Camila Mora - Corazón sin valor

Valoración:

Crítica realizada por Irdala

Alex ha tenido una infancia tremendamente difícil. Sometido al maltrato físico y psicológico desde su más tierna edad, ha sido, además, el responsable y sostén de su hermana Sarah. A los hermanos se une años más tarde Mark, cuya historia es también muy dura. Alex y Mark se prometen cambiar de vida, prosperar y dar un giro a la desgraciada existencia de los tres.

Años más tarde, tal y como soñaron, han conseguido lo que se propusieron. Ambos tienen un altísimo puesto en una importante empresa de publicidad y Sarah está felizmente casada. Sin embargo, las vejaciones sufridas en su infancia y adolescencia han marcado sus personalidades.
Alex es un hombre frío y despiadado en apariencia, exigente al máximo y para nada alguien que socializa. En el fondo piensa que en su interior vive el ser que fue su padre y que algún día habrá de hacer acto de presencia. Es por ello que evita relacionarse con mujeres, al menos en lo que se refiere a una relación más allá de lo puramente físico.

Samantha es una mujer de veintiséis años que a pesar de su buena preparación académica y su excelencia laboral, no mantiene sus trabajos ni sus domicilios por muchos meses continuados. Recientemente ha sido admitida en la empresa de Alex y Mark y su primer día de trabajo no ha empezado con muy buen pie: en la cafetería le ha tirado por encima un café al que será su jefe. Claro que ella no sabe aún quién es ese hombre guapísimo, con un carácter tan irascible que no para de decirle barbaridades y es incapaz de perdonar lo que ha sido, sin lugar a dudas, un accidente. Harta de escuchar las burradas que Alex le regala, zanja la discusión dándole una sonora bofetada. Horas más tarde, descubre que es su jefe. Indudablemente la relación entre ellos es desastrosa desde el primer momento, aunque las chispas de atracción saltan de forma incendiaria.

Este es el inicio de la novela y como es lógico no voy a avanzar nada más.

Diré, eso sí, que paralelamente a los encuentros y desencuentros que son el inicio del romance entre Alex y Sam, conocemos también las historias de muchos secundarios que forman parte del entorno laboral de ellos dos. Historias que la autora, en muchos casos, nos cuenta y desarrolla hasta el final y a la par dentro de esta novela, y que capturan la atención del lector porque gustan y emocionan. Otras quedan abiertas y podrían ser, si la escritora quisiera, próximas entregas.

Tanto los protagonistas como los secundarios resultan atractivos e interesantes. La autora es capaz de mantener la expectativa sobre qué hay detrás de cada uno de ellos sin desvelar, nada más que con pequeños indicios, lo que podrá ser.

El lenguaje es sencillo y ameno. La novela tiene una estructura muy similar a las antiguas novelas románticas de los años 80 y 90, entre otras cosas: explicaciones, golpes de efecto emotivos y en muchos casos previsibles, pausada narración y malentendidos entre la pareja protagonista lo que implica dar vueltas hasta llegar al deseado y bonito final feliz.

En cuanto a las escenas de sexo tiene únicamente dos que están bien desarrolladas y que no se pasan por explícitas ni se quedan cortas por mojigatas.

Resumiendo: Corazón sin valor es una buena novela narrada con un lenguaje sencillo y ameno, que cuenta con una bien imaginada y orquestada trama, con unos protagonistas y secundarios atractivos e interesantes y una bonita y dulce historia de amor.

Un libro, desde mi punto de vista, muy por encima de la media de lo que se publica en romántica hoy en día.

 

Crítica realizada por Patufet

Alex tiene cicatrices físicas que no son las que más duelen, hay otras más profundas que han sido provocadas por una infancia llena de maltratos a manos de su padre y estos se hacían cada vez más fuertes por culpa de su tartamudez. Su vida era miserable ,pero no podía escapar por que era el único responsable de su hermana pequeña, Sarah. Por suerte conoció también a Mark, un chico de su edad, cuya vida era muy similar a la suya y con el que creó un vínculo más allá de la amistad, llegando a ser como hermanos. A su mayoría de edad, los dos estaban ansiosos por ser hombres de éxito y lucharon por la custodia de Sarah, en la actualidad ellos han conseguido lo que perseguían y aparentemente tienen una vida perfecta, además, Alex ha conseguido dominar su tartamudez hablando en un tono bajo y pausado que logra estremecer al que le escucha.

La vida de Alex da un giro de ciento ochenta grados el día que se tropieza con Samantha y acaba con el café que la chica lleva en su mano arruinando su camisa. Pero ese es el principio de sus males, ya que Mark ha contratado como asistente de Alex a Sam, pensando que a él le puede ir bien la influencia de la joven.
Pero el choque entre los dos se produce desde el minuto uno y Alex la carga de trabajo para que se canse y lo deje, pero Sam no piensa sucumbir a los tejemanejes de su jefe y puede con todo.
Aunque no se tienen mucha simpatía no pueden evitar sentirse atraídos el uno por el otro, pero todo acercamiento por parte de Alex da contra un muro, ya que Sam también tiene fantasmas con los que lidiar y que han vuelto a encontrarla.

Cuando empecé a leer esta novela no sabía con que me encontraría pero, como buena amante de la romántica contemporánea, presentía que me iba a gustar y no me equivocaba por que me ha sorprendido y para bien.

