Jill Santopolo - La luz que perdimos

Crítica realizada por Maribel Moreno

Ante todo quiero agradecer a la editorial el envío del ejemplar.

Cuando me propusieron reseñar este libro, leí la sinopsis y me pareció muy interesante, no me había dado cuenta de que lo comparaban con Siempre el mismo día o Yo antes de ti, así que me entró un poco de miedo pensar que podría ser un libro bastante dramático, cuando me llegó el libro acompañado de un paquete de kleenex temblé, porque a mí me cuesta muy poco usarlos, y aunque es verdad que los he usado por que la mayor parte del tiempo he estado con el corazón encogido, me ha parecido una lectura maravillosa, difícil de olvidar.

Luce y Gabe se conocieron un día que cambió la vida de muchas personas en New York, como la de ellos mismos, un 11 de septiembre de 2001. El mundo entero se paralizó y ante el dolor y la devastación nació su amor, un amor de los que no se acaba con el paso del tiempo ni con la distancia.

Lucy es la que narra la historia y la que lleva el peso de la misma y lo hace dirigiéndose a alguien, que no desvelaré, explicándole esos trece años de su vida.

Cuando Luce y Gabe se conocieron estaban en el último curso de universidad, tenían toda la vida por delante cargada de ilusiones y sueños, eran felices y Luce se sentía completa, Gabe la completaba, sin embargo Gabe necesitaba algo más, quería ayudar a mejorar el mundo, adoraba a Luce, pero a través de sus fotografías quería mostrar la realidad, ese era su sueño.

La marcha de Gabe deja a Luce hundida, se tiene que acostumbrar a vivir sin él y a eso le ayudará el no tener noticias durante muchos meses, al cabo de un tiempo aparece en su vida Darren, un hombre que no tiene nada que ver con Gabe, es tranquilo y le aporta seguridad, y poco a poco empieza a sentirse a gusto con él.

Pero en la mente de Lucy siempre estará su primer amor, y más cuando de vez en cuando Gabe sufre crisis y necesita hablar con ella, o incluso verla.

A pesar del miedo que tenía a leerla, la he devorado en dos días, uno porque los capítulos son cortos y engancha muchísimo, y otra por que estaba metida en la piel de Luce o Lucy.

Lucy me ha encantado, igual de joven, cuando tenía también sueños que cumplir, como madurando, creando una familia; es una chica normal y corriente que tiene que tomar decisiones, que a veces (muchas) tiene sus dudas, que en ocasiones puede proceder de modo egoísta, pero de verdad, que entendemos lo que pasa por su cabeza por que la autora hace que nos metamos en su piel.

Gabe es un personaje complejo, valiente, soñador, aunque a veces no lo he entendido por que por cumplir sus sueños pierde muchas cosas, pero es ese tipo de persona que todas las mujeres quisiéramos para nosotras. También lo vamos viendo evolucionar a lo largo de la historia.

Pero también está Darren que es opuesto a Gabe, tranquilo, sereno, familiar y que da la seguridad a Lucy que ella necesita, y también enamora.

La narrativa de la autora es natural, sencilla y muy emotiva, ha creado una novela preciosa, con mucha sensibilidad y cargada de sentimientos y emociones, una historia real, ya que introduce acontecimientos que sucedieron durante esos años, y desde luego nos da que pensar, sobre las decisiones que se toman, si cumplir los sueños compensa lo que se deja atrás, y que habría pasado si hubiera sido diferente.

En definitiva, La luz que perdimos es una historia maravillosa y emotiva que engancha desde la primera página. Una historia que habla de amor, del perecedero, el que no se apaga nunca, pero también de la fuerza de la familia, de sacrificios y de sueños.

Aunque no soy muy dada a leer novela de corte sentimental, y no porque no me guste, tengo que recomendarla al 100%.