• Fecha: Martes, 02 Febrero 2010

Artículo realizado por la autora Nieves Hidalgo

Ángeles Ibirika es otra de esas escritoras con las que te ilusionas. A la que no te importa leer durante horas y olvidar incluso el trabajo por seguir disfrutando de sus relatos. Te dices: un poquito más. Y cuando quieres darte cuenta se te ha hecho de noche y sigues, sigues, sigues…
También he tenido la satisfacción de emocionarme con su obra y tengo que decir que es soberbia.
Esta autora no sólo te sumerge en la historia, sino que te da un paseo maravilloso por lugares inhóspitos y delirantes de belleza. Y claro, te enamoras de sus protagonistas y de ella misma, porque únicamente una persona con la mente clara y el corazón abierto puede escribir así.

Visita su blog.

-Ángeles, sabemos que te encanta leer y, sobre todo, escribir. ¿Qué más puedes decirnos para conocerte un poco más?

—Adoro la naturaleza, amo a los animales, me encanta merendar en las tardes de lluvia mientras miro por la ventana. Me gusta charlar —en realidad charlo hasta por los codos—. Vivo en el campo. En el jardín tenemos tres perros Setter Inglés, y en casa dos pequeñas y dulces yorkshires.

»También me gusta crear cosas con las manos: dibujar, construir maquetas, pintar trampantojos y cenefas en las paredes, secar flores, la fotografía... Creo que la lista de las cosas que me gusta hacer sería interminable.

-Tu blog tiene una preciosa fotografía de dos rosas en la que pone: Escribir no es un verbo. ¿Qué es para ti escribir?

—Esa es una de mis fotos. Tengo predilección por fotografiar cosas pequeñas. Esas rosas secas, en concreto, fueron parte de un ramo que alguien muy especial me regaló por mi cumpleaños.

»Escribir, para mí, es plasmar emociones, descubrir sentimientos. Escribir no es solo contar; es llegar al alma de quien lee, conseguir que se le encoja el corazón, le revoloteen mariposas en el estómago, suspire emocionado, se enamore sin darse apenas cuenta.

»Comer, es un verbo. Andar, es un verbo. Escribir es hacer magia con las palabras.

-Hay otra cosa que llama la atención al entrar en tu blog, la frase: Deja que tus dedos escriban eso que te dicta el corazón. Cuando te metes en una historia, ¿qué parte de sentimiento lleva el relato y qué parte de trabajo de investigación? ¿Cómo lo combinas?

—Mis novelas llevan un cien por cien de sentimiento, y un cien por cien de investigación. ¿Que eso no es posible? Sí, sí que es posible.

»Primero trazo una historia en la que solo pongo corazón. Luego investigo todo lo que creo que voy a necesitar. Después, al escribir, todo vuelve a ser puro sentimiento. Narro la historia, que va surgiendo enlazada a esos datos importantes que aprendí mientras la planificaba. No suelo necesitar consultar apuntes, pues esos detalles ya han pasado a formar parte de lo que quiero contar.

-Castigador es una obra que me dejó un tanto perpleja cuando empecé a leerla. Creí que se trataba de un relato sado y me desconcertó. Pero era tan bueno que me dije: vamos a ver qué pasa. Y vi. Vi el modo impresionante con el que acorralas al lector, lo envuelves, le echas el lazo y lo has cazado por completo. ¿Cómo se te ocurrió desorientar de ese modo para arrastrarnos a una escena romántica de lo mejor?

—Lo que me apasiona de mis personajes masculinos, es el contraste entre un exterior duro y un alma tierna y necesitada de amor. Esas contradicciones que los convierten en más humanos, esa inseguridad que te hace amarlos aunque sean de papel.

»En Castigador quise mostrar la diferencia de un modo en el que nunca lo había hecho. Él es hermoso, un poco vulgar, se enfunda en cuero negro, pero por dentro es el hombre que ama sin condiciones y que necesita que le besen y le abracen. Comencé contando lo que cualquiera hubiera deducido de poderlos ver por una esquinita, para conducir con suavidad hasta el enternecedor corazón del Castigador.
Creo que fue el personaje el que me condujo a mí, y no al revés.

