Elizabeth Bowman nos habla de su novela Las dos caras de la luna

Elizabeth Bowman, nos presenta su nueva novela "Las dos caras de la luna"

¿Qué nos puedes contar sobre la trama de este libro?

Es una historia diferente que espero consiga tocar muchas fibras sensibles en el lector. Despertar emociones (aunque, en este caso, en la mayoría de los párrafos se alternen la rabia y la indignación absolutas con la compasión más profunda).
Una novela en la que encontraremos una truculenta historia de amor y pasiones contenidas, de celos, de egos inflados, pero también de orgullo, soberbia y vanidad. Una historia de amor marcada por la diferencia de clases, pero también por la altivez y los prejuicios de su protagonista femenina, y por la nobleza de nuestro héroe. Que lo es.

¿A qué tipo de lectores románticos va dirigida?

Todas mis novelas van dirigidas a un público especialmente romántico. Y, cuando digo romántico, me refiero a amantes de esa prosa y esa ambientación características del siglo XIX. Me encanta transmitir mi mundo interior y mi pasión por esa época a todos aquellos que se adentran en mis historias y, por lo tanto, me gusta ser florida en mis escritos, sentimental, dulce, elegante y, muy seguramente, romántica hasta el delirio. Alguna vez incluso han llegado a tacharme de cursi. Los sentimientos y la prosa poética, me temo, son lo que me caracteriza a la hora de escribir.

¿Cómo describirías a sus protagonistas?

Acerca de Livia, mi protagonista femenina, podría decir lo mismo que dijera Jane Austen en su día referente a su Emma: "...he creado una protagonista que, salvo a mí misma, no va a gustar a nadie más". Porque por esta vez, la protagonista no es la típica debutante sumisa e inocente a la que podemos estar acostumbrados, si no que es una muchacha caprichosa, egoísta y cruel, acostumbrada a tenerlo todo y a hacer siempre su voluntad. Ser una joven rica y consentida en todos sus caprichos tampoco ayuda a amansar un carácter ya de por sí pérfido y vanidoso. Pero, para su desgracia, Livia tiene su tendón de Aquiles: está enamorada hasta el delirio de la persona más inadecuada que podría escoger el destino para ella, el mozo de cuadra de la mansión.

Jack es precisamente ese trabajador de la mansión. Un hombre maduro y curtido en los avatares de la vida que ha visto a Livia pasar de niña a mujer. Por supuesto, también ha visto cómo un carácter caprichoso y pueril pasaba a transformarse en una actitud maliciosa, egoísta y ruin. Pese a todo, la adora en secreto. Para él es como la luna: tiene su cara hermosa y apetecible, la que se ve a simple vista, pero también la oscura y tóxica, la que muestra cada vez que alguien osa acercarse a ella. Y nadie puede acercarse a ella porque, como bien se encarga de recordar a todo el que lo intente: "Ella es Olivia Middleton".

Ambos viven sus pasiones en secreto; ella, avergonzándose de sentir; él, obligándose a esconder sus sentimientos.

¿Cuál es la mayor virtud y el peor defecto del protagonista masculino? ¿Qué tiene para que ella se enamore de él?

¡Es que Jack es un amor, ya lo veréis! Dulce, sensible, romántico...el típico príncipe azul (solo que en este caso no tiene nada de príncipe y sí mucho de lacayo) que haría todo por amor, incluso soportar en silencio y con dignidad las puñaladas rastreras de su amada. ¿Defecto? Quizás su pobre autoestima y el comportamiento tan cobarde y sumiso que muestra siempre con ella, mostrándose incapaz de revelarse a sus ataques o de expresar lo que siente, únicamente por respeto. Ese respeto y esa pleitesía eterna hacia la señorita de la casa.

En principio, ella se siente atraída por su físico. Jack es un hombre hecho y derecho, salvaje, viril y seductor. Por más precaria que sea su apariencia externa, habría que ser necia para no considerarlo. Ahí nace la atracción carnal.
El saberse y sentirse superior a él, por encima de él, hace todo lo demás. Es esa inquietante sensación de poder que engorda su vanidad la que la hace considerarlo a su merced, esclavo de sus caprichos. Livia necesita sentirse superior a los que la rodean, y no le basta con sentirlo, sino que necesita que los demás lo vean así. Por su actitud servil, Jack resulta perfecto.

¿Cómo definirías la relación entre ellos?

Una guerra eterna, un tira y afloja continuo. No podrían existir bajo las estrellas dos almas más dispares, ni menos predestinadas a encontrarse, pero ambas tienen algo en común: están locas la una por la otra.

¿Cuáles han sido los mayores desafíos a los que te has enfrentado en esta novela?

Aunque suene raro, ha sido difícil crear a una protagonista tan voluble, caprichosa e insensible. Ha habido ocasiones, mientras escribía determinadas escenas, que me decía a mí misma: "...Dios, esta chica se merecería una azotaina", o "...Dios, los lectores van a odiarla y, por extensión, también a mí", porque verdaderamente a veces resulta irritable, infantil y engreída. Pero era lo que yo quería hacer. La otra cara de la moneda. Una protagonista diferente y un héroe noble y romántico.

¿Qué emociones te gustaría despertar en tus lectores cuando lean esta novela?

Soy consciente de que odiarán a Livia, y merece ser odiada, y puede que haya momentos en los que la pasividad y sumisión de Jack también llegue a irritarlos.
Como siempre, mi intención es tocar los sentimientos de mis lectores y despertar sus emociones, bien sean de rabia, alegría, tristeza o compasión. Lo importante y bello es que unas letras sean capaces de hacernos sentir.

Las dos caras de la luna

Autor: Elizabeth Bowman

Editorial: Romantic Ediciones

Género: Romance histórico

Fecha: Diciembre 2015

Formato: Ebook

Sinopsis:

Tras el matrimonio de su hermana mayor con el poderoso Pierce Bonneville, la vida ha dado un giro radical para la intrépida y rebelde Livia Middleton.
Aunque, por fuera, su delicado porte refleja todo lo que una señorita debería ser, por dentro, su alma y su pérfido corazón arden en rebeldía. Ni su ventajosa posición, ni las constantes amonestaciones por parte de su hermana han conseguido aplacar el volcán que bulle en el interior de Livia que, a sus diecinueve años, se ha convertido en una joven caprichosa e indisciplinada a la que ningún caballero con dos dedos de frente osaría cortejar.
Jack vive sometido a una pasión imposible. Sabe que Livia es una mujer inalcanzable para él pero, al mismo tiempo, se niega a que sea otro hombre el que consiga arrebatarle su más preciada rosa inglesa.
Jamás han existido dos almas más discordantes ni menos predestinadas a encontrarse, pero tienen algo en común: están locos el uno por el otro.
Sin embargo, cuando el refinado ingeniero Richard Grandison aparece en Malbourey y corteja a Livia con oscuras intenciones, Jack se verá obligado a dejar a un lado sus reparos y lanzarse de una vez a la conquista