Arlette Geneve - Bésame, canalla

Crítica realizada por ELSA

Andrew Robert Beresford es el libertino más famoso del sur de Inglaterra. Es un sinvergüenza encantador, y ninguna mujer es capaz de resistirse ni a su mirada pícara ni a su sonrisa bribona. Sus conquistas escandalizan Whitam Hall, además de producirle más de u quebradero de cabeza al progenitor de los Beresford.

Rosa de Lara y Guzmán cree en la libertad y en la igualdad de todo ser humano, y para escapar de la tiranía del duque de Alcázar idea cómo seducir al joven inglés que le ha robado el corazón: Andrew Beresford. Su alegría y su vitalidad le descubren un mundo que ignoraba qu existiera, pero el estallido de la guerra pondrá a prueba su amor y su determinación.

Ambientada en el convulso Madrid de 1835, cuando se gestó la primera guerra carlista, Bésame, canalla es la historia de dos corazones que supieron vencer la distancia y superar las dificultades.

La historia empieza con la detención de Rosa por parte de su hermano, el duque de Alcázar. Rosa apoya financieramente debido a sus ideales a los carlistas partidarios del infante Carlos Isidro en contra de aquellos que aboliendo la ley sálica eran partidarios de la que luego reinaría como Isabel II, hija de Fernando VII, es arrestada y sentenciada a la horca por traición a la corona, pero previsoramente envía a la hija que tuvo cinco años antes fruto de sus amores con Andrew a su padre para que si se lleva a cabo la sentencia, la niña quede salvaguardada, junto con su herencia por su padre.

Andrew profundamente enamorado de Rosa, la conoció y nunca pensó que era hija de un duque, intentó dos veces llevarla a Inglaterra, pero ella lo rechazó, decepcionado se dio a una vida de libertinaje, seducía a toda la que se le ponía por delante, sin importarle su estado civil, por todo ello ya había tenido varios duelos, su padre impotente no sabe que hacer con él, pero cuando llega la niña acompañada por una doncella que le entrega una carta explicando quien es, piensa que esto viene como llovido del cielo, por tanto deja la niña al cuidado de Andrew sin ninguna explicación y marcha a España para intentar salvar a Rosa.

Andrew, poco a poco va acercándose a la niña, hasta que a través de su hermano descubre que es su hija y todas las circunstancias que se han producido para que la niña llegue a Inglaterra, por lo que también se dirige a España para rescatar a Rosa.

La novela ambientada en la regencia de Mª Cristina de Borbón, nos muestra a una protagonista que ha tenido una educación liberal en Francia, su padre pertenecía a los afrancesados aquellos que pensaban que una invasión de Bonaparte sería mejor que el reinado absolutista de Fernando VII, por tanto y por seguir los ideales de su padre simpatiza con los Carlistas y los apoya, es una mujer fiel a sus ideales y consecuente a su rango está un poco encorsetada en lo que debe ser la hija de un duque, su apariencia es impoluta, no tiene un pelo fuera de su sitio, todo en ella está dirigido a demostrar que actúa como se espera de la hija de un duque.

Andrew, es más tolerante, el hecho de ser el hijo más pequeño de Lord Beresford, el padre de la protagonista de Las espinas del amor, ha hecho de él un hombre cariñoso, simpático, pelín canalla pero encantador, pero los dos se quieren pese a la diferencia de carácter.

Los protagonistas desde el primer momento confiesan sus sentimientos, aquí no hay malentendidos en torno al amor que se profesan, como en otras novelas, al contrario desde el primer momento hay entendimiento, pero surgen otros problemas que son los que nos llevan a la trama de la novela.

Me ha gustado como la autora entremezcla la trama junto con los acontecimientos históricos en los que se desarrolla, se aprecia una exhaustiva labor de documentación, con numerosas notas a pie de página, los personajes están muy bien complementados, a diferencias de otras protagonistas de esta autora que se caracterizan por un genio muy vivo, Rosa es más centrada, puede estar equivocada con respecto a sus ideas y a sus decisiones pero sabe reconocer sus errores, Andrew es un protagonista encantador que sabe dialogar y perdonar con facilidad los fallos. La historia está muy bien relatada y de una forma muy amena que te lleva a seguir leyendo casi sin darte cuenta, Arlette Geneve maneja muy bien los diálogos y los cuida minuciosamente.

Hay un buen repertorio de secundarios, protagonistas de otras novelas como Christopher, el hermano de Andrew, Lord Beresford un padre preocupados por sus hijos y convencido a su vez de que todos ellos eligen parejas complicadas, todos perfectamente encajados y como en toda buena historia un malo, que aquí es el duque de Alcázar de ideas contrarias a su hermana, que ya atormentó a los protagonistas de Las espinas del amor, este personaje está muy bien estructurado es manipulador, taimado, soberbio y creo que hasta se merecería una historia propia con una protagonista que consiga poner su mundo patas arribas.

En definitiva una novela amena, dinámica que se lee fácilmente y que te deja esperando la historia de Arthur el hermano de Andrew, cuyo inicio se vislumbra al final.