Elizabeth Hoyt - El príncipe cuervo

Valoración:

Crítica realizada por Mencía

Edward de Raaf, conde de Swartingham, necesita con urgencia un secretario que ponga orden en sus caóticas finanzas. El problema es que, con su carácter, espanta a todos los candidatos.

Para Anna Wren el puesto es la solución a sus problemas, después de enviudar de un marido infiel y quedarse en la ruina. La atracción entre ambos personajes queda patente desde el primer momento, aunque Edward no parece muy dispuesto a dejarse llevar por ella.

Cuando Anna descubre que el conde es habitual de un conocido burdel de Londres, decide poner en marcha una pequeña mascarada. Porque en el juego de la seducción, ¿no existen reglas?

¿Os acordáis de esas novelas en la que la tensión se apodera de vuestra voluntad desde las primeras páginas? Pues en mi opinión esta es una de ellas.

El príncipe cuervo es una novela romántica tan sencilla en su narración, como original en alguna de sus propuestas. Ay! pero qué bonito es el amor que nos vuelve ciegos, y donde antes veíamos fealdad, ahora solo nos deja ver belleza.

Qué emocionante el cortejo encubierto, la pasión arrebatadora que apenas se puede contener y disfrazar, vivir el desenfreno tantas veces reprimido, y alcanzar el paroxismo, que solo nace cuando la fusión de los cuerpos es nudo que encadena sentimientos.

Pero además entre sus páginas encontrarás la dulzura de un cuento, pinceladas de humor sarcástico, lucha de voluntades, la ternura que puede encerrar un gesto, las huellas de sufrimiento que nos va dejando la vida, pero por encima de todo esto una hermosa historia de amor.

Esta obra ya tiene su hueco en mi estantería y tarde o temprano volveré a leerla. Es preciosa.

 

Crítica realizada por paciencia68

Anna Wren lleva algún tiempo viuda, y a sus treinta y un años, vive con su suegra en la casa que su marido les dejó. Su posición económica no atraviesa un buen momento, por lo que Anna necesita encontrar un trabajo.

Edward de Raaf, conde de Swartingham, lleva poco tiempo en su residencia, y los lugareños no lo conocen pero sienten una gran curiosidad. En este momento necesita con urgencia un secretario para ayudarle con un manuscrito; pero todos aquellos que ha tenido no han durado mucho, el carácter de Edward espanta a quienes le rodean.

Está claro que la necesidad de Anna y Edward son complementarias, por eso no es de extrañar, que ella comience a trabajar para él. Ambos se conocen, tuvieron un pequeño encuentro, bastante desafortunado. Ahora que vuelven a verse, se dan cuenta que existe cierta atracción entre ellos. A mí esta parte me sorprende, porque él la describe como una persona fea, aunque aclara que sus labios son su mejor característica y ¡¡menos mal!!!, porque la idea que me dejó como lectora es que la chica físicamente es un adefesio. Y ella lo encuentra feo también, pero con una voz seductora. Con estos antecedentes empecé a creer que no podían ser los protagonistas. No todo va a ser pensar en el físico, pero ¡¡caray!!, la escritora podría poner en sus pensamientos algo menos crítico. Terminé por imaginar a ambos como "cuervos", aunque el titulo del libro no es por eso, sino por las introducciones de cada capitulo, basadas en un libro.

Por pura casualidad Anna descubre que Edward suele visitar un determinado burdel y ese hecho hace surgir en ella una serie de ideas. ¿Por qué un hombre viudo puede disfrutar del placer conyugal, mientras las viudas deben guardar luto? ¿Por qué a los hombres se les permite tener deslices y sin embargo a las mujeres se les prohíbe cualquier falta de decoro? Enfrentada a la hipocresía de la sociedad, sabe que la única forma en que podrá disfrutar de la atracción que siente por Edward, es acudiendo como una prostituta más al lugar donde el conde suele disfrutar de la pasión que le niega a Anna.

