Debbie Macomber - Bienvenidos al hostal de la felicidad

Crítica realizada por Anasy

Me encantó el Hostal de las Ilusiones y estaba impaciente porque saliera un nuevo libro de la serie protagonizada por Jo Marie Rose, la dueña del hostal Rose Harbor que después de enviudar un año atrás se instala en la población de Cedar Cove empezando una nueva vida y un nuevo negocio.

En el anterior libro conocimos un poco de su vida y la tristeza de haber perdido al hombre de su vida en combate, intentando sobreponerse y sobrellevar la pérdida, invierte su dinero y su energía en sacar adelante el pintoresco hostal en una población con gente apacible y vecinos acogedores, menos Mark, quién la está ayudando con el jardín pero que tiene un carácter peculiar y gruñón, a pesar de eso han forjado una especie de amistad que sufre muchos altibajos pero que va progresando.

Ahora Jo Marie tiene el hostal completamente reservado para una celebración para las bodas de oro de unos ancianos que según su nieta Annie, son el epítome de la felicidad conyugal y el amor verdadero. La única huésped que no pertenece a la familia es Mary Smith que está enferma de cáncer y tiene asuntos del pasado que resolver en Seattle.

Mientras Jo Marie y Mark siguen discutiendo por el trabajo del jardín que no estará listo para la jornada de puertas abiertas que con tanta ilusión había preparado Jo Marie, llega Annie y un día más tarde sus abuelos, los cuales parecen odiarse y están muy lejos de ser la pareja perfecta y amorosa que Annie contaba que eran, además aparecen acompañados de su joven vecino Oliver, que parece estar muy interesado en Annie, mientras que ella sólo está interesada en esquivarlo recordando todas las trastadas que al joven le gastaba cuando eran pequeños y ella iba a visitar a sus abuelos.

Y mientras Mary se pone en contacto con su pasado, un pasado en el que ella se comportó de manera muy egoísta provocando su sufrimiento y el de otra persona durante casi veinte años.

Mientras vemos como se desarrollan todas esas historias, Jo Marie sufre un pequeño revés cuando le dicen que han encontrado los restos del helicóptero donde viajaba su marido dando así con unas esperanzas sin fundamento que la tendrán un poco aturullada, pero siempre con su fiel y cariñoso perro al lado que como en el anterior libro, muestra una intuición casi paranormal.

Me ha gustado el libro, es entretenido y se lee bien, aunque me gustaron más las historias de los huéspedes del primer libro, la de los abuelos y Annie no ha estado mal, mientras que Mary me ha resultado un personaje con el que me es imposible empatizar, y luego está la extraña relación de Mark y Jo Marie que avanza y retrocede como las mareas.

En general, una buena lectura.