Christina Dood - El mejor de los amantes

Valoración:

Crítica realizada por Judith

SINOPSIS
Rosie es una actriz que se disfraza de chico para perseguir su sueño de actuar en la época isabelina. Pero un absurdo rumor acaba con su anhelado sueño; el rumor de que es la heredera perdida de una propiedad en posesión de Sir Anthony Rycliffe. Tiene vagos recuerdos de su turbulento pasado, pero aún es peor, es Sir Anthony un hobre empeñado en conservar su propiedad aunque para ello tenga que seducirla y casarse con ella.
Y Anthony no debería tener problemas en conseguirlo, pues es el autoproclamado mejor amante de toda Inglaterra.

CRÍTICA
Hablamos de Cristina Dodd, una mujer con 57 libros en su haber, que se atreve con todos los géneros, paranormal, histórica, contemporánea, highlanders, regencia, y que incluso se ha iniciado en la erótica. Así que la ambientación, la narrativa, la calidad de los personajes, la historia bien perfilada e hilada... todo eso se le presume, y no por ello hay que dejar de valorarlo, pues reinventarse en cada novela no debe ser fácil, y mantenerse en la brecha tampoco. Y hay que valorarlo más todavía cuando cada vez hay más autoras que cuidan menos precisamente esto: la ambientación, la historia, los personajes, y nos embuten cuatro tópicos y a correr.

Dicho esto, especificado lo bien que nos lleva por la corte de la reina Isabel, por el período culturalmente más esplendoroso de Inglaterra, cómo nos cuenta la vida de los distintos estratos sociales sin aburrirnos con detalles innecesarios, hablaré de la historia en sí, que me ha desconcertado por digamos, atípica.

Sir Anthony es bastardo, su madre lo rechazó y fue su padre quien lo crió, y a pesar de que tuvo una infancia difícil pero llena de cariño, y que ha llegado a ser el hombre de confianza de la reina y el jefe de su guardia real, su condición de ilegítimo sigue siendo comentada en la corte. La reina le ha concedido una propiedad, y ha invertido en ella toda su fortuna, ganada en batallas, para iniciar su propia dinastía.

Por otro lado está Rosie, una muchacha huérfana adoptada por un actor que la adora y que ha vivido con una compañía de actores de aquí para allá, disfrazada de hombre –las mujeres no podían actuar en el reinado de la reina Isabel- y con pesadillas sobre su pasado.

Y quiere el destino, que no lo es sino que es su padre adoptivo, sir Danny, que regrese a su hogar de nacimiento, donde comenzarán a despertar sus recuerdos. Y no es este otro que la propiedad que tanto ha costado ganar a sir Anthony.

Este ha quedado cautivado de ella en cuanto la ha visto, en parte porque viene huyendo de otra mujer y desea hacer creer a sus hermanas que está enamorado de otra y la elige a ella al azar (meritorio que sea el único que ve tras sus ropas a la mujer que es; pero no en vano dice ser el mejor amante de Inglaterra), y porque además se prenda de ella al verla.

Y cuando se entera de quién es, la solución ideal es que se casen: él obtiene las dos cosas que desea, a Rosie y su propiedad para siempre.

Pero se mezclarán la dignidad de un hombre que ha luchado por conseguir lo que desea, los miedos y la inseguridad de una mujer, un complot contra la reina que desemboca en una especie de motín contra la reina... Y no os cuento más.

Ella me ha gustado, con sus miedos y con su arrojo, y él me ha sorprendido, por su forma de ver la vida, con optimismo a pesar del estigma de su nacimiento, y a pesar de que puede perderlo todo. El detalle de que se autoproclame mejor amante de toda Inglaterra me parece más una especie de bravuconada que un engreimiento real. Y la relación de ambos tiene de particular que es él quien bebe los vientos por ella desde el principio y quien sufre los rechazos, y no a la inversa, como suele ser habitual.

No me ha gustado la visión que dan de la reina Isabel, pero claro, no he leído su biografía, así que es una opinión basada en el gusto, y dado lo que la autora se documenta, probablemente se parezca a la que ella describe. Me encanta, en contrapartida, el detalle de William Shakespeare como personaje, necesario para la obra, porque ¿para qué inventar a un autor de teatro cuando puedes poner al más famoso Bardo de todos los tiempos?

Y si queréis saber qué más, y disfrutar con algunas de las pullas, y sonreír, con un final inteligente y bonito, y con una historia de secundarios interesante, y con un malo malísimo que no te esperas... ¡tendréis que leerla! Yo ya no os cuento más.

¿Mi puntuación? Un 4,5/5. No me canso de decirlo, cuando una novela me la leo de tirón, es porque nada me chirría, porque se lee como la seda, y qué pocas novelas leo últimamente sin tropezar con personajes planos, historias inconsistentes o finales ridículos.

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