• Fecha: Lunes, 30 Junio 2014

tea-2107191 640"Chicas, os invito a tomar un café a casa esta tarde; pasaos a eso de las cinco".

Y con esto ya está todo dicho. Llegaréis más o menos puntuales, pondré la cafetera y sacaré unas latas de coca-cola y unas papas. Con suerte habrá galletas. Y con más suerte todas las tazas tendrán plato a juego, que en mi casa se rompen los platitos, no las tazas. En función de la confianza pondré servilletas de papel, o directamente el rollo de cocina sobre la mesa pequeña del comedor. Nos instalaremos en el sofá, en las sillas, en el suelo sobre la alfombra... y pelaremos a la nueva del curro que lleva esos escotazos para ver si el jefe, el viejo verde, la renueva; y comentaremos los problemas de esta con su marido; y que el niño de aquella aún no habla con dieciocho meses; y que la vecina de arriba me tiene harta con sus gritos... Y echaremos la tarde muertas de la risa.

Fácil ¿eh? Pues que sepáis que en el siglo XIX no era tan sencillo. En absoluto. Tomar el té era todo un acontecimiento que la anfitriona debía preparar al detalle, y cuyo ritual variaba en función de la época del año.

Así que mientras os engalanáis, os cuento un poquito de historia, y cuando estéis preparadas nos sentamos a tomarlo. Pondré la mesa y hablaremos de unas cosas y otras según la época del año...

El té era conocido y venerado por sus propiedades beneficiosas en distintas sociedades, y no solo en Inglaterra. Allí, que es donde nos interesa, desde mediados del siglo XVII, se servía en las Penny Universities, o casas de té. Pero las mujeres tenían prohibida la entrada, así que estas lo tomaban en sus mansiones. Fue Anna, séptima duquesa de Bedford, quien a primeros del XIX hizo de la ceremonia del té todo un acontecimiento social, poniéndola de moda.

Mientras termináis de poneros las joyas, dejadme que os recuerde que lo más importante durante la visita es la conversación. Las personas cultivadas, es decir nosotras, que somos quienes tomamos el té (es un producto caro, sujeto a altos impuestos, reservado para la élite) gustamos de hablar de ideas, no de personas. No cotilleamos, salvo que lo hagamos como esparcimiento y con discreción. No hablamos de nosotras, de nuestros familiares, ni de conocidos... Y lo hacemos siempre en un tono moderado, escuchando más que hablando, sin interrumpir, en voz media y vocalizando, sin vehemencia, con brevedad. Vamos, como solemos hacerlo.

¿Ya estáis? ¿Listas? Dejadme que os mire... Estáis divinas así vestidas. Venga, allá vamos...

Primavera...

En esta estación, que estrenamos ahora, la conversación era menos formal, como si el buen tiempo restara solemnidad al acto en sí. Aquellos que habían estado fuera durante el invierno hablaban de las tendencias en el extranjero. Los que habían pasado la anterior estación en Inglaterra aprovechaban para lucir los nuevos vestidos que habían encargado, y comentaban las modas del Imperio.

La anfitriona buscaba que su sala recordara en cierto modo a la campiña, con profusos arreglos florales y la mantelería y otros ornamentos de la salita de recibir vespertina, engalanada para la ocasión, en tonos amarillos, verdes y violetas. Todos los enseres del té seguían una trama común: se escogía, por ejemplo, ramas de árboles, hojas, flores... y se mantenía en mantel, servilletas, tazas, platos, grabados de cubiertos y, en fin, en cualquier cosa que os podáis imaginar.

Verano...

Si el día lo permitía, se podía tomar el té fuera de la casa, pero a diferencia de los picnics o al fresco, los invitados esperaban tomar asiento, y no hacerlo en el suelo sobre mantas, o en pie. Aquí se recomendaba, en cambio, las rosas rojas en contraste sobre el lino blanco. E igualmente un tema común en la mesa. Pero los colores muy vivos, contrastados con los muy claros, eran los que marcaban el verano. La conversación debía versar sobre nuevas actuales o acontecimientos históricos. Y si esta se volvía frívola, era deber de la anfitriona en todo caso redirigirla hacia un tema más típico, o tópico, evitando que una mala conversación empañara el trabajo de una semana de preparativos.

tee-419320 640Otoño...

