• Fecha: Lunes, 28 Julio 2014

fan-622643 640La historia del abanico se remonta a muchos, muchos siglos atrás. Tal y como demuestran antiguas pinturas y numerosos escritos, ya los egipcios utilizaban estos instrumentos no sólo para airearse, también para espantar insectos. Aquellos abanicos eran grandes, semicirculares, provistos de largas plumas y de mangos largos y fijos.

Este mismo tipo de abanicos fueron utilizados en la Grecia clásica por las sacerdotisas para preservar los sagrados alimentos. En la antigua Roma también se adoptó esta costumbre y los esclavos romanos aireaban y protegían con ellos del calor, moscas y otros insectos a sus señores. La Iglesia católica en la Edad Media, hizo suya esta costumbre heredada de los romanos para aplicarla durante la liturgia cristiana utilizando estos instrumentos para proteger la Eucaristía de insectos y al oficiante del calor.

Hablando ya de abanicos más pequeños, también en China su uso es milenario y lo utilizaban tanto hombres como mujeres. Se cuenta que llevar el abanico en un estuche y colgado en la cintura era signo de autoridad. Los japoneses, a su vez, lo utilizaban para saludar y en ellos colocaban los regalos que les eran ofrecidos. Para una mujer oriental era impensable acudir a cualquier parte sin su abanico, y hasta a los condenados al patíbulo se les hacía entrega de uno minutos antes de la ejecución.

En Europa medieval hay constancia de abanicos hechos con plumas de pavo real, faisán, papagayo... sujetas estas a mangos de plata, oro o marfil y que constituían un comercio muy lucrativo.

Centrándonos en el abanico plegable, parece ser que "el invento" procede de Japón. Según cuenta la leyenda, en el siglo VII, Tamba, un obrero japonés, inspirándose en las alas de los murciélagos creó uno al que llamó "Kawahori". Fabricó varios de estos ejemplares y como eran cómodos y de fácil manejo, su uso se fue extendiendo progresiva y masivamente.

China, Japón, Persia, India y el resto de las culturas de la zona tienen documentado el uso de este tipo de abanicos. A partir del siglo XV, con los intercambios comerciales, llegaron a occidente traídos por portugueses, españoles, ingleses y holandeses (aunque según recientes estudios se cree que los primeros abanicos plegables fueron introducidos en Europa por los Jesuítas).

fan-634332 640En España la llegada del abanico cuenta con diferentes vías de entrada. Por una parte, hay constancia de su procedencia por vía islámica: En la Catedral de Pamplona hay una arqueta de marfil fechada en 1005 en la que se pueden distinguir figuras talladas que sostienen abanicos de diferentes formas. También las Crónicas mexicanas de Tezozomoe hablan de que el emperador Moctezuma regaló a Hernán Cortés varios abanicos cuando tuvo noticias de su desembarco. Por otro lado, se habla de los abanicos en el siglo XIV, en la Crónica de Pedro IV de Aragón, donde se cita como oficio ("el que lleva el abanico") de los nobles que acompañaban al rey. Sin embargo, es en el siglo XVII cuando se extiende su uso en nuestro país. Bajo la protección del conde de Floridablanca, se instaló en España el artesano francés Eugenio Prost y él fue el máximo productor de estos objetos, llegando a superar a Italia y Francia. Máximo exponente de la moda de entonces, los fabricaba de diferentes maneras en cuanto a color, formas, materiales y tamaños. En ese momento el abanico también era utilizado por los hombres, pues por aquellos días se usaban sin distinción de sexos.

En las cortes europeas los abaniqueros franceses tenían gran fama. Se cuenta que el pintor español Cano de Arévalo, se encerró durante todo un invierno en su casa y se dedicó a pintar abanicos. Al llegar la primavera, hizo creer que llegaba a París provisto de una impresionante colección. Los vendió absolutamente todos y fue nombrado proveedor de la reina.

En el siglo XVII los abanicos aparecen en Inglaterra, pero el varillaje de aquellos iba sujeto a un mango rígido, eran de gran tamaño, se adornaban con motivos diversos y estaban pintados por artistas de gran renombre.

En Francia los introdujo la reina Catalina de Médicis que poseía una amplísima colección de abanicos de todo tipo (tenían, la mayoría de ellos, una rica empuñadura, en ocasiones con piedras preciosas incrustadas y los sujetaba a la cintura por una cadena de oro o plata) lo incorporó a su vestuario cuando asistía a grandes recepciones, lo que supuso una enorme difusión en las cortes de toda Europa.

