Lea Tobery - Resurrección

Valoración:

Crítica realizada por Katon

¿Y si tuvieras que morir para encontrar el amor de tu vida?
«Muerta y viva a la vez. Tuve que morirme para conocerle… Para descubrir lo que es el amor verdadero. Para sentir que todo, al final, sí tiene un sentido.»
Emma, a sus diecisiete años, ha vivido una experiencia cercana a la muerte. En ella ha conocido a un ser fascinante, Ethan, con quien inmediatamente ha sentido una conexión especial, como si por fin hubiera encontrado a su alma gemela, al amor de su vida… Pero, una vez de vuelta a la realidad, Ethan ha desaparecido sin dejar rastro. ¿Era un ángel? ¿Una ilusión? ¿Un sueño? ¿O alguien que le traía un mensaje que podría cambiar su vida para siempre?


Es difícil empezar una crítica de un libro que casi no tiene argumento y la coherencia entre distintas escenas brilla por su ausencia. Aún estoy buscando la historia de amor. Emma es una joven de diecisiete años que durante cuatro horas está clínicamente muerta. Pero ella no está muerta, no. Ha viajado hasta un mundo naranja, cubierto por campos de centeno naranja y donde bebe de lava naranja de un volcán naranja y sin quemarse.

El libro está narrado en primera persona. Más que narrado parecen las entradas en un diario de una niña o preadolescente y no de una joven casi adulta. Frases cortas, casi sin descripciones y con un léxico bastante pobre componen el libro. Como algo bueno puedo decir que los capítulos son muy cortos, alguno no son más que hoja y media, eso facilita que se lea muy rápido, afortunadamente.

En la primera parte del libro Emma nos cuenta, alternando cada capítulo, lo que sucedió mientras ella estaba muerta y los momentos que pasó con Ethan en ese mundo, hasta donde el propio Ethan era naranja. No encuentro nada lógico que ella afirme que se ha enamorado incluso antes de verlo, solo con oír su voz, una cosa es el amor a primera vista, pero no en medio segundo y sin haberlo visto, simplemente sabía que estaba enamorada. La carrera por los campos de centeno, el ascenso al volcán, el manantial que hay en su interior, lo he leído con más asombro que deleite.

Después sucede el milagroso regreso, no voy a comentar la situación de dónde estaba la camilla y cómo es totalmente incongruente que esté rodada de tanta gente. En fin, si alguien vuelve a la vida, lo menos que necesita es que haya gente para verlo. Después de días en el hospital, el mayor objetivo de Emma es volver a ver a Ethan, y si para ello debe volver a morir, que así sea. Menos mal que esta vez está preparada y no se morirá de repente como la última vez, ahora ya sabe qué es lo que tiene que buscar, un mundo naranja. Además de contar con el apoyo y ayuda de sus maravillosas amigas. Emma pasará de estar eufórica por su visita a ese mundo a triste porque ha perdido al amor de su vida. Creo que la autora podía haber omitido la escena de la visita a la vidente, que no supera unos pocos párrafos y que no aporta nada al libro, de la visita al cementerio mejor ni hablar. En fin, no voy a seguir contando el poco argumento del libro.
 
Creo que este libro necesita una profunda revisión, tanto del contenido de la novela como de su léxico y de la estructura de alguna de sus frases. Emma se presenta a sí misma como un poco payasa, para unas páginas más adelante afirmar que es una chica tímida. Afirma que no es una persona enamoradiza y se enamora de una voz, y por no hablar de su supuesto novio. Por no mencionar que afirma no creer en las personas que dicen haber visto a fantasmas cuando ella misma cuenta que vio y habló con su abuela muerta, ¡dos veces! Sus amigas son casi una calca de ella, excepto que cada una tiene una cualidad que define su personalidad, supuestamente. Rachel es la racional, aunque una idea de ella casi al final del libro no tiene nada de racional, Julia, su mejor amiga, es la más sensata y eso que su aportación es decirle que lo más seguro es que tenga que morirse para volver a ver a Ethan y en otro momento que vayan a un cementerio porque todas las señales apuntan hacia allí. Fannia y Janis, tampoco es que aporten mucho, por no decir nada a la historia. Bueno sí, si no recuerdo mal, es Janis quien nos introduce en los significados del color naranja. En cuanto a Brice me parece que este personaje está metido casi con calzador.

Hay dos obsesiones que persiguen a la protagonista a lo largo de todo el libro, una es la frasecita que repite cada vez que puede y que se convierte casi en la letanía del libro; me morí sin morirme y el color naranja. El desenlace del libro podría haber estado mejor, pero en unas pocas páginas leemos de dónde venían los campos de centeno, el volcán, el manantial y el color naranja, aunque ya se podía adivinar unas cuantas páginas antes. También es cierto que la relación de estos lugares y colores no tienen nada que ver con el resto del libro. Aún estoy buscando qué significaba Ethan en toda esta historia, aunque de dónde surgió sí que lo tengo claro, pero no termino de entender qué quería significar en la vida de Emma, otro misterio más de este libro.