Si tenemos en cuenta que el tema de la protagonista dejándose tratar como una prostituta es novedoso, puesto que ella participa con gran alegría, no encuentro nada destacable en el libro. Los diálogos me han resultado aburridos. Salvo unas conversaciones del conde con su ayuda de cámara, que seguramente son lo más divertido del libro

Anna es una mujer que está ceñida por el grueso cinturón de las normas de la sociedad y que ve que poco a poco los años pasan y no ha conseguido disfrutar de la vida. Jamás ha podido hacer lo que quería, sino lo que se esperaba de ella, quizás por eso su personaje no me ha disgustado, al fin y al cabo, es capaz de tomar cartas en el asunto e intentar mejor aquellos aspectos de su vida que no le gustan. No sé si es creíble, pero al menos es interesante conocer como se siente alguien tan atado a las convenciones sociales.

El que no me ha gustado nada es Edward, ¡¡qué poco arranque tiene este hombre!!. Se siente atraído por Anna, pero es incapaz de intentar un acercamiento. Es cierto que también está sometido a unas necesidades de continuación de titulo y demás, que le hacen pensar en tener descendencia y buscar una mujer que pueda cumplir los requisitos que busca; pero creo que se sienta a esperar acontecimientos y por suerte para él una persona con más decisión le soluciona el tema.

La química entre ambos personajes me parece inexistente, y me ha resultado imposible cambiar de opinión después de las descripciones iniciales de la autora. Hacia el final del libro mejoran los diálogos entre ellos, pero tampoco son para tirar cohetes.

No hay ningún secundario a destacar y la aparición de las prostitutas en la vida de Anna me parece una idea poco creíble, necesaria para el desarrollo, pero con pocos visos de realidad.

Esperaba mucho más de esta historia, no digo que sea un mal libro, pero se queda en las ganas de despuntar. Tarda demasiado en llegar a la acción y se hace eterna la dificultad de ambos protagonistas para hacer ver sus sentimientos.

 

Crítica realizada por mc2

Anna Wren llevaba un tiempo pasando apuros económicos. Viuda, con una suegra y otra joven con la que compartir su vida no paraba de hacer recortes en su economía personal. Debía hacer algo al respecto y lo tenía que hacer ya. Tras encontrarse con el sr. Hopple, administrador de Ravenhill, ve la oportunidad idónea como secretaria personal del conde de Swartingham. La arrogancia y el carácter brusco de ese viudo de treinta y cuatro años no la atemorizan, y el trabajo tampoco le resultaría muy pesado pues sólo sería necesario transcribir con buena letra unos manuscritos que precisa presentar ante la Sociedad Agraria de la que es miembro.

Edward había decidido  regresar a Ravenhill Abbey tras la muerte de su esposa. Sin embargo seguía encontrando la casa vacía, desierta y solitaria. Sin niños, sin familia de ningún tipo se había convertido en un hombre arrogante, gruñón y de mal carácter. Pocos aguantaban trabajar para él y la mayoría le abandonaban aunque fuera al amparo de la noche. Sorprendido por la elección de secretaria que ha hecho su administrador no puede evitar fijarse en la viuda más bien fea y sin atractivo que ha comenzado a trabajar para él. Con la intención de olvidarse de ella decide viajar a Londres para realizar los trámites precisos para casarse con la hija de Richard Gerard, un baronet con una propiedad colindante con una suya. Sin darse cuenta olvidará en su chaqueta la factura de un selecto prostíbulo, la Gruta de Afrodita, que llevará a Anna a valorar los sentimientos que tanto trata de ocultar. Algo que no tarda en llevar a cabo tras sospechar que el conde va a realizar una nueva visita a la elitista casa de citas.

Aunque ninguno de los dos estaba preparado para lo que iban a descubrir en Londres.

Valoración: Muy buena. No había leído nada de esta escritora y la verdad es que me ha gustado mucho el libro. Tanto la historia de Edward y Anna como el cuento que iba desgranando la autora al inicio de cada capítulo. Nunca le había dado una oportunidad a esta escritora pero creo que buscaré más libros de ella. Puede que parezca una historia algo sencilla, pero a veces es lo que necesito para relajarme y olvidarme de todo. Son personajes sencillos, atormentados, él por su soledad y ella por las infidelidades de su esposo muerto, lejos de los estereotipos normales de belleza y libertinaje.

 

Crítica realizada por Dougless

Edward de Raaf, conde de Swartingham necesita un secretario, debido a su mal humor no le duran mucho y ahora que ha vuelto al hogar de su niñez quiere acabar un trabajo para la Sociedad Agraria.