En la corte de Enrique III, también se hicieron muy populares, pues se tomó como ejemplo al Rey ya que hacía uso de ellos de manera regular.

En el Renacimiento, el abanico vivió una época dorada. Isabel I de Inglaterra solía decir a sus damas que una reina sólo podía aceptar un regalo: el abanico, pues cualquier otro objeto era desmerecido.

La verdadera época de esplendor aconteció durante los reinados de Luis XIV y Luis XV. Para cualquier gran señora de aquellos tiempos, el abanico era el complemento indispensable a su vestuario. En su fabricación se utilizaban materiales de lujo, desde piedras preciosas, oro y metales preciosos, hasta telas italianas (consideradas las más lujosas del mundo). Se pintaban acuarelas realizadas por los pintores más importantes del momento y sus varillas se fabricaban con oro, plata, nácar, carey, marfil...

Por supuesto en Venecia ya se usaban los abanicos careta para asistir a los bailes de máscaras y carnavales. 

El siglo XVIII fue el siglo de la consagración y el triunfo del abanico. En Europa se fabricaban abanicos para todo tipo de usos imaginables. Los había para los lutos, pintados en blanco, negro y gris; de satén para las bodas; para usar en el salón o el jardín. También se encontraban los impregnados en perfume que al abanicarse desprendían su fragancia y servían para los largos paseos del verano. Llegaron también a fabricarse con pequeñas ventanitas o espejitos incrustados que permitían observar sin ser observados.

fan-85508 640Los abanicos desempeñaron un papel muy importante en la historia del coqueteo. "El lenguaje del abanico", que ya en los tiempos de los Tudor se desarrolló en Inglaterra, se hizo especialmente popular entre las mujeres victorianas de clase media-alta. 

Como veremos más adelante, el abanico tenía su propio lenguaje. Al amparo de un abanico se hacían confidencias y también era posible utilizarlo para dar ánimos a un pretendiente tímido. Una dama que se preciara no llevaba dos veces el mismo abanico a una fiesta.

El escritor inglés del siglo XVI, Joseph Addison declaró: Los hombres tienen las espadas, las mujeres el abanico, y el abanico es, probablemente, un arma igual de eficaz.

La reina Luisa de Suecia instituyó la Real Orden del Abanico.El escritor del siglo XVIII, Julio Janin, asombrado ante la versatilidad del abanico en manos de una mujer, dijo: "Se sirven de él para todo; ocultan las manos, o esconden los dientes tras su varillaje, si los tienen feos; acarician su pecho para indicar al observador lo que atesoran; se valen también de él para acallar los sobresaltos del corazón, y son pieza imprescindible en el atavío de una dama. Con él se inicia o se corta una historia galante, o se transmiten los mensajes que no admiten alcahuete".

La reina Isabel de Farnesio dejó al morir una colección de más de mil seiscientos abanicos.

La célebre cortesana Minón de Lenclós hacía pintar sus abanicos de las más ingeniosas maneras. Incluso tenía uno con pequeñas lentes con las que, a modo de lupa, conseguía acercar las imágenes.

La Marquesa de Pompadour dio su nombre a una gama de abanicos de varillaje pintado.

La reina María Antonieta los regalaba a sus más íntimas amigas.

La Emperatriz Sisi, al rondar la edad de 40 años, no soportaba que nadie la fotografiara y siempre llevaba un gran abanico de cuero para cubrirse la cara si eso sucedía.

La reina Catalina de Médicis podía perfumar sus abanicos para uso particular o incluso encargaba a sus perfumistas preparaciones especiales para ocasiones en las que necesitara sus efectos, pudiendo contener efluvios exquisitos o filtros y venenos misteriosos de los que conocía el secreto y tenía la experiencia según se dice.

Los abanicos de pericón, de grandes dimensiones y realizados con la técnica de encaje de bolillos, fueron creados en el siglo XIX y se utilizaron sobre todo en el mundo de la danza, el flamenco y el teatro.

En las tertulias de la Generación del 27, Lorca, Alberti, Cernuda... todos usaban abanico, por lo que este objeto se convirtió en un símbolo de intelectualidad.

