Laura Lee Guhrke - La cosa más dulce

Valoración:

Crítica realizada por Mariam

Doce años atrás, Phillip Hawthorne, el marqués de Kayne, acabó con los planes de boda de su hermano menor Lawrence, quien pretendía fugarse y casarse con Maria, la hija del cocinero. Desde ese día, después que le pagara para que se alejara de su hermano, Maria no volvió a ver al imperturbable Phillip... hasta el día que decide abrir su propio negocio y descubre que tiene como vecino al mismísimo marqués de Kayne.
Desde muy jovencita, Maria se ha valido por sí misma y ha logrado salir adelante. Ha luchado mucho por poder abrir su propia pastelería y ahora, gracias a la ayuda de su amiga Prudence, el sueño se ha hecho realidad y ha encontrado el local perfecto en el barrio de Mayfair. Por eso, ni siquiera la presencia de Phillip Hawthorne, va a desanimarla. O eso se dice.
En cuanto éste descubre las intenciones de Maria de abrir su negocio puerta con puerta con su casa, hace todo cuanto está en su mano para evitarlo, pero Phillip no cuenta con que Maria ya no es la jovencita desamparada de años atrás y está dispuesta a todo por impedir que ese hombre vuelva a tener el poder de controlar su vida.

Maria Martingale era la hija del cocinero de los Hawthorne. Desde niña se crió junto a Phillip y Lawrence, eran amigos inseparables a pesar de la diferencia de clases y de ser nada más que la hija de un sirviente. Pero eso cambió cuando regresó de estudiar de París, convertida en una adolescente, y cuando Phillip a muy temprana edad heredó el título de marqués. La diferencia de clases se hizo más patente.
Cuando Phillip conoció los planes de Maria y Lawrence de contraer matrimonio, amenazó con dejar sin un centavo a su hermano y a Maria la obligó a abandonar la casa familiar, dándole una cantidad de dinero. No volvieron a verse, pero los sentimientos de Maria hacia Phillip cambiaron desde ese día, algo se rompió dentro de ella al verse abandonada y rechazada por su amigo de la infancia.

Pero la dulce y confiada Maria es ahora una mujer con carácter y el temple suficiente para enfrentarse al mismísimo marqués de Kayne. Y, esa vez, él no podrá derrotarla.
 

La Cosa más dulce es la tercera de las novelas que componen la saga de las Solteronas.  Durante años, Maria vivió en la misma residencia que Prudence o Emma, las protagonistas de las novelas anteriores. Como ellas, es una mujer que se ha abierto camino en la vida con una profesión, logrando valerse por sí misma y ser independiente sin necesidad de un hombre. Su sueño siempre fue tener su propio negocio y éste se hace realidad cuando Prudence hereda una gran fortuna y se ofrece a ayudarla. Inicialmente Maria rechaza el ofrecimiento de su querida amiga, pero finalmente su deseo de abrir su propia pastelería puede más que el orgullo.

Lo que menos esperaba era reencontrarse con Phillip Hawthorne, quien al descubrirla como vecina y ante el regreso de Lawrence a Londres hace todo cuanto está en su mano para impedir el reencuentro de los antiguos enamorados. Ahora Lawrence está próximo a comprometerse con una joven americana con cuyo padre el marqués de Kayne pretende hacer negocios.
La aparición de Maria es completamente inoportuna, puede mandar al traste sus planes y la chispa vuelve a surgir entre ella y Lawrence... ¿o no es sólo el negocio lo que peligra, sino también los sentimientos de Phillip? ¿Está preparado para que Lawrence vuelva a enamorar a Maria ahora que es una mujer más hermosa que años atrás?

En cierto modo, esta historia me ha recordado muchísimo la película de Sabrina, al menos la primera parte de la novela. Joven humilde que ha soñado con el hijo de la casa donde su padre sirve, y éste ha sido siempre inaccesible para ella. Mientras el hermano menor es encantador y atento, el mayor y heredero es hosco, estirado y un snob. Maria lo aborrece, pero... no siempre fue así. Aunque Lawrence fue su amigo y compañero del alma, es Phillip quien la afecta cómo ningún otro hombre. Pero la diferencia de entre ellos es demasiado notable, no sólo porque el sigue siendo el marqués de Kayne y ella una pastelera, sino porque el mismo Phillip nunca podrá verla como una igual. 