Por suerte para él, Anna Wren anda necesitada de dinero, viuda y a cargo de su suegra y de una joven está apurada y cuando se entera del puesto vacante se presenta para trabajar para el conde.

La atracción entre ellos es inmediata aunque Edward ya está comprometido y Anna no puede imaginar lo que sería estar en sus brazos. Cuando el conde va a Londres Anna aprovecha una oportunidad única y decide seducirle pero no todo sale como ella quería y la vuelta resulta muy dura.

Me ha llamado la atención y bastante la aparente fealdad de los protagonistas. A Edward lo describe marcado por la viruela en el rostro y en parte del cuerpo y a Anna como una ratoncita sin gracia, donde solo se salva los labios y aun así poco a poco te los imaginas de otra manera y aunque no he sido capaz de verlos guapos sí me los imagino muy normales.
Edward es un poco indeciso, un quiero y no puedo y luego un puedo y no quiero y creo que en este caso la que tiene mas decisión en Anna.

La pequeña introducción al empiece de cada capitulo me ha gustado mucho y que no se enrolle en las descripciones también. El único pero que le pongo son las escenas hot, que me han parecido demasiadas y en algunos casos sobraban.

 

Crítica realizada por Kalina

Edward de Raaf, conde de Swartingham regresa a Ravenhill Abbey, hogar de su infancia, al que no había vuelto desde que una enfermedad, la viruela, mató a toda su familia, él tuvo más suerte y sobrevivió, pero le dejó marcas tanto físicas como emocionales que le han marcado su existencia. Hombre de genio explosivo y mal carácter, espanta a todos los secretarios que trabajan para él, huyendo estos con nocturnidad y alevosía sin mirar atrás, cosa que él no comprende, ahora requiere con urgencia un nuevo secretario para finalizar un trabajo.

Anna Wren, viuda con una suegra y una joven a su cargo busca un trabajo que le reporte el dinero que necesita después de que su marido la dejara en la ruina, al saber del puesto vacante en Ravenhill se presenta voluntaria como secretaria del conde, al que está deseando conocer, pues es todo un misterio para los habitantes del pueblo. Lo que Anna no sabe es que ya se conocen........y ese primer encuentro fue bastante desagradable.

Desde el primer momento saltan chispas entre ellos, Edward es un hombre acostumbrado a dar órdenes sin tener en cuenta a nadie y Anna no lleva muy bien su falta de consideración ni su arrogancia, pero la atracción es inmediata y el estar cerca el uno del otro día tras día no hará más que incrementarla. La marcha de Edward a Londres para concertar de una vez su compromiso y de paso visitar un prostíbulo y así calmar la pasión que Anna despierta en él hará que esta lo siga, ¿por qué Edward va a buscar a otro sitio lo que ella puede darle?. La seducción está en marcha, pero las consecuencias son imprevisibles.

Es la primera novela que leo de Elizabeth Hoyt y me ha gustado. Es una novela diferente, y no por la historia de amor en sí, si no por los protagonistas de esa historia de amor. Ya desde el inicio marcan la diferencia y sorprenden. No son los clásicos personajes guapos y divinos que hacen suspirar, ni Edward es un Adonis ni Anna es Helena de Troya. Edward es un hombre lleno de cicatrices en cara y cuerpo debido a la viruela y Anna es fea, según Edward, anodina y sin gracia, pero la atracción entre ellos es inmediata, aunque ninguno de los dos está preparado para ello. Desde el inicio asistimos a batallas verbales, algunas muy divertidas, el nombre del perro tiene guasa. La historia de amor es muy bonita y se respira pasión en cada gesto, tanto Edward como Anna tienen razones para no creer en el amor, pero al final se dan de bruces con él y tienen que superar sus fantasmas para llegar a buen puerto.No me puedo olvidar del cuento que hay como introducción de cada capítulo y que vamos leyendo a la vez que la historia de Edward y Anna, es muy bonito y me ha encantado. Como ya he dicho la novela me ha gustado, es de lectura ágil y te engancha desde el inicio, no será lo último que lea de esta autora y espero que los siguientes libros de la serie sean como este.

Valoracion: Buena.

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