La Revolución Francesa y la aparición del "ridículo", el pequeño bolso puesto de moda por las señoras de la época en 1807, contribuyeron a la paulatina desaparición del abanico. Posteriormente, la creciente falta de funcionalidad en la vida más moderna del siglo XX, llevó al declive el uso de este instrumento como complemento femenino.Hoy en día sólo queda en España una escuela-taller mundial de abanicos, está en Cádiz y exporta a todo el mundo. Los grandes artesanos y artistas se sitúan en Aldaya, en la Comunidad Valenciana.

No son muchos, pero existen unos pocos museos donde ver abanicos que son verdaderas joyas y obras de arte; a través de ellos podemos hacernos una idea de su evolución a lo largo de los años.

Todavía hoy, algunas nostálgicas no pisamos la calle sin un abanico en el bolso. Para ellas y para todos, unas cuantas nociones sobre el que fue su lenguaje invisible, gestual y cifrado con el que expresar sentimientos o pasar contraseñas con todo tipo de finalidad en función de cómo fueran sus movimientos, posición o colocación:

  • Abanicarse lentamente, o abrir y cerrar muy despacio el abanico: Estoy casada y me eres indiferente.
  • Abanicarse rápidamente: Te amo intensamente.
  • Cerrarlo despacio: Sí.
  • Cerrarlo de forma rápida y airada: No.
  • Abrir y cerrar el abanico rápidamente: Cuidado, estoy comprometida.
  • Dejar caer el abanico: Te pertenezco.
  • Abanicarse levantando los cabellos o mover el flequillo con el abanico: Pienso en ti, no te olvido.
  • Cubrirse con él del sol: Eres feo, no me gustas.
  • Apoyarlo sobre la mejilla derecha: Sí.
  • Apoyarlo sobre la mejilla izquierda: No.
  • Prestar el abanico al acompañante: Malos presagios.
  • Dárselo a su madre: Te despido, se terminó.
  • Dar un golpe con el abanico sobre un objeto: Impaciencia.
  • Sujetar el abanico abierto con las dos manos: Es mejor que me olvides.
  • Cubrirse los ojos con el abanico abierto: Te quiero
  • Cubrirse el rostro con el abanico abierto: Cuidado, nos vigilan.
  • Pasarse el abanico por los ojos: Lo siento, vete, por favor.
  • Cerrar el abanico tocándose los ojos: ¿Cuando te puedo ver?
  • Apoyar el abanico a medio abrir sobre los labios: Puede besarme.
  • Apoyar los labios sobre el abanico: Desconfianza.
  • Llevarlo en la mano izquierda: Deseo conocerte.
  • Moverlo con la mano izquierda: Nos observan.
  • Llevarlo o moverlo con la mano derecha: Amo a otro.
  • Ponerse en el balcón con el abanico abierto, salir al balcón abanicándose o entrar en el salón abanicándose: Saldré pronto.
  • Dejarse el abanico cerrado en el balcón, salir al balcón con el abanico cerrado, o entrar en el salón con el abanico cerrado: No saldré.
  • Arrojar el abanico: Te odio, o adiós, se acabó.
  • Presentarlo cerrado: ¿Me quieres?
  • Pasarlo sobre la oreja izquierda: Déjame en paz no quiero saber nada de ti.
  • Pasarlo sobre la oreja derecha: No reveles nuestro secreto.
  • Contar tocándolas o abrir cierto número de varillas: La hora para quedar en una cita dependiendo del número de varillas abiertas o tocadas.

Fuentes: www.todoabanicos.com y http://alenar.wordpress.com

 

 

Comentarios (40)

  • Emilia

    02 Agosto 2017 a las 02:37 |
    Me parece un artículo muy interesante me gustan mucho los abanicos desde que tenía tres o cuatro años que me los compraba mi difunto padre cuando me sacaba de paseo allá en Marruecos ,no he podido dejar de llevar siempre alguno en el bolso .Y si había oído hablar del lenguaje del abanico y no creía que era tan interesante y tan bonito . Gracias por este artículo

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  • Bella

    11 Junio 2015 a las 11:38 |
    Lo sabía pero dios mío, qué barbaridad xD Yo solo utilizo el abanico para darme fresquito, y no podría aprenderme todas esas contraseñas o dictados para cómo mover e insinuar con el abanico. Increíble.
    Muy interesante el artículo, gracias.
    Un saludo

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  • Cynthia HJ

    01 Junio 2015 a las 16:02 |
    Ha sido un artículo súper interesante. Empecé a buscar cosas sobre el lenguaje del abanico a raíz de empezar a leer novela romántica. Siempre que hace calor no salgo de casa sin un abanico. Supongo que mi tía, que tiene una colección de abanicos enorme, me ha pegado su amor por ellos XD

