Anne Gracie - The perfect rake

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Crítica realizada por Mariam

1º Hermanas Merridew

Tras la muerte de sus padres, Prudence y sus cuatro hermanas quedan bajo la tutela de su abuelo, un hombre de principios rancios y con una veta malvada y violenta, que no duda en explotar con frecuencia.
Al ser la mayor, Prue ha tomado bajo su ala a las menores, especialmente a la pequeña Grace que cuenta con diez años. Desde niñas las hermanas Merridew han sufrido las palizas de su abuelo, hasta que ocurre un episodio especialmente violento.
Tratando de defender a Grace, Prudence se enzarza en una discusión con el déspota anciano, que termina cayendo por las escaleras. Aprovechando que estará varias semanas convaleciente, Prudence huye con sus cuatro hermanas a Londres. Valiéndose de una carta falsificada por ella misma, se personan ante el tío abuelo Oswald, quien las acoge con los brazos abiertos y accede a presentarlas en sociedad.

Apenas restan unas semanas para que Prudence cumpla veintiún años, fecha en la que pasará a convertirse en la tutora de sus cuatro hermanas menores y cobrará la herencia de sus padres. Entonces, las hermanas estarán a salvo. Si lograse huir del abuelo hasta esa fecha y, al menos, una de ellas encontrara marido...

El tío abuelo Oswald está feliz de presentar a sus sobrinas nietas en sociedad. Descartando a Grace que es aún una niña, desea presentar a las cuatro mayores. Pero Prudence carece de la belleza deslumbrante de Charity, Hope y Faith; incluso Grace ya la supera y temiendo que no reciba ninguna propuesta, decide que será ella la primera en ser presentada. Luego Charity y, por último, las gemelas.

Prudence no desea buscar marido. Por un lado siente que es su deber velar por la seguridad de sus hermanas, como prometió a su madre en su lecho de muerte, y procurar que todas ellas hagan buenos matrimonios; por otra parte está comprometida desde hace cuatro años, en secreto, con Phillip Otterbury quien se encuentra en La India haciendo fortuna. Phillip dista de ser el marido que el tío abuelo Oswald quiere para ella: un hombre con título, dinero y posición social.

Así que Prudence trama una estratagema y finge estar comprometida con el duque de Dinstable, del que oye hablar en alguna reunión social, y al que se describe como un ermitaño que vive en Escocia y no ha pisado Londres en años.
El tío abuelo Oswald desconfía de ese compromiso y está contrariado ante la idea de que la dulce Prue pueda haber sido vilmente engañada por el duque. Pero, afortunadamente, le informa, el recluso duque ha decidido visitar Londres, al parecer para buscar esposa. Así que, él mismo irá a su mansión para exigir saber cuáles son sus intenciones con su sobrina nieta y si piensa honrar su palabra de matrimonio.

Prudence logra visitar al duque antes para advertirle de su pequeña mentira y pedirle su ayuda.  El duque parece divertido ante la farsa de Prudence, y le sigue la corriente fingiendo ser su solícito prometido. La llegada de sir Oswald  deja al descubierto que, en realidad, el duque no es el duque, sino Lord Carradice, su primo.
A partir de ahí podría decirse que la situación se desborda un poco.

A diferencia de todos, Gideon, Lord Carradice, cree que Prudence es la auténtica beldad de las hermanas Merridew y, atraído por su carácter directo y franco, además de mandón, no sólo la besa cuando se quedan a solas, sino que comienza un peculiar cortejo que escandaliza a Oswald. Después de todo si por algo es conocido Lord Carradice es por ser un redomado libertino. Gideon no tiene intención de pasar por el altar, pero no puede evitar representar el papel de prometido aun cuando no se le pide que lo represente.

Hace tiempo leí El beso perfecto, la cuarta y última novela de la  saga de las hermanas Merridew. Me quedé con la intriga por conocer las historias del resto de hermanas, así que me decidí a dar una oportunidad a esta saga y conocer más sobre esta autora.

The perfect rake es la novela que da comienza a la saga. Si algo, creo, caracteriza a Anne Gracie es que escribe novelas con un inconfundible aire a cuento de hadas.  Como The perfect rake.
Tenemos a cinco hermanas huérfanas que viven bajo el puño de un abuelo violento y cruel, a una heroína que si bien es un patito feo entre bellos cisnes es la guerrera luchadora de la historia, a un héroe libertino, pero protector y encantador que, a la largo de la novela, protege y vela por la heroína y sus hermanas; tampoco falta un duque a la búsqueda de esposa que, como el héroe, cae bajo el hechizo de una de las hermanas Merridew; además de varios personajes más, como el tío abuelo Oswald, Lady Augusta y un puñado de fieles sirvientes, que cual hadas madrinas ayudan a las hermanas Merridew.

Tengo que confesar que me he divertido mucho leyendo esta novela.  Si bien la historia que se nos cuenta en el fondo es dura, la autora la ha narrado de tal manera que lo que impera a lo largo de la lectura es sonreír.  Y continuamente.
Casi como en  una comedia de enredos, el falso compromiso de Prudence y Gideon da pie a que sus caminos se crucen continuamente y, también, a una hilarante escenas tras otra, a diálogos que definiría como disparatados, con falsas identidades y compromisos más falsos aún.  El resultado es una novela sencilla, agradable de leer y bastante divertida que cuenta dos historias en una.

Por un lado está la de Gideon y Prudence; por otro la de Charity y Edward, el auténtico duque de Dinstable. No obstante, el peso de la novela recae sobre Prudence y Lord Carradice.
¿Qué puedo contar sin desvelar demasiado de esta peculiar pareja?
Pues... que la de ellos es una historia divertida, desenfadada que recrea a la mil maravillas una lucha de voluntades. Prue es terca y de ideas firmes, pero ante ella tiene un oponente que no da tregua y es imprevisible. Lord Carradice resulta ser un libertino peculiar. Sí, ha sido un libertino durante años pero, de repente, parece un cordero dispuesto a ir al matadero voluntariamente. Es irreverente, con gran sentido del humor y, en el fondo, un galante caballero que, creo, conquista el corazón de las lectoras no sólo por cómo trata a Prudence, sino a la pequeña Grace, su peculiar paladín. Confieso que a mí me ha conquistado.

Prudence oculta un secreto, un pasado más turbio de lo que parece a primera vista. En mi opinión, tal vez, no se nos permite conocer demasiado hasta el final, lo que, opino, hace que los hechos acontezcan de un modo un tanto apresurado. Pero, en contrapartida, da lugar a un desenlace impactante.

Además se esboza la historia de Charity, la auténtica beldad de las hermanas Merridew, y Edward, el austero duque de Dinstable. Sin ahondar en detalles y sin que eclipse en ningún momento la de Prudence y Gideon es una bonita historia.
El resto de hermanas tiene su pequeña papel, pero es en sucesivos libros donde se conocen sus historias.

No pasará a ser una de las novelas que atesore y recuerde especialmente, pero creo que The perfect rake es una buena historia, gracias a cuyo protagonista, Gideon, este peculiar el libertino, he descubierto una lectura risueña que me ha hecho reír por lo disparatado de algunos episodios, sencilla, donde no hay grandes sobresaltos, es cierto, pero con un punto amargo por el secreto de Prue.
Al fin, todo ello ha propiciado que haya pasado un rato agradable y, probablemente, me anime a leer las historias del resto de hermanas.

 

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