»Nunca había escrito relatos. Siempre, desde el comienzo, hice novela larga. Me atreví con Castigador sin tener ninguna idea de la estructura que debe tener un verdadero relato. Es una asignatura que tengo pendiente, y que afrontaré en breve porque me ha gustado la experiencia. Es gratificante conseguir algo emocionante y bonito en una o dos horas.

-Sé que tienes una novela a la que quieres mucho: Antes y después de odiarte. ¿Qué nos puedes decir de ella?

—Cuanto más sufren mis personajes, más los amo yo. Mikel sufre más que ninguno. Carga con demasiada decepción, demasiada amargura, demasiada culpa.

»Antes y después de odiarte es una novela con mucha carga dramática. Cuenta la historia de Mikel, que ha pasado más de cuatro años en prisión porque la mujer a la que amaba con toda el alma le traicionó. Comienzo cuando él sale con el Tercer Grado, obsesionado con la venganza. A la vez que narro lo que hace para llevarla a cabo, y cómo las cosas no salen como esperaba, también voy entretejiendo cómo y por qué le traicionó Anne. De esa forma podemos conocer al hombre maravilloso que fue en el pasado, y al amargado e infeliz que es ahora. Y, por supuesto, descubrimos lo que la mujer de su vida le amó, le ama y le amará.

»Es una historia cruda e intensa, en la que alguien siente que el sacrificio es la prueba de amor más grande que puede ofrecer.

-Hablemos un poco ahora de tu última genialidad: Entre sueños. El book-trailer de promoción es precioso. ¿Lo has montado tu misma?

—Olvidé decir que también me gusta hacer vídeos, y montar los book-trailer de mis novelas me parece apasionante. Se trata de condensar, en un minuto o dos, lo más esencial de tu historia. Si no has terminado de escribirla, te ayuda a centrarte en lo importante. Si ya está lista, te recuerda lo emocionante que ha sido vivir otra vida durante unos meses.

-Los protagonistas de Entre Sueños, Beatriz y Jon, me han parecido fabulosos. ¿En quién te has basado para inventarlos? ¿Cómo eres capaz de definirlos tan bien?

—No me he basado en nadie. Siempre intento que mis personajes resulten muy humanos. Hombres y mujeres de los que te puedas enamorar, pero que no sean perfectos. La perfección es monstruosa.

»Para definirlos les imagino un pasado aunque no vaya a utilizarlo en la novela. Antes de comenzar a escribir ya conozco cómo hablan, cómo viven, cómo piensan y hasta cómo respiran. Así, todo cuanto hagan tendrá un por qué. Están vivos aunque solo sea en mi imaginación.

»Para mí, una prueba de fuego supuso que mi marido se enamorara de Beatriz. Él nunca había leído ninguna de mis historias porque yo no dejaba que lo hiciera. Creía que no le gustarían por ser género romántico. En esta ocasión cedí, y después me alegré de haberlo hecho —devoró el manuscrito—. Que las lectoras se enamoraran de mis protagonistas masculinos me parecía normal —no puedo creerme una historia de amor si no me enamoro a la vez que lo hace ella—, que mi marido se prendara del personaje femenino fue una novedad y todo un triunfo. Confieso que no me puse celosa (¡jeje! Que venga Beatriz a quitármelo). Un escritor pone mucho de sí en sus personajes, ¿no?

-¿Por qué elegiste el Valle del Roncal para situar tu novela?

—Para mí, el espacio en el que se desarrolla la historia es un personaje más, incluso cuando se trata de un entorno urbano, como en Antes y después de Odiarte.

»Cuando tuve definido a Jon, desde su nacimiento hasta el momento en el que aparece en mi novela, me di cuenta de que no me servía cualquier entorno rural. Un hombre como él sólo podía haberse forjado en un lugar muy especial, muy salvaje y lleno de magia. Navarra es impresionante, y el Valle de Roncal y la selva de Irati son magia pura en cualquier estación del año, especialmente en otoño.