Con el mal tiempo regresaba la formalidad. Las invitaciones eran enviadas en tercera persona, con papel de la mejor calidad y ensobradas. Y se respondían del mismo modo, confirmando o declinando la asistencia. Incluso la disposición de los asientos era dispuesta de antemano. Como en las otras ocasiones, la mesa se engalanaba con un tema y unos colores, que como la estación, se tornaban discretos. Y así ocurría con la conversación, que no debía salir de los tópicos, como el tiempo, el tema que más se comentaba. Era en los tés de otoño donde se demostraba la verdadera habilidad para la buena conversación de toda dama de sociedad que se preciara de serlo.

Invierno...

Si bien las invitaciones eran tan formales como en la estación anterior, las inclemencias del tiempo hacían que sus horarios fueran menos estrictos, pudiendo ocurrir que en el último momento alguien fallara. Del mismo modo, el tiempo de estancia era menor, para evitar quedar varados en casa de la anfitriona. Esta, por si acaso, tenía cena preparada para todos ellos, y habitaciones, también. Con el frío, el té no se servía en la mesa, sino alrededor del fuego, y cada invitado se sentaba donde prefería, en función de la temperatura que reclamara. Los arreglos se hacían con flores de invierno y gran cantidad de hojas ornamentales. El acebo reinaba cuando las fiestas navideñas estaban próximas. Era esta estación la ocasión perfecta para introducir a las jóvenes en la ceremonia del té. Las que que eran tímidas podían practicar, pues eran actos más íntimos. Y aquellas que gozaban de cierta precocidad y capacidad argumentativa... ¡eran aleccionadas sobre las virtudes del silencio!

¿Y bien? ¿Os espero en mi casa a eso de las cinco a tomar un café?

*Artículo realizado por Ruth M. Lerga

 

 

Comentarios (44)

  • LadyLaura

    23 Octubre 2015 a las 19:18 |
    He leído muchas novelas en las que las protagonistas toman el té en sus propias casas o en las de otras, pero nunca sabía que este tema era tan delicado. Me ha parecido de lo más curioso el que todo esté organizado en torno a la estación del año, y si bien siempre he creído que yo debería haber vivido en otra época (porque me encanta), estoy empezando a replanteármelo, porque hay normas muy estrictas y creo que no serviría para esas situaciones tan incómodas que seguro se crearían en más de una ocasión.
    Un artículo genial. ¡Muchas gracias!

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  • Olga

    22 Junio 2015 a las 11:09 |
    Genial el artículo! Yo soy rusa y allí se toma mucho el te., pero no con todas esas normas ni flores claro jejeje Pero por eso me ha llamado la atención leerlo.
    Pensar que tomarme unte ahora, que tardo 3 min en hacermelo, antes llevaba toooooda esa planificación antes. Yo solo me agobio de pensarlo jejeej Que flores, y que color y que conversar... Madre mía xD
    Pero esta bien saber como era la vida social antes, es interesante. Muchos se creen que echar agua en la taza y ale! ya está! Pero no jeje
    Gracias por este artículo!

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  • Almudena

    04 Junio 2015 a las 11:36 |
    Adoro este momento en los libros, muchas gracias por descubrírmelo un poco más. Lo de las épocas del año no había pensado que influía.

    Besos =)

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  • Lena25

    03 Mayo 2015 a las 18:49 |
    Me ha gustado mucho como está narrado el texto, muy divertido. La verdad es que no sabía que hubiese tanta historia alrededor del té y que cambiase según la época del año y eso que a mí me encanta el té

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  • María Arca

    15 Marzo 2015 a las 11:38 |
    Me impresiona que haya tanta historia y ceremonia alrededor de algo que tan simple como es aquí tomar un té.
    Muy buen artículo. Gracias

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  • Noemí Pérez

    04 Marzo 2015 a las 12:31 |
    También me ha parecido muy interesante. En las novelas románticas se habla muchísimo de la hora del té, pero no se profundiza en estas cuestiones, que la verdad, me han sorprendido. Me encanta la época de la regencia y disfruto mucho con estas novelas. Lo más sorprendente que me parece es que siempre me había imaginado que la hora del té era una reunión social más informal y no había estas "normas" tan estrictas que van desde marcar de lo que se debe hablar, a la disposición de las sillas. Difiere bastante de la idea que tenemos ahora de tomar un café con las amistades, en donde los temas son espontáneos y la organización de los eventos en sí también. Un artículo muy bueno. Gracias

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  • ANA MARIA GARCIA

    21 Octubre 2014 a las 09:17 |
    Me ha encantado! Lástima que no me guste el té, pero me encanta su ritual y todo lo que le rodea, sobre todo en la época de la regencia.

