donde Díaz era parco en palabras pareciendo más bien una sombra siniestra. A pesar de ello sus libros me siguieron gustando, aunque mis favoritos fueron siempre los McKenzie sobre todo los tres primeros.

Sombras en el crepúsculo es una novela que nos devuelve a la Linda Howard que podemos denominar, como la autora  de siempre, con un estilo narrativo fluido y adictivo. Vuelve a tocar el tema de los caballos, el rancho, etc. Deja atrás temas más controvertidos como el tráfico de órganos o de bebes que trato en “Obsesión y Venganza”,  y nos presenta a un triángulo amoroso, algo también bastante habitual en sus novelas.
El mayor aliciente de esta novela para mi es el tema de los caballos que la autora sabe llevar muy bien de manera que sea un mundo fascínate y a la vez conocido para el lector y los tres personajes principales o debería decir cuatro.

Lucinda Daveport es la matriarca de la familia, respetada y temida tanto por su familia como por su comunidad, para ella la familia es lo más importante de ahí que cuando sus dos hijos fallecen no duda en acoger a sus dos nietas, Jessie y Roanna en la casa familiar y criarlas. Sin embargo ambas son muy distintas y comete el error de tomar partido por una de ellas dejando a la otra abandonada.  Es un personaje de carácter, sabe manejar bien a la familia, a todos ellos, a los que quiere a pesar de sus defectos. A pesar de ello tendrá que superar importantes infortunios y pagar en cierta forma por sus errores.

Jessie Tallant es una niña malcriada, mimada y consentida. Es la princesa de la casa y sabe perfectamente que puede conseguir todo lo que quiera con una sonrisa y un mohín infravalorando todo lo bueno que tiene a su alrededor. Se sabe guapa y perfecta, capaz de comportarse de forma exquisita en la sociedad y utiliza el sexo para dominar a todos los hombres que acuden a ella como las moscas a la miel. Todos excepto su primo Webb.  Odia a Roanna ya que es una Davenport legítima y le hará la vida imposible o al menos lo intentará.

Roanna Davenport es una niña retraída, insegura que a lo largo de su infancia se ve relegada a un segundo o tercer plano por Jessie la princesa de la casa. A lo largo de su vida lo único que ha deseado es que su abuela la quisiera y la mostrara al menos una cuarta parte del cariño y el amor que muestra por sus primos Jessie y Webb.  Cuando llega a la edad adulta se convierte en un autómata, da a los demás lo que desean relegando y encerrando sus emociones bajo llave. Su única debilidad es su primo Webb.

Webb Tallant es un joven seguro de sí mismo, apuesto, atractivo y con una gran fuerza que controla a la perfección. Es un gran depredador que esconde su fuerza  bajo unas formas elegantes y finas, pero todos en la familia aprenderán a lo largo de los años que enfrentarse a él es un error. Lucinda le nombra heredero de todo Davencourt por lo que cree que es su deber casarse con Jessie y reeducarla para ser una buena esposa y mejor persona. Es la piedra angular de Davencourt, pero también lo es de Roanna, una joven a la que quiere como una hermana y a la que protege de todo, sabiendo que es tan frágil como una pluma.

Son cuatro personajes diferentes, que juntos convierten a esta novela en una de las grandes de la autora.  Las relaciones entre ambos son tensas.  Lucinda se desvive por Jessie, y acaba pagando su error. Jessie demuestra ser despiadada, cruel, ególatra y también demuestra no tener dos dedos de frente. Lo quiere todo o nada y quiere ser siempre la primera en todo.
La muerte de Jessie deja un gran vacío en todos los sentidos, pero a quien más marca es a Roanna y a Webb.  La relación entre ambos pasa por distintas fases, es una historia de amor complicada  e intensa pero muy hermosa. Vemos la evolución de la misma desde su infancia cuando son como hermanos, cuando se vuelven adolescentes y por último cuando son dos personas adultas a las que la muerte de Jessie  deja realmente malparados. Roanna ve como la persona que más quiere se marcha, queda destrozada y sabiendo que por el resto de la familia no es apreciada se convierte en aquello que Lucinda deseaba que fuera. Y Webb harto de responsabilidades, de familiares ingratos que le abandonan cuando más les necesita se marcha dejando atrás a todo y a todos excepto a Roanna, al menos no en su corazón.

