Julie Klassen - Fairbourne Hall

Redactoras: Críticas de Cynthia HJ, Críticas de Luciago

Valoración:

Crítica realizada por Luciago

Conociendo ya el estilo narrativo de Julie Klassen, porque he leído La institutriz silenciosa y El secreto de Pembroke Park, he comprobado que sigue en la misma trayectoria que en estas dos primeras novelas, pero tengo que decir que con esta historia me he enganchado más rápidamente que con las anteriores.

En ambiente que ha creado en una mansión campestre, es verdad que me ha recordado mucho a Dawntown Abbey, pero mucho mejor, ya que aquí están retratadas perfectamente todas las costumbres de los sirvientes y más pormenorizado cada uno de los trabajos que los sirvientes desempeñan. Ha sido como trasladarme a principios del siglo XIX y compartir con ellos todo el trajín que conlleva sacar adelante una gran mansión en el campo.

Margaret se va introduciendo en este mundo, y es cuando empieza a cambiar su forma de ver a este sector de la sociedad. Pasa de tener un carácter ligero y de estar consentida, a ver el valor de las personas y apreciar el trabajo de los muchos sirvientes que componen el servicio, ya que ella empieza a trabajar como la última de las sirvientas.

Su disfraz en tan bueno que los dos caballeros propietarios de la mansión no la reconocen, pero ella va conociéndolos y cambiando su opinión de ellos, y enamorándose irremisiblemente de su antiguo pretendiente.

Nathaniel es un buen hombre, leal, religioso y que siempre lucha por el bienestar del prójimo. Esto le granjea el cariño de todos en la mansión, y aunque recuerda a Margaret y sigue queriéndola, trata de olvidarla, hasta que va descubriendo cosas acerca de ella.

Aparte de la perfecta ambientación, el argumento te va enganchando a través de los hechos que van transcurriendo y solo quieres ver qué va a suceder con el disfraz de Margaret y todos los demás desenlaces de la historia.

Los personajes están muy bien perfilados y son muchos los secundarios que me han gustado, como es Betty, la sirvienta mayor, con sus propios problemas; Helen, la hermana de Nathaniel; Hudson, el administrador y amigo del protagonista. Otros, como el padrastro de Margaret y Lewis, el hermano de Nathaniel, me han disgustado mucho.

Una historia más de esta maravillosa escritora, que sabe plasmar el ambiente y las costumbres de esta época, llena de personajes a los que les tomas cariño u odias, pero que te hacen sentir que eres parte de ellos. Un libro que cuando lo empiezas solo quieres llegar al final y cuando lo terminas tienes ganas de más. Sólo me ha parecido que el final es un poco precipitado, me hubiera gustado saber algo más de esta pareja; aun así he disfrutado muchísimo leyéndolo, y por supuesto leeré las próximas novelas de Julie Kalssen.

 

Crítica realizada por Crishi

Recién acabo de pasar la última página de este libro y no me resisto a dejar mi comentario. De todos los libros que se han traducido hasta la fecha de Julie Klassen, este es el que menos me ha convencido. El estilo está en la línea del resto; personajes muy bien caracterizados, tramas sencillas, romances muy blancos, ambientaciones exquisitas…

¿Me ha gustado esta novela? Sí, pero se me ha hecho muy pesada hasta llegar al capítulo 23 (son 34 en total), que es cuando, en mi opinión, asoma ese suspense tan sutil al que la autora nos tiene acostumbradas. A partir de ahí, el argumento avanza a su manera y se vuelve más interesante.

En los capítulos anteriores nos vamos familiarizando con los hechos y las circunstancias de los diversos personajes… Los miembros de la servidumbre, sus situaciones personales y sus funciones dentro de la casa están muy bien descritos. Aunque este encuadre me ha encantado pienso que ocupa demasiado espacio, restando protagonismo a la relación de Nathaniel y Margaret y relegando la intriga y el romance hacia el final de la historia, por lo que encuentro todo muy concentrado en este último tramo. Sin embargo esta última parte me ha tenido muy atrapada en todos los sentidos, de hecho es la parte que más he disfrutado de la historia.

El suspense está bien pero me ha parecido el más elemental de los que he leído de Julie Klassen, por un momento mi imaginación sospechó otra cosa, volando a Oscar Wilde y a autoras actuales que escriben romance de época con temas más arriesgados. Basta con recordar que se está leyendo clean romance o romance de capilla (inspirational historical romance of regency) para atar en corto esos pensamientos y volver al redil.

Me ha gustado mucho la protagonista, Margaret, su evolución la he encontrado genial. Sobre Nathaniel… qué decir de este hombre… me ha ganado desde el principio, solo que el asunto de la esclavitud es demasiado interesante para ser tratado a la ligera y en pocas líneas. En este punto no he tenido más remedio que volver a recordarme a mí misma el tipo de lectura que estoy leyendo.