Lo cierto es que no sé cómo clasificarlo, ¿paranormal?, pues no estoy muy segura, ¿juvenil?, por la actitud de la protagonista más bien parece infantil y como ya he dicho con anterioridad la historia de amor no la encuentro por ninguna parte. Creo que es un libro escrito con mucha ilusión pero sin revisar lo suficiente, se nota que es el primer libro de la autora. Necesita, en mi opinión, pulir detalles esenciales, desde el vocabulario, la sintaxis hasta la relación de los diferentes hechos que relata la historia.

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Crítica realizada por Lina

Bueno, pues yo pocas veces me aventuro a hacer comentarios de un libro porque no me siento lo suficientemente capaz, que quede claro en primer lugar. Sin embargo, cuando me encuentro con un libro que se me vende como juvenil con trazos de paranormal, o lo que sea, y al acabarlo pienso que me han tomado el pelo, no tengo más remedio que alzar mi voz y protestar.

Soy joven, pero no me tengo por estúpida. Por suerte o por desgracia, he leído verdaderas novelas juveniles -y no tan juveniles-, que me han causado una impresión gratísima. Relatos y novelas completas bien argumentadas, bien escritas, cuyos protagonistas me han enamorado y con las que he disfrutado muchísimo.

Lo normal, creo yo, es pensar que si, por ejemplo, en un simple blog de aficionada –digo aficionada porque también he leído novelas en blogs que no han publicado aún-, puedo saborear historias que deberían estar en papel, cuando una editorial decide publicar algo es porque merece la pena. Es decir, porque la historia lo vale, es buena, está bien escrita, los personajes son personajes, la narración va a meterme de lleno en una aventura, etc, etc, etc….

¿Con qué me he encontrado en Resurrección? Creo que todavía, a estas alturas, estoy intentando saber el verdadero contenido del libro.

¿Qué han tratado de venderme y, para mi desgracia me han vendido? Un argumento sin pies ni cabeza, un mundo irreal que ni después de tomarme tres cervezas –en el caso de que yo me diera a la bebida, cosa que estoy pensando seriamente después de acabar este libro-, me resultaría inverosímil.

¿Qué es lo que la autora ha querido explicar en la novela? Siento tener que decir que no tengo ni la más remota idea.

¿De qué va el personaje de la protagonista? Tampoco lo sé. Lo único que me ha quedado claro es que a la autora el color naranja le gusta por encima de todo. El mío es el verde, así que ni en eso me ha gustado.

¿De qué va o qué pinta aquí el protagonista masculino, Ethan? Estoy exactamente en el mismo punto que con la chica, tampoco lo sé.

¿Los secundarios? Siento mucho repetirme, pero sigo sin enterarme de su cometido. Son tan simples como la protagonista y el chico, no aportan absolutamente nada a la historia y da la impresión de que los ha ido sacando porque secundarios debía tener la novela.

¿Las escenas que podrían haber dado un poquito de intriga a la historia? Una visita a una vidente, en la que no se encuentra clarividencia alguna, y un paseíto por el cementerio que mejor ni lo comento.

Ah, que no he contado nada de la historia, ¿verdad? Bueno, ahí va: chica que casi se muere y que se transporta a un mundo extraño donde todo es “naranja”, absolutamente todo, los campos, el volcán y hasta el protagonista. Se enamora hasta las trancas y cuando recupera la consciencia en lo único que piensa es en regresar a donde quiera que ha estado para buscar al amor de su vida, aunque para ello tenga que morirse de verdad. Fin del argumento.

Yo hacía redacciones cuando me las exigían en el colegio. No voy a decir que era una lumbrera, primero por que quedaría feo y después porque no viene al caso. Tampoco pienso decir qué notas sacaba, pero lo que sí tengo claro es que si la autora de Resurrección hubiera ido a clase con mi profesora, la nota no habría pasado de un 3 peladito.

Ahora me pregunto: ¿las adolescentes somos memas? ¿Con qué criterio las editoriales publican historias sin sentido, convencidas de que nos las pueden meter por los ojos como si no tuviéramos personalidad? Ser joven no es sinónimo de estupidez, pero se ve que algunos aún no se han enterado.

¿Que es el primer libro de esta autora, Lea Tobery? La felicito por las horas de trabajo que se habrá tomado para escribirlo, no quiero quitarle el mérito. Soy de las que opinan que a todo el mundo hay que darle una oportunidad, pero ¿es que no hay correctores? La novela pide una corrección a gritos, con frases mal construidas y un vocabulario pobre que nada enseña. Si los hay, no es posible que no se haya modificado la cantidad de incongruencias que aparecen a lo largo de la historia y las frases repetitivas hasta el aburrimiento. ¿No hay nadie que revise un manuscrito y analice si la novela merece o no la pena lanzarla al mercado? No, claro que no, porque a fin de cuentas las tontitas de las lectoras de juvenil van a comprar lo que se les ponga delante, como no entienden las pobres…

¿Es posible que se publique esta novela por el simple hecho de que la escritora es de Alburquerque y eso queda de cine, mucho mejor que si es de Murcia? Estoy empezando a pensar que sí, que es preferible vendernos una sarta de tonterías porque lo escribe una extranjera.

Dejo constancia de mi opinión por si alguien quiere darse por aludido y repito: las jóvenes y adolescentes somos eso, jóvenes y adolescentes, pero estamos bastante lejos de ser unas completas idiotas.
 

Página de la autora y biblografía: Lea Tobery

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