• Fecha: Martes, 24 Febrero 2015

Artículo realizado por Érika Gael

book-1867716 640El eterno dilema acerca de si un escritor nace o se hace nunca viene exento de polémica. Y no sólo en lo que respecta a la literatura, sino en cualquiera de las artes. No cabe duda de que la idea de un talento innato tiene un gran arraigo, pero difícilmente podemos pensar en escultores, bailarines o directores de orquesta enfrentándose a su oficio sin haber sido entrenados antes para ello. Los genios autodidactas hechos de otra pasta siempre han existido, pero seamos claros: son minoría. La realidad es que la inmensa mayoría de las personas que deciden consagrar su tiempo a alguna de las artes pasan primero por un período de aprendizaje y práctica. ¿Por qué, entonces, somos tan reticentes a formarnos en el caso de la literatura? ¿Es que acaso cualquiera puede escribir un libro sin haber aprendido antes cómo hacerlo? ¿O, mejor dicho, cómo hacerlo bien?

Tal vez se da por hecho que la formación previa no es necesaria porque la materia prima con la que trabaja un escritor la constituyen las palabras, y estas forman parte de nuestro día a día desde antes de lo que podemos recordar. Al fin y al cabo, todos aprendimos de pequeños a trazar letras sobre el papel como una destreza básica. Al cabo del día redactamos mensajes de texto, correos electrónicos, informes laborales, listas de la compra, cartas amistosas y notas en la agenda de forma mecánica. Sin embargo, saber comunicarse a través de la palabra escrita, incluso saber comunicarse de forma eficaz, no es hacer literatura. Como decía Truman Capote: todos sabemos escribir, pero no todos sabemos escribir bien.

La literatura es arte y, como tal, se compone de una equilibrada combinación entre técnica ―lo objetivo― y estilo propio –lo subjetivo―. Es cierto que siempre viene bien contar con cierto instinto natural, pero no basta con eso. Lo miremos por donde lo miremos, tanto la aplicación de la técnica como el desarrollo del estilo propio precisan de determinadas condiciones: esfuerzo, motivación, conocimientos, disciplina... Algunas las adquiriremos por nosotros mismos; otras, tendremos que buscarlas en fuentes fiables que nos ayuden a emprender con paso firme el camino como escritores.

Dicen que lo que nos gusta del arte es que parece fácil cuando otros lo hacen, a pesar de todo el trabajo y de las horas de dedicación absoluta que esconde detrás. En el caso de una novela, por ejemplo, lo que nos atrae es disfrutar de un resultado redondo que nos atrape y que nos haga involucrarnos en la historia que narra, todo ello sin llegar a percibir los hilos que la entretejen. Para ello, habrá que trabajar cuestiones que van desde la consistencia de la estructura a la verosimilitud de los personajes, pasando por la eficacia de la documentación, la importancia de la corrección o el peso de un buen ritmo narrativo. Alcanzar ese resultado compacto, por lo tanto, solo será posible cuando contemos con la experiencia, la seguridad y las competencias suficientes para enfrentarnos al oficio de escritor en toda su envergadura.

Para saltarnos las reglas, primero hay que conocerlas. Para empezar a construir, tendremos que aprovisionarnos de los materiales necesarios. Para escribir bien, habrá que partir desde una formación adecuada.

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Comentarios (4)

  • Roxana

    15 Enero 2018 a las 16:52 |
    Me parecen unas reflexiones importantes para todas las personas que quieren implicarse en una actividad creativa como la literatura. El talento natural es importante, pero sin trabajo y esfuerzo es muy difícil que los resultados sean sobresalientes.

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  • Katon

    24 Abril 2015 a las 19:25 |
    Yo creo que nadie aprende sabiendo, y, aunque sí es cierto que ciertas personas tienen un talento natural hacia saber expresarse con palabras, ningún escritor puede afirmar que su primera obra es la mejor. El tiempo, la práctica y aprender de los errores es fundamental para esta profesión.
    Leer y escribir, para mí, las dos reglas fundamentales para cualquiera que se quiera dedicar a esta tarea.
    Muy buen artículo!!

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  • kitty

    25 Marzo 2015 a las 20:50 |
    Me parece muy interesante el artículo, creo que un mínimo de educación y cultura no es solo necesario para escribir un libro, sino para todo en la vida. Del mismo modo también creo que es posible que personas sin los mismos conocimientos que otras puedan escribir maravillas, si se preocupan de hacer un buen trabajo y por supuesto con coherencia.

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  • Sandrayruth

    07 Marzo 2015 a las 17:02 |
    Gracias por toda la información. La verdad es que estoy de acuerdo, creo que cualquier libro tiene que tener un mínimo de calidad, sin eso, es difícil lograr algo que atrape de verdad...

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