»Si creas una bonita historia de amor, y después la enclavas en un lugar con alma, la historia crece.

-¿Tuviste que documentarte mucho sobre el trabajo de la granja, la elaboración de los productos, la vida en un lugar paradisíaco como el que has decidido afincar tu novela?

—Siempre me documento a fondo. En esta ocasión, mi marido me preparó una cita con un pastor que, para mi sorpresa, tenía todo lo que yo quería para Jon, incluida la edad y la belleza masculina y espectacular. Él me mostró su quesería, sus ovejas, sus carneros. Me contó todo lo que quise saber, y se ofreció para que le llamara o le visitara si volvía a necesitarle.

»Subí a la sierra de Santa Bárbara, donde pasta el ganado en verano, con un todoterreno. Conducía mi marido, y creo que pasé más miedo que la propia Beatriz cuando la sube el díscolo Jon por esa pista de tierra pegada al barranco. Pero tenía que conocer el lugar, saber cómo es, cómo huele cuando caminas sobre la hierba, qué te invade al contemplar la grandeza que te rodea... Necesitaba saber qué sentirían allí mis personajes para poder contarlo con exactitud.

»Para otras cosas contacté con el ayuntamiento de Roncal y con la Asociación de Almadieros de Burgui. Todos fueron muy amables, como buenos roncaleses.

»Con el queso estoy muy familiarizada gracias a mi marido. He visto fabricarlo en muchas ocasiones, y he tenido la suerte de que me dejaran elaborar una preciosa pieza. Sé lo que se siente al tener esa esponjosidad blanca entre las manos, y conozco el olor especial que tiene una quesería. 

-Ángeles, ¿qué esperanzas tienes para Entre sueños?

—Compartirla. Mi esperanza para Entre Sueños y para todas mis novelas, está en compartirlas con todo el que quiera leerlas.
Ya que la obra va sobre sueños, te diré que el mío sería que me publicara una editorial seria. Pero nuestros sueños siempre acaban amoldándose a las circunstancias para no desaparecer, así que, si no consigo publicar una vez agotado el plazo que me he marcado, será un verdadero placer facilitar mis novelas a todo el que quiera leerlas, posiblemente a través de mi blog.

»Yo espero seguir escribiendo siempre, con lo que publicar es una preciosa y esperanzadora posibilidad, pero nunca una meta.

»Quiero y necesito escribir, escribir, escribir...

-Estoy segura de que vas a tener éxito, porque eres muy buena escribiendo. ¿Cuál desearías que fuera tu siguiente novela? ¿Tienes pensado algún argumento?

—Sí, tengo un argumento, tengo las tramas. Creo que lo tengo todo listo, a falta de un poquito de investigación. Será una historia muy especial, muy emocionante, muy romántica, muy tierna, que tocará el corazón y, en algunos pasajes, hará llorar de verdad —con la caja de pañuelos al lado—. Será AMOR con mayúsculas. Transformación total por amor, con un final inesperado y sorprendente. ¿Quien dijo que la novela romántica es siempre previsible?

-Te damos las gracias por compartir con nosotros tus pensamientos y experiencias y te deseamos lo mejor. Si el planeta no ha perdido la razón, lo conseguirás. Todas estamos seguras de ello.

—Yo te doy las gracias a ti, Nieves, porque eres toda humanidad, corazón y sencillez. Y gracias también a todos tus lectores por el tiempo que me han dedicado.

»Si alguna editorial en este planeta decide darme su voto de confianza, os aseguro que yo me esforzaré por no defraudar nunca, por mejorar siempre, y por seguir escribiendo con mi corazón.

»Los lectores no merecemos menos.

»Un beso enorme a todos. Y espero que nos encontremos entre las páginas de mis historias.

Descubre las historias de Ángeles Ibirika:

- Lee un fragmento de "Antes y después de odiarte"

- Lee un fragmento de "Entre sueños"

- Lee el relato "Bajo el muérdago"

 

 

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