Estoy de pie en una librería y tengo –¿qué si no?- un libro entre las manos. La portada es bonita; puede ser llamativa o puede no serlo, pero, en cualquier caso, se ve a leguas que se trata de una novela romántica. ¡Si hasta la tipología elegida para las letras se ajusta al "canon rosa"! Leo la contraportada; sí, definitivamente, estoy ante una novela romántica. Me lo dice la sinopsis en su forma y contenido, me lo dicen las citas que ponderan sus virtudes y que han sido extraídas de diversas publicaciones del género. Vamos, que ya no cabe ninguna duda: es una novela romántica.
Sin embargo, se ve que a los del sello editorial de turno eso no les parece suficiente y, como me deben de considerar una lectora bastante cortita de entendederas, han decidido calzarme las palabras "amor", "pasión" y "corazón" en el título, no vaya a ser que me pierda entre tanta estantería y mi dinero se quede por el camino. Y sí, por si aún hay algún escéptico en la sala, es necesario recalcar que tanta condescendencia para con nosotras se la debemos únicamente a la generosidad del sello editorial que se encargó de la traducción, porque da la casualidad de que, en la primera página del libro de marras, aparece el título original de la novela, y -¡oh, sorpresa!- yo, que me defiendo bastante bien en inglés, no encuentro ningún amor, ninguna pasión ni ningún corazón en él...
¡Si es que hay algunas autoras que parecen sus propias enemigas! Me dicen por ahí, incluso, que hay una escritora española que osó titular "Noche de Mardi Gras" a una de sus historias y que, en más de una ocasión, tuvo que escuchar que adónde se pensaba que iba con un título tan raruno... ¡Pues claro, si es que ella solita se lo buscó! ¿A quién se le ocurre ponerle un título simbólico y diferente a una novela romántica pudiendo llamarla simplemente "Un amor eterno", "Pasión desbordada" o "Corazón ardiente"? Por favor... Lo dicho, menos mal que tenemos editoriales a las que les debe parecer súper divertido pensar por nosotras, las pobrecitas dummies, y que se ocupan de dárnoslo todo bien masticadito para que no tengamos que preocuparnos de no entenderlo a la primera.
Es cierto que hay títulos que ya no hay por dónde agarrarlos desde que salen de fábrica, pero también lo es que muchos de los títulos originales que leo antes de arrancar cada lectura -manías que tiene una, qué se le va a hacer...- denotan haber sido pensados por su autor/editorial inicial expresamente para la historia que contienen, y que no parecen sacados de un rasca y gana de supuestos títulos de romántica. O, mejor aún, de un libro de recetas infalible: se mezcla una cucharadita de secretos con diversas dosis de mimitos, se agrega un chorrito de títulos nobiliarios y se cocina a fuego lento en algún escenario exótico. Et voilá, así es como conseguimos resultados tan efectistas como "Secretos en el castillo" o "Acariciada por un duque". Aunque, espera, ¿eso no lo había leído ya? Probablemente sí, probablemente más de una vez, pero da igual, como soy una lectora dummy, no me quejo...
*Artículo realizado por Érika Gael
Copyright © 2002 - 2022 rnovelaromantica.com y elrinconromantico.com
| Aviso legal | Política de privacidad | Política de Cookies |
Comentarios (9)
María Arca
responder
yosoy
responder
Macarena Rodriguez
Para mi tanta tontería es absurda. Si el libro se llama Amor en la playa me va a gustar igual, si es romántica, como si se llama Tres escalones, me siento tonta cuando leo que es una buena novela y solo le falta que abras el libro y suene una canción de amor...y en las traducciones oficiales ya me rematan cambiándole el titulo como si fuera a elegir otra libro que suelte pompitas de amor...Espero que con el tiempo esto cambie
responder
kkekka
Deberían mantener los títulos originales y ya está. Entiendo que algunos a veces son de traducción complicada, pero de ahí a poner uno que no tiene nada que ver va un abismo.
Nosotras sabemos lo que compramos o queremos comprar, no hace falta que nos lo señalicen en plan baliza o azafata de avión. Aunque viendo algunas portadas y títulos no vendría mal que nos dejaran clarito donde están las salidas de emergencia del local.
Besitos
responder
Katon
Yo soy partidaria de que dejaran siempre el título original que para eso lo habrá pensado su autora ¿no?
Muy buen artículo, Érika
responder
Rociodc
responder
merce
responder
crishi
La verdad es que tienes razón. Cuando vas a una librería no hace falta que te indiquen con un cartel la sección de novela romántica porque solo con ver los títulos ya sabes que estás en ella. Los títulos están muy manidos por culpa de las limitaciones, y es una lástima que haya historias muy bonitas con unos títulos tan insustanciales…
Por curiosidad también suelo leer los títulos en inglés y me choca que algunos no contengan esas “asombrosas” palabras. Sin embargo, y para no calentarse mucho la cabeza, con las series utilizan otras palabras muy machaconas que ya viene de fábrica, como, por ejemplo, las series de Mary Valgo (Simplementes, Ligeramentes, Amantes, Un romance…) o Catherine Anderson (Serie comanche).
No debe de ser nada fácil poner el título a un libro; expresar en pocos o en un solo término lo más significativo o simple de una historia sin caer en lo corriente o repetitivo. Pero, por favor, si estoy leyendo histórica no me gusta que se incluyan en los títulos palabras como ligar porque pega como a un santo tres pistolas. No cuadra. Vale en novela actual, pero, ¡¡¿¿en histórica??!! Puede que sea para enganchar a un nuevo público; para darle a la romántica un aire más moderno pero me tira pa´tras.
En fin, entre autores y editoriales anda el juego.
responder
Malory
La verdad es que hay algunos títulos que son delito y lo de que no se traduzcan literalmente, algo que no es exclusivo de la literatura porque en el cine también se hace o hacía, me parece la repera.
La verdad es que cuesta creer que una autora/or que logra emocionarnos con sus historias y que al hacerlo demuestra poseer una imaginación privilegiada, luego bautice sus obras con tan poco ingenio. Sé que poner título a una novela no es fácil, pero seguro que con un poquito de esfuerzo evitarían tanto duque, conde, seducción, amor y pasión. Personalmente prefiero los títulos que hacen alusión a la historia sin contener esas palabras, me parecen mucho más originales
responder