Kathia Iblis

Biografía

He sido María de toda la vida. Nací el 17 de mayo en San Miguel de Tucumán, provincia de Tucumán (también conocida como el Jardín de la Republica), Argentina.

En mi rol de escritora me entrego a esa faceta mía que tiene muchas caras. Una de ellas es Kathia Iblis. Soñadora y despistada, aun cuando no estoy sentada escribiendo, los personajes no dejan de rondarme, exigiendo ser escuchados y cuando no, quejándose por tal o cual cosa que escribí.

Empecé a leer a los cuatro años y de ahí a escribir fue solo un paso. Que probablemente le debo agradecer a mi señorita de primer grado que fue la primera persona en impulsarme a escribir historias más "completas" y no solo de cinco renglones.
A menudo podías encontrarme en la biblioteca o si no, inclinada sobre una hoja escribiendo. Aun guardo aquellos primeros relatos, y no, jamás verán la luz del día.

Mi primera "publicación oficial" vino de la mano de mi papá que hizo de redactor y publicista. Acababa de leer una historia de Ema Wolf que inspiro un cuento corto de terror. Él lo taquigrafió en su maquina de escribir y luego lo fotocopio y repartió entre la familia y amigos.

Mi segundo encuentro fue en la final de un concurso de haikus donde conocí a María Kodama, la viuda de Jorge Luis Borges. Jamás en mi vida estuve tan emocionada por conocer a una persona. Y aunque no gane, fue uno de esos momentos que no se olvidan.

Siempre fui un alma romántica y cuando descubrí este genero de novelas no tarde mucho en devorar cuanto libro cayera en mis manos. Sin hacer discriminación de género o idioma.

Debo decir que durante muchos años luché contra mi verdadera vocación. Como toda adolescente me rebele ante la presión de seguir la carrera de Literatura y Letras, lo que me llevo incursionar en otras áreas que abarcaron la psicología, el traductorado y finalmente, el profesorado de inglés.

Pero tal como dice el dicho, uno siempre vuelve a su primer amor. Aunque jamás deje de escribir, siempre me paralizo la idea de ir más allá y animarme a publicar. Falta de confianza en mi misma y quizás, falta de apoyo de varias de las personas que me rodeaban, fueron como bloques en el camino que me detenían.

Lo que me decidió fue un desafío de invierno que termino con un relato mío dentro de una antología, y el apoyo de una gran amiga que me hicieron ver que tengo mucho para ofrecer y por sobre todas las cosas, que realmente puedo hacer lo que me apasiona y elegir un camino distinto del que se esperaba de mi y que no por eso es el equivocado.

Mi mente y mi netbook rebosan de personajes ansiosos de ver la luz. Siempre estoy con un proyecto entre manos y ya irán conociendo a mis otros alter egos, cada una de las cuales disfruta de escribir de un género en particular.