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  • Laura

    25 Mayo 2015 a las 22:37 |
    He leído este artículo y sabía que me iba a gustar mucho porque he aprendido mucho más de lo que ya conocía de los abanicos y he de decir que el saber que tanto el caballero como la dama debían de saber ese lenguaje para poder comunicase y manejarlo de forma correcta a la hora de interpretarlo ya dice mucho de aquella época, antes si se paraban a conquistar y empleaban más tiempo en cortejar no como ahora... Otra cosa que me ha resultado interesante algunos gestos que se hacían con los abanicos, más que los gestos lo que significaba ese gesto, imagínate que por aquella época se le cae el abanico a una dama y no lo tira a conciencia eso significaba te pertenezco, la de damas que se podían haber metido en líos “por dejar caer el abanico sin querer y no queriendo” me ha parecido gracioso el imaginármelo. También he de decir que pocas personas ahora en la actualidad usan abanicos en general, cada vez se valora menos este artilugio, de los antiguos de antes de papel de esos que se plegaban, a mi eran los que más me gustaban, esos sí que eran ligeros y los cerrabas y te lo podías guardar en cualquier sitio ya que eran muy pequeños.

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  • Esther Alcaide

    23 Mayo 2015 a las 20:33 |
    Interesantísimo artículo sobre al abanico.
    Es sorprendente todos los usos por lo que ha pasado.
    Desde usarse para espantar insectos, a usarse en la actualidad como un complemente de moda.
    Lo que más me ha llamado la atención sin duda, es todo lo que las damas de la época podían decir a través de un simple gesto, moviendo el abanico de una u otra forma, podían expresar más que con palabras.

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  • Loreena

    18 Mayo 2015 a las 20:53 |
    Qué interesante la historia del abanico, no me imaginaba que se remontaba a tiempos tan antiguos. Y qué curioso el lenguaje que encierra, la de cosas que se pueden decir con él.
    Me ha encantado el artículo. Gracias.

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  • Rosa Ramos

    09 Mayo 2015 a las 20:55 |
    Dios mio! que cantidad de cosas podemos expresar con el abanico! Me ha encantado conocer la historia de este artilugio que me viene tan bien en los calurosos veranos sevillanos! Yo he de reconocer que, cuando hace calor, siempre suelo llevar uno en el bolso; sin embargo, nunca me he parado a pensar en todos los significados y mensajes que puedo transmitir mientras lo estoy utilizando. A partir de ahora estaré mas atenta, no vaya a estar diciendo cosas equivocadas! :)

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  • Paqui Medina Ivorra

    23 Marzo 2015 a las 20:55 |
    Me ha parecido un artículo interesante ya que debía de ser todo un arte el poder comunicarse con algo tan secillo como un abanico. Es una perna que todas estas cosas se pierdan en el tiempo.

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  • MARIAN

    22 Octubre 2014 a las 07:18 |
    Muchas gracias por el artículo, sabía que el abanico tenia un lenguaje pero no cual y me ha parecido muy interesante, siempre he tenido curiosidad por este tema.

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  • Silvia77

    12 Agosto 2014 a las 12:34 |
    Ahora si ves a alguien con un abanico es toda una curiosidad, cada vez se ven menos y muchos comprados en los chinos, como un elemento de tirar y usar al que no se le da ninguna importancia. Todo lo contrario de lo que significo en otras épocas, como deja constancia este estupendo artículo. Sería todo un aprendizaje para una dama saber manejarlo de forma correcta y luego que los caballeros supieran interpretarlo. Me ha chocado muchísimo lo de darle uno a los que iban al patíbulo, ¿para qué?
    Si queréis comprar abanicos artesanales, si vivís por la costa levantina, os aconsejo visitar la feria de artesanía de Xàtiva, en Alicante, que se celebra en el mes de agosto. Incluso se puede ver como los fabrican y los decoran a mano. Todo un arte.