La cosa más dulce no deja de ser una versión moderna de la Cenicienta. Una hermosa joven de origen humilde que despierta sentimientos en un hombre de cuna superior, en este caso el marqués de Kayne. Sin embargo, la diferencia de clases, de educación y de puntos de vista que los separa no desaparece a pesar de lo uno sienta por el otro porque para Phillip es algo que impide una relación entre ambos. Una pastelera y un marqués nunca podrían casarse, ambos se convertirían en el hazmerreír de la sociedad, una sociedad que no vería con buenos ojos que escogiese como marquesa a la hija de un cocinero.

La verdad es que desde principio a fin de la novela Phillip no cambia ni un ápice, algo que hace que Maria lo llame muchas veces snob, en mi opinión muy merecidamente. Phillip tiene demasiado inculcados los principios que le enseñaron desde niño, cuáles son sus obligaciones para con su título y el papel que representa en al sociedad. Las mujeres como Maria, aún siendo hermosas, inteligentes y despertando en él lo que ésta despierta, no han nacido para ser la mujer de un noble ni su amante.
Con un protagonista así puede que sea difícil que despierte simpatías, pero a mí en el fondo me ha llamado mucho la atención porque veo a un hombre que vive encorsetado en unas normas, más pendiente de lo que es correcto que de lo que quiere y la haría feliz.

El personaje de Maria en cambio es vital, divertido e impulsiva.  A pesar de los desaires de Phillip, no deja que éstos la humillen ni la hagan menos. Eso es algo que me ha encantado porque lo encara y le pone en su lugar.
La verdad es que la historia de amor que cuenta este libro es un tanto diferente porque hablamos de unos personajes que no aceptan en ningún momento sus sentimientos hacia el otro, pero por eso y por todo lo que envuelve, y porque como digo antes es la historia de una Cenicienta moderna, la novela me ha encantado.
Me ha gustado la pareja protagonista, tanto Maria como Phillip, aún siendo estirado y remilgado porque en el fondo me parece que es él quien carga con un estigma que no logra quitarse y porque según vamos conociendo cómo fue la relación de ambos desde la infancia, se descubre que bajo la pétrea máscara de Phillip Hawthorne se esconde un hombre de profundos sentimientos.

La cosa más dulce me parece una bonita historia de amor, tierna, orgullosa y en ocasiones divertida. Quizá sea su final el punto que menos me ha gustado... porque la escena final aún romántica como lo es, me parece un poco ostentosa, pero... en definitiva no me ha estropeado lo que considero un bonita novela romántica.

Valoración: Muy Buena


Crítica realizada por Katon

Maria ha trabajado muy duro los últimos doce años, ahora gracias a la ayuda de su amiga Prue puede ver su sueño hecho realidad, abrir una pastelería. Cuando por primera vez entra en ese pequeño local del barrio de Mayfair Maria sabe que ha encontrado el lugar perfecto para su patisserie, ya ve el mostrador y las mesas y lo que es más importante una cocina totalmente equipada y con unas dimensiones perfecta para ella y dos ayudantes. Soñando ya con el futuro de su negocio tropieza con un caballero en la acera. Él parece no reconocerla pero ella descubre en ese hombre a Philip Hawthorne, marqués de Kayne. Recuerda perfectamente el día en el que el joven marqués le pagó para que abandonara la casa familiar y olvidara a Lawrence, el hermano pequeño de Philip. Tras doce años Maria no sabe cómo pudieron pasar de jugar juntos a una relación fría y distante y de ahí al despido más humillante que Maria ha sufrido nunca.

Philip la reconoce al instante pero espera que ella lo deje pasar, pero Maria ya no es una joven insegura y desprotegida, desde ese primer momento se enfrenta a él y a su altanería. Ambos descubren con horror que podrían ser vecinos, es más, la futura pastelería de Maria pertenece a Philip. Él hará todo lo posible para anular el contrato de alquiler y echarla cuanto antes, y más ahora que Lawrence ha vuelto a casa después de pasar un tiempo en Nueva York. Se apresura a solucionar nuevamente la presencia de Maria en sus vidas, pero ahora no será tan fácil librarse de ella. Cuando Maria recibe la orden de desahucio su furia es tan explosiva que sin pensárselo planea encontrarse accidentalmente con Lawrence, intuye que el joven no puede haber cambiado tanto como Philip.

