Kathryn Ross - La secretaria del millonario

Crítica realizada por LILIAN

“Steven Cavendish era un hombre que se había hecho millonario gracias a su propio esfuerzo y que tenía una relación puramente profesional con Chloe Brown, su eficiente secretaria. Hasta que una noche olvidaron el trabajo al calor de la pasión… No obstante, después de aquello, Chloe seguía oponiendo una fuerte resistencia ante cualquier tipo de compromiso sentimental; pero Steven haría cualquier cosa para conseguir que se convirtiera en su esposa”

Steven Cavendish es propietario de varios restaurantes. Dirige el negocio desde una oficina ayudado por su fiel secretaria, Chloe. Su relación laboral marcha sobre ruedas. Chloe es responsable y trabajadora y Steven es un buen jefe. Ambos tienen que lidiar con algún que otro fantasma del pasado. Chloe acaba de romper con su novio y Steven dedica su tiempo libre a Helen y a Beth, su pequeña hija. Helen, es una brillante abogada pero fría como posible madre e interesada como novia. La historia podría haber seguido así eternamente, hasta que, la niñera de Beth tiene un problema y Chloe acude al rescate.

Mientras los copos de nieve caen sobre la casa de Steven Cavendish, Chloe cuida de Beth mientras su padre tiene una reunión muy importante. Cuando Steven regresa a casa empieza a mirar con otros ojos a su secretaria. Perplejo, contempla cómo se escapan de su apretado moño varios mechones de pelo rubísimo, cómo refulgen sus ojos sin sus permanentes gafas o cómo sin su vestimenta formal está guapísima. Tras un beso de agradecimiento, llega el olvido…

A Kathryn Ross le ha salido una novela insulsa a más no poder. La historia en sí no está mal pero no me ha gustado cómo está narrada. Los personajes principales son de los que no transmiten nada. Se supone que están viviendo el romance del año pero su día a día, es frío como un polo. Creo que se podía haber sacado mucho más partido a la relación entre el jefe guapetón y rico y la secretaria diez aunque tengo que reconocer que, las escenas hot están muy logradas. Tienen una mezcla abrasadora de amor y lencería fina, pero yo pido algo más a una novela romántica. 

El punto tierno lo pone Beth, la hija de Steven. La niña es dulce como la miel y muy fácil de llevar. Aquí la autora sí ha sabido explotar el filón. Chloe y Beth, forman un buen equipo y Steven está encantado. No busca una madre para Beth pero si la encuentra ¿por qué la va a dejar escapar?.

La ambientación invernal , chimenea incluida, me ha encantado. En pleno mes de agosto se me han puesto los dientes largos con algunas de las descripciones tipo postal navideña.

Mi puntuación es 2/5