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  • Lady Petunia

    06 Junio 2014 a las 11:09 |
    Buenos Días
    Interesantísimo artículo, ya había leído sobre el tema, pero has aportado datos que desconocía y que son la mar de interesantes sobre sus orígenes. A todas las que les interese saber un poco más las insto que visiten el Museo del Romanticismo de Madrid o La casa Lis de Salamanca. Donde tienen una amplia colección e informan de diversas curiosidades sobre el lenguaje de este.
    Por favor me ha encantado el “dárselo a la madre” ale se terminó. XD
    Gracias al autor/autora, muy chulo.
    Saludos

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  • verito

    27 Mayo 2014 a las 19:56 |
    Muy interesante el artículo, ya había oído que existía este lenguaje, pero no conocía nada sobre él. Me parece muy difícil de hacer y una pena que se pierdan estas costumbres.

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  • Agredecida

    27 Febrero 2014 a las 23:31 |
    Me a parecido un articulo muy profundo y completo a parte de ser muy interesante porque por lo general todas sabemos que es un lenguaje que utilizaban en la época de la regencia pero no la larga historia desde los comienzos.
    Hay algunos museos muy bonitos de abanicos y su lenguaje, yo recomiendo uno que hay en Valencia el palacio de " El marques de dos aguas"

    responder

  • Bel71

    04 Febrero 2014 a las 17:40 |
    Un artículo muy interesante y muy completo. Yo tenía el conocimiento de que los movimientos de los abanicos eran un lenguaje con el cual comunicarse entre enamorados y no enamorados, pero desconocía que pudieran haber tantos significados distintos.

    responder

  • María

    02 Noviembre 2013 a las 16:24 |
    Hola, me ha parecido muy interesante este artículo y me gustaría recopilar una serie de ideas para un trabajo que estoy haciendo sobre este tema. El problema es que a la hora de citan en la bibliografía necesito poner el número de artículo que es y las páginas que abarca pero no lo encuentro por ninguna parte. Me sería de gran ayuda si pudieran facilitarmelo. Muchas gracias y enhorabuena por el artículo.

    responder

  • Mario

    17 Octubre 2013 a las 13:45 |
    ¿Alguien podría decirme quien escribió este articulo? Lo necesito para realizar un trabajo, es urgente por favor. Gracias

    responder

  • sorlib

    16 Mayo 2013 a las 23:00 |
    Me ha gustado muchísimo este artículo!
    Conocía el lenguaje de los abanicos pero no sabía que era tan extenso...yo creo que debería llevar apuntado en un libreta todos los significados para no confundirme :)
    Espero tener la oportunidad de ver algún día un museo de abanicos porque hay verdaderas obras de arte.

    responder

  • Olaya. P

    09 Abril 2013 a las 21:29 |
    No estoy del todo segura, pero creo que en una novela de Kleypas una matrona reprendía a su pupila por el uso indebido del abanico.
    ¡Qué constreñidas vivían!

    responder

  • Carmen Zapico

    03 Abril 2013 a las 00:29 |
    Un artículo muy interesante. Sabía algo del lenguaje del abanico pero no tanto. A mi me encantan los abanicos, hay verdaderas obras de arte.

    responder

  • Maesfe70

    31 Octubre 2012 a las 15:06 |
    Menudo artículo ¡Me encanta!
    Sabía de la existencia del lenguaje, pero ¡qué complicado! Imagináos que una pareja se comunicase en un baile con ese lenguaje y que otro lo sepa y crea que es por él...¡Vaya lío! jijiji

    responder

  • latinas2982

    24 Septiembre 2012 a las 23:15 |
    Pues yo tengo entendido que el abanico se utilizaba sobre todo para disimular el olor corporal, ya que durante aquellos años, parece ser que veían muy poco el agua,ya que bañarse era algo malo para la salud...por lo que se rociaban con perfume para disimularlo y se abanicaban bastante!!!jajajajaja
    besitos

    responder

  • Lucia

    23 Septiembre 2012 a las 06:11 |
    ¡Menudo trabajo!
    Muy completo e interesante el artículo, muchas gracias por compartirlo con nosotros.
    Me ha llamado mucho la atención eso de tener incluso bolsillos y lentes y que la reina tuviera ¡1600! ¡que pasada!

    responder

  • luciago

    17 Septiembre 2012 a las 19:34 |
    Yo soy una enamorada de los abanicos, tengo un montón, pero cada año, cae alguno más. Un artículo estupendo y que me ha encantado.

