Kayla Perrin - Obsesión

Valoración:

Crítica realizada por Katon

Sophie Gibson no podía creerse que su marido le hubiera sido infiel. Pero su perplejidad fue aún mayor cuando Andrew la animó a acostarse con otro para igualar la balanza.
Muy y pronto, sin embargo, la idea de cobrarse su venganza mediante una tórrida y excitante aventura sin compromisos empezó a resultarle interesante. Quizá fuera justo lo que necesitaba antes de perdonar a Andrew. Y en Peter había encontrado al hombre adecuado para llevar a cabo sus fantasías sexuales.
Su relación con Peter se basaba exclusivamente en el sexo y la pasión del momento, y al poco tiempo decidió que ya era hora de arreglar las cosas con su marido. Pero Peter se había obsesionado con ella y no iba a renunciar tan fácilmente a verla. Primero, fueron las tarjetas, los regalos, las llamadas… y posteriormente las amenazas.
Estaba empeñado en que fuera suya a toda costa, aunque para ello tuviera que cobrarse su propia venganza.

Es la primera vez que no sé ni por dónde empezar una crítica. Lo primero, este libro está denominado como actual, y tenía que ir de cabeza a erótica. Y lo clasifico como erótica porque dos terceras partes del libro son escenas de sexo, y creo que me he quedado corta. El primer capítulo ya es una escena de cama, sin introducción ni nada, y lo que es más triste, que es totalmente innecesaria. Mal empezamos. Y lo que es mejor, el segundo capítulo retrocede unas semanas, que uno piensa que tendrá alguna importancia en la trama, pues no. Entiendo que esto puede ser útil o interesante si la intriga o la evolución de la novela lo exige, pero aquí es una escena metida con calzador, totalmente suprimible, metida a bocajarro y sin anestesia.

Pero vamos con el argumento. Sophie, vuelve de viaje con su amiga Marnie. Nada más llegar a casa su marido, Andrew le confiesa que le ha sido infiel, pero que aun así la sigue queriendo. Y como su marido la quiere tanto le sugiere que ella tenga una aventura y así quedarán empatados, vamos, lo más normal del mundo. Todo para que su matrimonio no se hunda ya que ellos en el fondo se quieren. Un argumento totalmente irrefutable no te digo.

No pasan ni tres días cuando decide salir de copas con Marnie una noche. Decidida a olvidarlo todo, aunque solo sea por una noche baila y se desmelena como no hacía desde su juventud. En un bar conocerá a Peter y el flechazo será instantáneo. Aunque con dudas acepta irse con él a su casa, todo en él le atrae, desde su acento italiano, su piel casi multa y las miradas de pasión que le dirige. Pero esa noche no sucederá nada, casi ni me lo creo, ya que Peter quiere que cuando Sophie se acueste con él no sea para olvidar a su ex marido, si hasta parecía noble y todo el chico. Lástima que estuviera como unas maracas.

La relación entre Sophie y Peter sigue avanzando, aclaro que por relación me refiero a sexo, punto, no hay más, variedad sí, pero algo distinto a unir sus cuerpos, no. Eso sí, todas y cada una de las escenas están descritas en el libro, por si acaso no nos había quedado claro. Todo va sobre ruedas, hasta que Sophie decide que tiene que volver a su casa para alimentar a su gata, lo más normal del mundo ¿verdad?, pues Peter no lo ve así. Hay que entender al hombre, la gata está distrayendo a Sophie y él solo quiere que no salga de su casa y si para ello la gata tiene que desparecer, pues que desaparezca.

La ceguera de Sophie continúa durante varios capítulos, hasta su amiga le advierte, pero no, Peter es una bellísima persona, que está un poco encaprichado con ella da igual, ella tiene muy claro que solo es una aventura, pero mejor no comentárselo a él. Por ese camino sigue la novela hasta que el supermachoman de turno, porque mira que tiene aguante y está extraordinariamente bien dotado, pues eso, que hasta que empieza a obsesionarse más claramente Sophie no reacciona. Reconozco que lo que más me sacó de quicio de la novela es que cuando Peter la agarra por el cuello y más tarde se acuestan juntos. ¡Pero de qué va esta mujer! Mejor me callo porque me salen hasta culebras por la boca. En fin, que el magnífico semental de la novela está loco y trata de mantener a su lado a Sophie a toda costa. Pero ella, durante un fin de semana que Peter tiene que viajar por negocios, se encuentra con su marido y se da cuenta que aún lo ama y que no quiere tirar su matrimonio por la borda, aquí es cuando me dio la risa, no sé si histérica, nerviosa, incrédula o patética…

La historia podría haber estado muchísimo mejor, pero la novela se podría resumir en una escena de cama tras otra. Cada encuentro de Sophie y Peter era para lo mismo, deporte hacían desde luego y las pocas frustraciones que tenían Sophie en la cama desaparecieron tras el primer encuentro, que una cosa no quita la otra, y el chico tenía la lengua muy bien entrenada y como su marido no se lo había hecho nunca así, pues más lo disfrutó ella.

Me parece una historia absurda. La trama queda totalmente resumida en la reseña del libro. No hay más que contar, y es la primera vez que me pasa eso con un libro. No me gusta la novela erótica, pero decidí continuar con el libro para ver si merecía la pena, menudo chasco me llevé. Sé que hay buenos libros de ese subgénero, pero este no es uno de ellos.

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