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  • maria jesus camara montelio

    01 Octubre 2014 a las 22:47 |
    la verdad que esto del te es todo un arte

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  • Loreena

    07 Julio 2014 a las 20:41 |
    Muy interesante el artículo. Sabía algo de que los ingleses se tomaban muy en serio lo del té, pero no hasta ese punto. Y desde luego no sabía que la ceremonia fuera distinta dependiendo de la estación.
    Muchas gracias Ruth.

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  • Silvia77

    30 Junio 2014 a las 19:23 |
    Como siempre, muy interesante para conocer más sobre las costumbres de la época. Hasta para tomar el té era una sociedad muy enconsertada. Menos mal que tenían criados porque organizar el té no era ninguna tontería, eran mil y un detalles. Y después cómo quedaras con tus invitados, lo que dirían de ti, que no metieras la pata ni como anfitriona ni como invitado,etc, etc. Uff, qué agobio. Creo que me quedo con la tarde de coca-colas y cotilleo, jeje.

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  • Olalla

    31 Mayo 2014 a las 11:56 |
    Ruth, dentro de poco te prepararé un te de verano, tengo una vajilla perfecta para la ocasión. :)
    Un artículo interesantísimo y contado de forma amena, como todos los de Ruth. Soy una super aficionada del te, si bien es cierto que conozco por encima la ceremonia del te al estilo japonés (todo lo japonés me fascina), al parecer los británicos no se quedan cortos.

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  • kitty

    17 Febrero 2014 a las 00:55 |
    Me ha encantado el artículo puesto que no sabía muchas cosas sobre esta ceremonia del té inglés, sin embargo si estoy muy familiarizada con la ceremonia del té saharaui, la preparación es bastante diferente a como lo preparamos normalmente y requiere cierto tiempo hacer un te al estilo saharaui normalmente tienes que tomar tres, porque según su creencia el primer te es amargo cómo la vida, el segundo es dulce cómo el amor y
    el tercero es suave cómo la muerte.

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  • LILIAN

    27 Abril 2013 a las 21:28 |
    No había leído este artículo y me ha parecido muy interesante. Además está muy bien documentado, es ameno y las fotos son preciosas. No tenía ni idea de que las conversaciones -alrededor de una taza de té- variaban en función de la estación del año.
    Gracias Ruth, te ha quedado muy bonito.

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  • Marina

    25 Abril 2013 a las 14:52 |
    Me interesa todo lo relacionado con esta bebida, ya que de por sí son fanática de ella. Gracias por el artículo que me ha parecido muy interesante.

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  • Zulema Pontes Vidal

    13 Abril 2013 a las 16:38 |
    Me parece divino,jaja.
    En serio, realmente era una ceremonia importantísima y me ha encantado el artículo,de uno de las bebidas más exquisitas y con más calidad,sentimientos y tradición del mundo.
    En muchas novelas inglesas,ejemplo las de Agatha Christie y su Srta.Marple se trata esta ceremonia,se le da bastante importancia, y en películas y series como Arriba y Abajo.
    A mi me apasiona la verdad,soy fan absoluta de esta bebida.

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  • luciago

    06 Abril 2013 a las 15:50 |
    Un artículo muy interesante, del cual, aún sabiendo algo, he aprendido un poco más, como las diferencias existentes variando de la estación en la que se tomaba.
    Gracias por el artículo.

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  • Arianne

    05 Abril 2013 a las 13:43 |
    Conocía que la "ceremonia del té" en el mundo occidental tenía este tinte de reunión social de alta alcurnia, aunque desconocía que la formalidad de la misma variara con la estación.

    También me cuento entre las entusiastas del té, aunque mi adicción primaria es el café. Así para mi, el café durante el día, el té durante las tardes.