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  • MARI Torcuato

    17 Septiembre 2012 a las 18:54 |
    ¡¡Que artículo tan curioso e interesante!!
    Y que maravilla,cuantos significados.no conocía tantos
    Yo suelo llevar en el bolso,pero no tenía idea de este"mundo tan interesante"que lo rodea!!!

    responder

  • Elena

    15 Septiembre 2012 a las 19:27 |
    Madre mía, cuantos significados.
    Me gustan mucho los abanicos y en verano suelo llevar uno en
    el bolso

    responder

  • kalina

    10 Septiembre 2012 a las 03:29 |
    Un artículo muy interesante. Yo soy de las que llevo siempre en el bolso un abanico. Había oído hablar del lenguaje del abanico, pero no creía que se pudieran decir tantos mensajes, ahora será divertido practicar un poco. Me ha resultado curioso el oficio de "el que lleva el abanico". Gracias por el artículo!

    responder

  • Savannah990

    09 Septiembre 2012 a las 14:47 |
    muy bueno el resumen de la historia del abanico, muy curioso!

    responder

  • morticia

    09 Septiembre 2012 a las 01:27 |
    Me encanta esta sección. Nunca decepcionáis y este artículo...., ¿que voy a decir si yo colecciono abanicos?

    responder

  • marivi

    09 Septiembre 2012 a las 00:55 |
    Muy bueno el articulo,conocía nalgunos mensajes pero no sabía que había que tantos.En los grandes bailes venía muy bien lo malo es que se lo viera otro a quien no iba destinado.

    responder

  • crishi

    09 Septiembre 2012 a las 00:16 |
    Un artículo muy curioso e interesante. No sabía que el abanico tuviese tanta historia. Me ha gustado mucho.

    responder

  • Malory

    08 Septiembre 2012 a las 11:09 |
    Un artículo estupendo, me a encantado. ^_^ Me encantan los abanicos, soy de las que llevan uno en el bolso ;)

    responder

  • Katon

    07 Septiembre 2012 a las 20:20 |
    ¡Bravo! Un artículo estupendo, un pequeño resumen de su historia y muchos datos anecdóticos. Me ha encantado, y he aprendido también, no sabía que los autores del 27 utilizaban abanico, cómo los usaban en la cultura japonesa, la cantidad de abanicos que tuvieron algunas reinas...
    En resumen, de los mejores artículos que he leído.
    ¡Gracias por acercarnos detalles y objetos que salen en nuestras novelas!

    responder

  • sonia

    06 Septiembre 2012 a las 19:14 |
    Muy interesante, la verdad que el lenguaje del abanico se usaba y tenia sus normas, pero no sabia que eran muchas, y nunca pensé sus diferentes significados.

    Muchas gracias por el articulo.

    responder

  • arantxa

    06 Septiembre 2012 a las 18:13 |
    Un articulo muy interesante, que curioso lo de la catedral de Pamplona, la próxima vez que vaya me fijo.

    responder

  • anasy

    06 Septiembre 2012 a las 15:40 |
    Oh que bonito, como trabajáis para hacer estos estupendos artículos, me encanta esta sección que siempre nos informa de cosas interesantes que pasan en nuestras novelas.

    responder

  • rociodc

    06 Septiembre 2012 a las 15:39 |
    Que articulo mas bonito e interesante. Parece mentira que un objeto que tan sencillo me parecia, tenga una gran historia dtras. Y lo del lenguaje con el abanico, por fin me entero!me llamaba la atencion, pero nunca sabia como era exactamente. Muchas gracias por el articulo es estupendo.

    responder

  • Mary Jo

    06 Septiembre 2012 a las 15:16 |
    Precioso articulo, que maravilla, me gusta coleccionar abanicos y cambiarlos según mi estado de animo el color de la ropa que llevo.

    responder

  • sandrayruth

    06 Septiembre 2012 a las 12:48 |
    Me ha encantado!!! Conocía algunos gestos que se hacían con los abanicos, pero todos los que hay aquí... Madre mía que de cosas se podían hacer con ellos.
    Me ha gustado también las costumbres que tenían algunas mujeres, como las Reinas, o la Emperatriz Sisi. A mi siempre me han gustado los abanicos, es más, guardo un montón de recuerdos de ellos. Me gustaban mucho los que vendían en los talgos cuando yo era pequeña, y más de una vez me dio alguna rabieta porque mi abuela no quería comprármelos.
    Hoy en día guardo uno de aquellos abanicos, de papel, que se plegaban sobre si en una especie de cajita de metal. es mi preferido!!!
    Gracias por el artículo!!

    responder

  • marisa

    06 Septiembre 2012 a las 12:10 |
    Precioso.Sabia algunas de las normas del lenguaje del abanico pero no tantas. Que pena que se haya perdido.

    responder

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