Como de costumbre, con qué elegancia trata esta autora el amor a pinceladas… estupendo el doble sentido de la relación y el talante protector de Nathaniel.

Los argumentos de Julie Klassen también se caracterizan por su inacción pero en esta historia sí que encontramos pequeñas píldoras de heroicidad que me han gustado. Y si a alguien le gustan las historias con un leve sabor a cuento infantil, un clásico de siempre, en esta lo encontrareis.

A pesar de los reparos que le pongo, Faibourne Hall me ha parecido una historia bastante recomendable. Ya a la espera de la siguiente publicación, La hija del boticario.

 

Crítica realizada Cynthia HJ

Me gustan muchos las novelas de Julie Klassen. Salvo la saga de Ivy Hill, que no me terminó de encajar, todas las demás novelas suyas que he ido leyendo hasta ahora me han parecido muy buenas. “Fairbourne Hall” no ha sido diferente.

Margaret Macy heredará una suma cuantiosa cuando cumpla 21 años. Es una joven pagada de sí misma que empieza a tener serios problemas para mantener alejados a su padrastro y al sobrino de este. Tantos problemas que se verá obligada a huir de forma apresurada para salvaguardar su honor y su dinero. Dicha huida terminará llevándola a Fairbourne Hall como criada. Allí intentará por todos los medios no ser descubierta y mantener a raya sus sentimientos por Nathaniel Upchurch, el hombre al que una vez rechazó.

“Fairbourne Hall” es una novela de sentimientos, pero, sobre todo, de evolución de personajes. La historia es el hilo conductor de fondo que hace que los personajes vayan cambiando, creciendo, descubriéndose a sí mismos. Es una novela con un ritmo narrativo lento que hace que todo suceda de una forma natural y realista. Esos son los puntos fuertes de este libro.

Los protagonistas son muy buenos. Margaret es la típica rica engreída que termina dándose cuenta de que todo lo que tiene no le sirve de nada. La cruda realidad hace que vaya espabilando a la fuerza y que vaya aprendiendo, cada día, que todo lo que una da por sentado puede no estar ahí mañana y que las personas no deben ser juzgadas por sus apariencias. Pasa de ser una jovencita insoportable para el lector a ser una mujer con principios y llena de fuerza. Alguien capaz de hacer amistad, de preocuparse por los demás… Alguien que merece la pena. Nathaniel igual. Ha pasado 2 años con su padre en la plantación de la familia en Barbados y eso lo ha hecho cambiar. Ahora no es el jovencito tímido que era al irse. Ahora es un hombre que ha visto la crueldad con los esclavos, la miseria… un hombre que vuelve a su casa para poner en orden la ruina financiera en la que su hermano, Lewis, está hundiendo a la familia. Su relación con su hermano no es buena, pero va evolucionando. Su relación con su hermana, Helen, tampoco es muy cercana, pero todo esto va cambiando conforme más tiempo pasan juntos. La relación entre Margaret y Nathaniel es muy bonita. De segundas oportunidades y de perdón.

Los personajes secundarios son espectaculares. Todos están bien perfilados, con sus propias historias y sus propios modos de ser y de ver la vida. No son adornos de la historia, son parte importante de la misma. Y eso se traduce en que los conoces, los entiendes y te encantan. Helen es mi favorita porque consigue superar un pasado muy triste y también se da cuenta de sus errores. Hudson, el administrador de Nathaniel, es también muy bueno. Sin él, la historia no habría sido lo mismo. La gente del servicio con la que Margaret va haciendo amistad hacen que te metas de lleno en sus historias y en sus relaciones.

Otro punto fuerte de esta novela es, sin duda, el enfoque. No se centra en los lujosos salones de baile londinenses, sino en las clases trabajadoras. Veremos la vida desde la perspectiva de los criados que llevan una casa. Esto ha sido muy novedoso y gratificante para mí como lectora. Ya sé suficiente de la pompa de los ricos, pero es la primera vez que leo sobre los criados. Al menos, la primera vez que leo sobre ellos y sus vidas de una forma concienzuda. Porque Julie Klassen se nota que ha investigado mucho acerca de este tema y eso hace que la historia y los personajes sean aún más creíbles.

La narrativa es muy buena, pero eso es algo común en esta autora. Describe mucho, pero no de forma pesada. Consigue meterte en la historia cuando llevas unos capítulos y hace que leer sus libros, que suelen ser largos, no sea tedioso en absoluto. Como siempre en sus historias, hay misterio. El de esta me ha gustado bastante (aunque era un poco previsible). La acción, que se concentra en el final, hace que la historia termine de una forma muy bonita y consecuente.

En definitiva, “Fairbourne Hall” es de las mejores novelas de Julie Klassen. Combina muy buenos personajes con una historia y un trasfondo de lo más refrescante. Es una novela ideal para los amantes del “clean romance” y de las historias donde todos los personajes son importantes y donde todo sucede por algo. No puedo más que recomendarla.

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