Sin embargo, cuando el lunar artificial causó más furor fue durante la epidemia de la viruela. Esta enfermedad ocasionaba tantas cicatrices en la cara, que todos, ya fuesen hombres o mujeres...
Existe desde el 11 de agosto del año 1711. Ha llovido desde entonces. Y fue la reina Ana la que vio el potencial que podía tener un lugar en el que reunir a la flor y nata de la sociedad, cerca del castillo de Windsor...
La enfermedad ya se menciona en papiros del Antiguo Egipto, e incluso se daba indicaciones sobre qué planta utilizar para tratarla. Alrededor del año 30 a.C., un médico romano ya prescribió...
... que son tan delicados y finos como los de ahora, aunque están fabricados con tripa de animales. También estos se ataban con unas cintas que lo mantenían sujeto al pene. Sus medidas: 34 mm de ancho. Ahora parece ser que miden 52mm.
Hubo un período en el que pareció difuminarse la costumbre de usar los lacrimatorios, pero en el siglo XIX volvieron a reaparecer. La sociedad exigía guardar el luto debido por la muerte de un familiar, y se tomó la costumbre de verter las lágrimas de duelo en unas botellitas que se cerraban con un tapón especial.
Ahora bien, lo que debería haberse ido perfeccionando hasta nuestros días, tuvo un período de oscuridad. Los avances de indios, egipcios, romanos o cretenses respecto al retrete, desaparecieron como por arte de magia entre los siglos V y XV.
Las gafas, tal y como las conocemos hoy en día, han experimentado una gran transformación desde su creación hace más de 800 años. Las gafas que se apoyan en la nariz y las orejas fueron inventados por un inglés llamado Edward Scarlett en 1727...
El hecho de que las mujeres asumieran las funciones que los hombres abandonaron para ir a la guerra fue lo que hizo que dejaran de ser vistas como «mitad ángeles, mitad idiotas».
Quizá esta fue la parte más escandalosa porque fue rompedora, porque fue una organización de mujeres de todas las clases y pensamientos y porque salieron a la calle, no se quedaron a pensar en casa sino que se unieron para cambiar el mundo.
Pero si hubo una época en la que las mujeres fatales triunfaron, rompieron moldes y tabúes y nos sedujeron a todos con su femineidad, su seguridad en sí mismas y su incuestionable elegancia...
En la orilla sur del Támesis, en Kennington, y a lo largo de casi 200 años, Vauxhall Gardens fue uno de los más importantes jardines de recreo para londinenses y visitantes de Londres.
Existían muchos libros y circulaban muchos periódicos y revistas en los que se enseñaba a las damas y caballeros victorianos a comportarse correctamente de acuerdo a las expectativas de la sociedad.
Conocidas como «Mortsafe» e inventadas sobre 1816, no eran otra cosa que armazones de hierro que, hundidos en la tierra o asegurados con placas de metal, encerraban las tumbas...
El láudano era una preparación compuesta por clavo, canela, vino blanco, azafrán... y opio. No es por tanto extraño que las personas a las que se les administraba cayeran en un estado que rayaba la inconsciencia.
Acababa de nacer el pantalón bombacho. Una prenda cómoda que se adecuaba más a las nuevas actividades de las mujeres y que se ponían debajo de una falda corta que permitía verlos.
Las crónicas dicen que la emperatriz dormía cada noche en los brazos de su marido y que en ocasiones no salían de sus aposentos hasta que ya era de buena mañana.
El romanticismo que emana el nombre "vaquero" viene acompañado con la imagen del hombre rudo capaz de sobrevivir a un ambiente hostil, pero que a su vez posee un gran corazón.
Ahora bien, puede resultar interesante aclarar la aparición de un divorcio en una novela romántica y echar la vista atrás para conocer esta práctica en los antiguos pueblos.
Sin embargo, la indiferencia de algunos círculos literarios fue compensada por la avidez de las editoriales que encontraron en estas ediciones un gran filón comercial.
Pero sin duda quienes se llevaba la peor parte eran las mujeres, encargadas de mostrar al resto del mundo el dolor de la familia y su respeto al finado a través de su vestimenta...
La verdadera época de esplendor aconteció durante los reinados de Luis XIV y Luis XV. Para cualquier gran señora de la época, el abanico era el complemento...
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