Alex y Sam son dos personajes fuertes, los dos con un pasado oscuro sobre sus espaldas, Alex dice no tener corazón, es un hombre serio dedicado al trabajo y en ocasiones puede ser un verdadero ogro. Samantha es una joven abierta, alegre, que en general se lleva bien con todo el mundo, menos con su jefe al que no soporta y que le hace sacar todo su genio, y dice no tener valor, de ahí el título Corazón sin valor.

Aparecen muchos secundarios y algunos con sus propias historias que se desarrollan paralelamente a la principal. Sarah que adora a su hermano y lo protege como una mamá leona, ella está casada y tiene una niña. Mark, que aparentemente es feliz y siempre está de broma, pero que se siente solo, Nick un chico gay muy dulce que enseguida entabla una fuerte amistad con Sam, y Charlotte y Xavier, entre otros.

Pensando que la autora era española me han chocado algunas expresiones e incluso la acentuación de algunas palabras , pero he visto que es argentina, así que supongo que son dejes de su tierra.
La narración es amena y sencilla y atrapa desde el principio , los personajes son todos muy atrayentes, aunque a mi me han conquistado completamente Alex y Mark .
Me hubiera gustado que la autora nos hubiera dejado ver si habrá una continuación, aunque da que pensar que si, ya que la historia de Mark igual que la de Nick quedan inconclusas.

En definitiva, Corazón sin valor es una historia sencilla y de fácil lectura, donde la amistad tiene un papel muy importante y el amor lo encontramos a través de varias historias.

 

Crítica realizada por Marina

Pues si he de ser sincera, esta novela me ha sorprendido muy gratamente. La sinopsis no refleja ni de lejos todo el contenido que he encontrado en el interior del libro y mucho menos la complejidad de los distintos personajes que intervienen en la historia.

Empezaré hablando del protagonista: Alex. Creo que es un personaje completo y, como he dicho antes, complejo. Un hombre que se ha formado a fuerza de tesón, que ha conseguido ser alguien en la vida aunque ha tenido una infancia desastrosa con la desaparición de una madre, un padre borracho y maltratador que en varias ocasiones lo manda al hospital, teniendo que cuidar de una hermana pequeña. Lógicamente, las penalidades le forman el carácter y nos encontramos con un hombre serio, que nunca ríe, al que no le gusta intimar con los demás, reacio a entablar un vínculo afectivo, que se encierra en sí mismo y en el cariño a su hermana y a su único y mejor amigo, casi un hermano. Fuera de ese pequeño círculo lo único que saben los demás es que es un tipo que trabaja de sol a sol, que no se relaciona y que es un poco "ogro". Sin embargo, es melaza pura cuando está junto a Max, su amigo y junto a Sarah, su hermana. Por cualquiera de los dos daría la vida si fuera preciso. El resto del mundo le importa un pimiento, por eso cuando tiene un encontronazo con una despistada que le pone el traje perdido con su bebida, saca todo su malhumor.

Luego tenemos a Sam, una muchacha que tampoco ha tenido un pasado fácil, que está pasando dificultades económicas y para quien la propuesta de trabajo de Max en la empresa de publicidad, campo en el que es muy buena, supone tanto como haber ganado la lotería. Cree que va a trabajar a las órdenes del hombre que la ha contratado, y cuando se entera de que es, casualmente, al que ha tirado la bebida encima, se le cae el mundo. Todo se le pone cuesta arriba, pero va a luchar por hacerse un hueco en la empresa, va a demostrar que no le tema al "ogro" y a ganarse el cariño de todos sus compañeros de trabajo. Lo necesita para olvidarse, aunque es muy complicado, del problema que la acosa y la mantiene en vilo.

Alrededor de la relación entre los dos protagonistas, que de inmediato se sienten atraídos el uno por el otro pero ninguno de los dos quiere dar su brazo a torcer, cada uno de ellos debido a sus problemas personales, se mueven una serie de personajes secundarios y no tan secundarios que arropan estupendamente a la pareja. Y en alguno de los casos, hay que decir que merecen su propia historia, así que espero que después de esta novela vengan más.

Destaco, claro está, a Marcus, o Max como le llaman los amigos. Ha sufrido junto a Alex una infancia de penurias y hambre, pero mantiene un carácter dinámico y está dispuesto a conseguir que Alex encuentre a la mujer adecuada para que sea feliz. Otra cosa es que también él tenga su Némesis con la hija del dueño de la empresa, una chispeante Keyla con la que, cada vez que se ven, discute.

Por otro lado tenemos a Xav y Charlotte. Me hubiera gustado que su propio romance no se resolviera en esta novela y tuviesen su historia aparte, porque dan mucho juego.

No es menos destacable el personaje de Nick, un homosexual que se encandila con Brian, el abogado de la empresa. Nick es un encanto. ¿Tendremos una historia de homosexuales en marcha?

La novela me ha gustado bastante porque, de verdad, es muy completa, el romance entre Alex y Sam es bonito y los secundarios son estupendos, pero no doy más nombres porque es mejor que los vayáis descubriendo.

Lo que menos me ha gustado es que hay algunas partes de la novela que se ve que están escritas en español latinoamericano. Si toda la novela estuviera escrita así, perfecto, pero es que me ha dado la impresión de que esas partes estaban sin corregir y las otras corregidas.

Salvando ese pequeño detalle, es una novela que hay que leer.

Entre 1 y 5 le pongo un 4 muy a gusto.

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