    Algo que lamento es que, en las oportunidades en las que he visitado Londres, nunca he podido tomarme el té como ellos acostumbran. Prefiero pedirlo en cualquier cadena de comida, porque me he fijado que sentarse en algún restaurant/café y pedir un servicio completo de té es bastante costoso. Eso me sorprendió muchísimo.

    responder

    • Ruth M. Lerga

      07 Abril 2013 a las 21:02 |
      Si te mueres de curiosidad, en "Planeta Finito: Londres" lo tomaban, creo recordar, en el Four Seasons. Te decían incluso el precio (sip, una pasta). Puedes hacer como en los cuentos de Charles Dickens, ponértelo en el ordenador y mirar desde "el escaparate" con dramatismo
      ;)

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  • Nuria Pantoja

    04 Abril 2013 a las 15:02 |
    El té es una de mis debilidades, y me parece muy interesante toda la parafernalia que envuelve la ceremonia del té. Yo soy incapaz de tomarme un té de bolsita calentado en microondas. Si tengo que elegir entre eso y lo que se cuenta aquí, me quedo con toda esta movida por muy rollo que sea.
    Gracias por el artículo que a la par te interesante ha sido escrito con mucho sentido del humor.

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  • Carmen Zapico

    03 Abril 2013 a las 00:20 |
    Uf, madre mía, pues si que era complicado tomarse un té, jajaja. Estupendo artículo, no tenía ni idea de todas esas cosas.

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  • arantxa

    01 Abril 2013 a las 16:46 |
    Que interesante, nunca se me hubiera ocurrido que fuera tan complicada la ceremonia del te.
    Gracias por el articulo, es muy interesante.

    responder

  • IsauraMaguire

    29 Marzo 2013 a las 00:32 |
    Muy buen artículo!!
    Pero te digo que hay que estar tan preparada que prefiero quedarme en casa y tomar un café bajo un árbol mientras leo un buen libro!jejeje

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  • Dougless

    27 Marzo 2013 a las 18:39 |
    Un artículo muy interesante y Ruth ha sabido narrarlo de forma amena y divertida.
    Me he enterado de muchas cosas que desconocía y aunque no me guste el té, si me gustaría colarme en alguna reunión para vere como era en realidad, aunque no sé yo si aguantaría tanta tranquilidad.

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  • rosamoni

    27 Marzo 2013 a las 16:41 |
    me ha encantado el articulo, muy ilustrativo y sobre todo muy divertido. No me esperaba que esta ceremonia fuera asi. Por cierto a mi no me inviteis a tomar el té si acaso a tomar una caña que se puede levantar un poco mas la voz y contar chistes malos
    gracias Ruth

    responder

  • Sandrayruth

    27 Marzo 2013 a las 12:58 |
    Gracias por el artículo Ruth, me ha encantado!!! Yo creo que tampoco iría porque eso de no poder hablar de lo que quisiera y no poder interrumpir.... no se yo!!

    Me ha gustado los diferentes tipo de tazas que usaban dependiendo de la estación... Una cosa muy curiosa!!

    responder

  • kkekka

    27 Marzo 2013 a las 10:58 |
    Me ha encantado el artículo, muy bueno. Curioso lo de las distintas estaciones y las distintas normas de comportamiento y conversación. Menudo lío me armaría con ellas...
    Gracias Ruth ¿todo el Rincon esta invitado al café? jijiji
    Gracias Rincón por traer este artículo de una gran escritora. Bss

    responder

  • rociodc

    25 Marzo 2013 a las 15:57 |
    Buenisimo el articulo, muy completo aunque no me guste el té, me ha gustado saber tantas cosas de esta costumbre tan inglesa.gracias RNR Y a Ruth.

    responder

  • *Soraya*

    25 Marzo 2013 a las 13:54 |
    Que buen artículo, me ha encantado! Nunca me habría imaginado que dependiendo de la estación, la ceremonia se llevara a cabo de una manera o de otra. Bueno ¿y eso de que solo pudiesen permitírselo los de la alta élite? No esperaba que la razón fuese por el coste del producto. Yo en mi mente había ideado que el té lo tomaban los ricos porque eran los que tenían tiempo libre para ello, una persona pobre tenía que pasar el día trabajado sin perder el tiempo en esas cosas.
    Muchas gracias por el artículo.

    responder

  • kalina

    25 Marzo 2013 a las 01:06 |
    Un artículo muy bueno, divertido e informativo. No sabía yo que la ceremonia cambiaba al tiempo que las estaciones y que se rigiera por tantas normas, agotador solo de pensarlo. Muchas gracias por el artículo y por la invitación.

    responder

  • Katon

    24 Marzo 2013 a las 19:55 |
    Qué interesante y cómo cambiaba según la estación. Un buen té junto a la chimenea y cotilleando, es decir explicando detalladamente lo que los demás desconocían sobre los vecinos es muy apetecible...
    Ruth, deja su huella hasta escribiendo un artículo, jaja
    Gracias por el artículo, ha sido muy instructivo.