Philip reconoce que está frente a una decidida adversaria cuando la encuentra en su salón tomando el té con su hermano. Tras prometer a regañadientes que arreglará el asunto del alquiler Philip advierte que la antigua fascinación de Lawrence está resurgiendo. Pero Maria no está interesada en Lawrence, aunque siente una gran estima por él y siempre le estará agradecida por haberse ofrecido en matrimonio en un momento muy difícil de su vida es consciente que no existía amor entre ellos. Centrándose en preparar la tienda Maria roba horas de sueño a la vez que experimenta con nuevos postres, es ambiciosa pero sabe que puede conseguirlo.

Poco a poco Philip se va acostumbrando a la idea de compartir la calle con ella, y lo que es más sus balcones están muy próximos, pronto Philip mirará hacia su ventana para descubrir si aún duerme o si aún está en la cocina. Maria por su parte decide olvidarse de Philip, aunque es difícil cuando Lawrence no para de hablar de él y cuando se descubre preparando los postres favoritos de la infancia del marqués. La tienda de Maria es todo un éxito, además de por la calidad de los dulces, por la ayuda que le han proporcionado sus amigas Emma y Prudence. Emma escribió un artículo en el periódico de su esposo y Prue, además de comentarlo a sus amistades de la alta sociedad la ayudó prestándole el dinero que le hacía falta. La relación entre Philip y Maria cambia cuando ella se encargue de los actos benéficos que patrocina y organiza Philip. Se necesitan mutuamente y Philip empezará a admirar a la mujer que tiene delante, la fría coraza que lo recubre se agrietará cuando está delante de la joven cocinera, aunque él prefiera morir antes que admitirlo.

Maria ha trabajado con los mejores cocineros, su vida no ha sido fácil y sabe que aún le queda mucho por hacer. Tiempo atrás dejó en el fondo de un cajón la posibilidad de casarse y tener hijos, ella es una mujer emprendedora y sabe que todo tiene un precio, además no podría considerar casarse con ningún hombre si hay uno en concreto que se cuela en sus pensamientos. Lo más importante es trabajar para conseguir que su pastelería sea la más famosa de Londres.

Maria es una luchadora, impulsiva, cariñosa y divertida, pero también le da miedo a renunciar a sus sueños, a arriesgarse y alcanzar la plenitud. Philip es un aristócrata algo arrogante, frío, altanero y también testarudo, lo más importante para él es la reputación de la familia. Su rudeza para con Maria esconde algo más, pero luchará contra él mismo para no manchar el linaje familiar. Gracias a Lawrence descubrirá que está a punto de perder lo que más le importa. La relación entre Philip y Maria pasa del enfrentamiento a la indiferencia, de ahí a una fría cortesía y por último a hablar del pasado y descubrir qué ha sido de ellos en los últimos doce años.

Leí este libro porque me atrajo la sinopsis, confieso que no me arrepiento de haberlo leído. Es un libro muy bonito, tierno en algunos momentos y que me hizo reir. El personaje de Maria me encantó por su fuerza y determinación y el de Philip se me llegó a atragantar en algún momento la verdad, pero en general me parece un libro muy dulce, previsible pero muy bonito, solo le encuentro un fallo o más bien, algo que no me terminó de gustar, el final, demasiado fantasioso y para mi gusto hasta un poquito empalagoso ya que hablamos de dulces. Aun así recomiendo totalmente su lectura.


Crítica realizada por LadyZarek

"La cosa más dulce" se ha convertido en "La cosa más horrible y desquiciante" de Laura Lee Guhrke. Entre esta novela y la de "Casi una princesa"´han conseguido que renuncie a comprar nada más de esta autora... salvo que "El engaño", libro que tengo sin leer, me guste mucho.

Maria Martingale está deseando encontrar el lugar adecuado para abrir su pastelería. Con la ayuda de su amiga Prudence, quien le pretsa el dinero, podrá hacer realidad su sueño. Cuando por fin encuentra dicho lugar, no imagina que va a vivir puerta con puerta junto al mismísimo diablo: Phillip Hawthorne.

Doce años atrás, Maria, a cambio de una buena suma de dinero, había jurado no volver a acercarse al hermano de Phillip, Lawrence. Pero cuando se topa con Phillip, descubre que él vive en esa misma calle, y que ella está incumpliendo su promesa. Maria compra el local, incluso sabiendo que Phillip está allí, pero sin saber que su antiguo amor, Lawrence, ha vuelto a Londres. Esto causa un gran enfado en el marqués, quien decide, tras un tenso encuentro, echar a Maria, ya que él es el dueño del local.