El regreso de Webb es el que marca la inflexión en una relación intensa, pero hasta entonces aletargada. Webb es como un fiera enjaulada que cuando vuelve a su hogar sacude a todo aquel que hay a su alrededor, no deja indiferente a nadie. Al volver se da cuenta de que su marcha fue un error y quien más lo ha pagado es Roanna que se ha convertido es una mujer hermosa pero falta de emociones, es como si la luz que brillaba en sus ojos se hubiera apagado y es entonces cuando se da cuenta de que añora la luz de sus ojos porque le daba  vida.
Ambos descubren a su manera que ya no son los que eran, que han aprendido de sus errores, pero que uno sin el otro no pueden vivir. Es una lucha de voluntades donde no se trata de que uno gane y otro pierda sino de que jueguen  en equipo;  Webb es el primero en comprenderlo y no dudará en demostrarle a Ro, como la llama cariñosamente, que esta vez ha vuelto para quedarse  y sobre todo que ha vuelto por ella porque si bien ella creía que él era su pilar, su luz, ella es eso mismo para  él.

Sombras en el crepúsculo me ha dejado más que una sonrisa en los labios al acabar su lectura. A pesar de que fue ayer cuando terminé de leer, aún revivo en mi memoria todas y cada una de las páginas, todos y cada uno de los momentos que me han hecho estremecerme, sonreír, suspirar e incluso llorar. Es una novela dramática, romántica, tierna, brutal,  intensa  y muchos otros adjetivos que ahora mismo no se me ocurren. También me ha dejado en un estado de insatisfacción y vacio porque a pesar de querer terminarla para ver el apoteósico final, cuando lo acabe me dije que después de una historia como esta que iba a leer ahora.

Creo que con esta novela, las fans de Linda Howard se reconciliarán con ella ya que sus otras novelas aunque con características propias de su estilo narrativo no tenían la esencia primigenia de lo que significa leer una novela howardiana. Sin duda es una novela que guardaré como oro en paño y que nunca me cansaré de releer hasta la saciedad.

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Crítica realizada por Mariam

Tenía muchas ganas de leer Sombras en el crepúsculo porque las novelas de Linda Howard en general suelen gustarme mucho. Puede que se deba al hecho de ser una novela que fue escrita hace bastantes años, pero me ha recordado bastante el estilo de novelas como Secretos en la noche. Con esto no quiero decir que crea que sean parecidas, pero sí que hay detalles, tanto en la trama como en los protagonistas, que me hacen verla más cerca del tipo de historia que cuenta Secretos en la noche que  Al amparo de la noche, por ejemplo. Debo decir que ésta también me gustó. Son estilos diferentes pero, en su línea, las tres me han gustado y mucho. Cada una en su estilo las tres me gustan.

De Sombras en el crepúsculo me ha sorprendido que la novela transcurre en tres épocas diferentes, con años de separación entre unas y otras, en lugar de un lapso concreto de tiempo. Con lo que vemos cómo ha cambiado la vida de Roanna y Webb en esos tres períodos. Además el cambio en los protagonistas también es notable.

Me ha sorprendido sobre todo Roanna porque Webb es un hombre que, con diferencias, es fácilmente identificable como un “protagonista Howard”: fuerte, seguro de sí mismo, rudo, arrogante pero también con un punto sensible.
A Roanna en cambio no le he encontrado tanto parecido con otras protagonistas. Al principio es una niña impulsiva, traviesa e insegura. Años más tarde es un mujer que vive encerrada en sí misma, no confía en nadie, es solitaria e insegura. Me ha recordado un poco al tipo de protagonistas que suele retratar Diana Palmer, salvando las diferencias.

Para mí Sombras en el crepúsculo es una novela muy buena o, en todo caso, a mí me ha gustado mucho. Estoy de acuerdo con Ana en su valoración, tal vez es muy disparatada o  rebuscada en algunos puntos;  los malos son muy malos y los buenos muy buenos, pero a mí me ha gustado mucho.

Valoración: Muy buena

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