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  • rosita

    24 Marzo 2013 a las 18:35 |
    Precioso artículo , me ha encantado, desconocía todos esos pormenires.

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  • morticia

    24 Marzo 2013 a las 17:41 |
    Gracias otra vez. Muy bueno el artículo. Yo tengo muy claro que tampoco me invitarían, menos mal que prefiero el café, je je.....

    responder

  • Bona Caballero

    22 Marzo 2013 a las 22:33 |
    Con lo fácil que es simplemente meterle una bolsita al agua caliente y tirarte en el sofá...
    Y digo yo cómo calentarían el agua en pícnic al aire libre...

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  • Ruth M. Lerga

    22 Marzo 2013 a las 22:06 |
    Las tazas no son elección mía, sino de quien subió el artículo. Efectivamente, un gusto exquisito al elegirlas. ¿Habéis visto el juego de té tan completo del principio? Mmmm, a nena guta muxo. El de mi casa es de los de "Keep calm and drink tea", de esos que se han puesto de moda, jajaja.

    responder

  • Malory

    22 Marzo 2013 a las 16:30 |
    Me ha encantado el artículo, estupendo de verdad. Gracias Ruth :D

    responder

  • sara

    22 Marzo 2013 a las 16:21 |
    Enhorabuena, un articulo precios y escrito con gracia y salero. Me ha gustado incluso la elección de tazas para las distintas estaciones del año. ¡¡Muy bien elegidas!!
    Peroooooo creo que voy a pasar de la invitación si no me puedo reir a mis anchas y tampoco puedo gesticular para hablar; me sentiría como con pinchos en el trasero.

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  • marite

    21 Marzo 2013 a las 21:35 |
    Que bueno el artículo.Además de interesante está contado de una manera amena y divertida.

    responder

  • Miryam

    21 Marzo 2013 a las 16:45 |
    Yo después de esto "Al hablar lo hacemos siempre en un tono moderado, escuchando más que hablando, sin interrumpir, en voz media y vocalizando, sin vehemencia, con brevedad" sé que no me vais a invitar ;-)

    Superinteresante el artículo y me encantan las tazas aunque debo decir que yo soy chica café o como mucho chocolate.

    responder

    • Ruth M. Lerga

      21 Marzo 2013 a las 18:10 |
      Bueno, quizá no, no te invitaríamos porque somos unas elitistas y esnobs asquerosas, jijiji. Pero Miryam, te echaríamos muchísimo de menos, ya lo sabes. A ti y a tus risas y tu espontaneidad.

      responder

  • merce

    21 Marzo 2013 a las 13:26 |
    Me ha encantado como has escrito el artículo, además de informarnos de la forma de como se tomaba el té, me he divertido leyéndolo.

    !!Felicidades!!

    responder

  • marivi

    21 Marzo 2013 a las 11:45 |
    Está fenomenal el articulo,escena tipica de la época y muy inglesa.Bonitas las tazas, te falta una tetera.
    Agradezco la invitación pero el té no es una bebida que me haga tilín,sinceramente me parece agua churri (vulgarmente)lo único las pastas que lo acompañan.Y eso de estar sentada y tener una conversación armoniosa (demasiada tranquilidad)...... mi aguante no dura.
    Si acaso acepto una coca cola .
    Gracias por la información y por la invitación.

    responder

  • Elena

    21 Marzo 2013 a las 10:31 |
    Me encantaría venir a tomar el te y conversar contigo. Muchas gracias!

    Me ha gustado muchísimo el artículo, creo que en todas o al menos en la mayoría de las novelas históricas se toma el té.

    responder

  • Mary Jo

    21 Marzo 2013 a las 08:24 |
    Magnifico articulo. Estoy encandilada, me encanta saber este tipo de cosas. Mucho me meto que yo sería una de las aleccionadas al silencio, eso de hablar poco y sin vehemencia me parece que no es lo mio.
    jajaja. Gracias por el articulo Ruth, es fascinante.
    Por cierto, me encatan las fotos de las tacitas, son mi perdición, las colecciono.

    responder

  • anasy

    21 Marzo 2013 a las 08:02 |
    Buenísimo!! Me encanta el artículo, no sólo porque nos habla un poco más sobre algo tan conocido como la tradicional hora del té y que es casi una escena asegurada en cualquier libro de regencia, sino por como está escrito, muy simpático. Gracias

    responder

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