Esto marca el principio de una carrera entre ambos, llena de riñas y peleas, encuentros tensos en los que Lawrence también se ve involucrado... y el deseo explota entre Maria y Phillip. Esto no lo quieren reconocer, e intentarán distanciarse el uno del otro.

No me lo creo. Se pasan todo el día peleando y de repente se desean como locos. Phillip es demasiado estirado para fijarse en una simple hija de chef, y ella está demasiado empecinada en su local como para prestar atención al marqués. Yo no he visto amor, solamente algo de lujuria... y no es tampoco muy creíble. Los dos protagonistas son estúpidos y me han caído rematadamente mal. El libro, que encima no llega ni a las 300 páginas, me ha parecido denso y malo. Para ser tan corto, me ha parecido eterno, cosa que no suele sucederme con libros con tan pocas páginas.

Maria es una pesadilla de protagonista: me parece muy superficial, y mentirosa. Rompe promesas como se rompen los vasos, y eso me parece un motivo para desconfiar de ella y de cada cosa que suelta por su boca. No la veo muy enamorada de Phillip, ni he sentido su pasión y deseo por él. Un mal personaje deficientemente construído, sin chispa, carisma ni virtudes.

Phillip es tieso como un palo, altivo y superficial. Nada agradable que decir de él. Ni me creo que se fije en Maria y deje de lado todos sus ideales de toda la vida. Otro mal personaje.

La historia, centrándome en lo fundamental, es rara y sin nada que contar que sea mínimamente interesante. Este fallo no se lo perdono a ninguna autora. Lo que me cuente tiene que atraer mi atención, no provocarme rabia y bostezos continuos. Lo siento, pero este libro es infumable. Lo único bueno que le encuentro es que no tengo que volver a leerlo más.

Nota: 1/5.


Crítica realizada por Dougless

3º de la serie "Las chicas de Little Russell" o "Solteronas"

Maria Martingale es la hija del chef del marqués de Kayne. Se ha criado jugando con los hijos de la mansión, Phillip y Lawrence, haciendo travesuras y diabluras por toda la casa, Cuando llega a la edad adulta su padre la manda a estudiar fuera y cuando regresa nota que todo ha cambiado. Ahora Phillip es el marqués y actúa como tal, es duro, engreído y distante. A la vez su padre fallece y se encuentra sola en el mundo. Solo el apoyo de Lawrence la anima y cuando él le propone matrimonio acepta. Claro que Phillip se entera y amenaza a su hermano con dejarle sin un penique, a Maria le da dinero para que nunca más se acerque a él.

Maria parte a Londres donde se gana la vida trabajando para un chef pastelero. Vive en una habitación compartida con Prudence en la calle Little Russell. Cuando a su amiga del alma se le arregla la vida de forma inesperada en forma de herencia, decide aceptar su ayuda y montar su propia pastelería , un sueño que tiene hace años. Despues de buscar por todo Londres encuentra la tienda perfecta, que viene con sorpresa incluida porque justo al lado vive temporalmente el marqués de Kayne, él cual está decidido a echarla enseguida y a intentar que no se encuentre con su hermano , que a su vez está a punto de comprometerse con una americana cuyo padre tiene negocios con el propio Phillip.

Bueno, hasta aquí puedo leer. He de decir que lo mejor que tiene la novela, por lo menos para mí, es María. Es una mujer hecha a sí misma, con un sueño a punto de cumplirse, con genio y con una lengua mordaz. Phillip es realidad se pasa más de medio libro siendo un snob estirado y superficial, siempre pendiente de las normas y del que dirán. También es verdad que luego vas descubriendo cosas y te va gustando un poquito pero le dura mucho la cabezonería para mi gusto. Los debate verbales que tienen los protagonista me encantan, son fuego, María no se calla nada y le dice las cosas como son. Creo que la autora podía haber sacado mas partido a esta parte.

Coincido que la escena final en muy, muy romántica pero algo forzada. El cambio que experimenta Phillip en apenas tres páginas en muy significativo, pero bueno, no le doy mas vueltas. Me ha gustado, no creo que sea impactante pero es entretenida y pasas un buen rato. Además me ha gustado que salgan un poco los demás protagonistas de los otros libros.
 

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